Una novela portuguesa sobre el fallo de las grandes ilusiones
'El sal¨®n magenta', de M¨¢rio de Carvalho, retrata un hombre asombrado por el amor a una mujer que ya muri¨®
La vida de un cineasta se supone una sucesi¨®n de hechos interesantes, cercada de m¨²ltiples personajes y escenarios. A Miguel Gustavo Dias, sin embargo, le interesa de su pasado apenas lo que sucedi¨® en un departamento de la lisboeta Rua Luciano Cordeiro. All¨ª, en un sal¨®n de ¡°tonos magenta cortados por rojos y negros repentinos¡± sol¨ªa estar sentada al sof¨¢ la misteriosa mujer a quien am¨®. La memoria de esta persona muerta es lo que permea El sal¨®n magenta, del escritor portugu¨¦s M¨¢rio de Carvalho, reci¨¦n publicado en Espa?a por la editorial Xordica.
¡°Es un libro sobre un amor desesperado, una relaci¨®n desequilibrada e incompleta en la que sobresalen los desencuentros entre hombre y mujer¡±, resume el autor en conversaci¨®n telef¨®nica desde Lisboa. Novelista, dramaturgo y guionista, Carvalho (Lisboa, 1944) ha escrito m¨¢s de 20 libros, entre novelas y cuentos. En Espa?a ha publicado Un Dios que pasea en la brisa de la tarde (Seix Barral) y Fantas¨ªas para dos coroneles y una piscina (Xordica). El sal¨®n magenta es la obra por la cual ha recibido por segunda vez el premio literario Fernando Namora. La novela transcurre mientras el protagonista se recupera en la casa de su hermana tras ser fuertemente golpeado en un atraco. Son d¨ªas en los que el tiempo es el bien que m¨¢s dispone, y cuando le da tregua el dolor, lo disfruta paseando mentalmente por las memorias de sus romances.
Es un libro sobre un amor desesperado, una relaci¨®n desequilibrada e incompleta
Mientras recuerda este pu?ado de amores fracasados, el protagonista percibe, en edad ya avanzada, que su vida ha sido un fracaso en todos los ¨¢mbitos. Hasta sus pel¨ªculas, bien recibidas por la cr¨ªtica, no le pasan ahora de un enga?o (una de ellas, ¡°con mon¨®logos de diez minutos en planos fijos de colores saturados¡±). ¡°?l ve que no ha dejado cualquier marca sobre la tierra, y eso le da pena¡±, explica el escritor. A eso se suma el omnipresente recuerdo de Maria Alfreda, la due?a del sal¨®n magenta, un amor irresoluto que le viene a la memoria y le asombra.
El cineasta Miguel Gustavo personifica un estrato espec¨ªfico de la sociedad portuguesa. Son hombres con un alto nivel intelectual, que pasaron por un per¨ªodo hist¨®rico ¡°muy movido¡±, llenos de ilusiones y de esperanzas con im¨¢genes muy lisonjeras acerca de s¨ª mismos ¨Calgo que el contacto con la vida y la realidad se encargaron de disipar¨C. ¡°Estamos hablando de personas de clase mediana alta, gente de buenas familias. Son relacionados a los medios intelectuales y tienen tradiciones bohemias¡±, describe Carvalho. ¡°Ellos tienen una gran dificultad en adaptarse a una realidad que no es la que proyectaban. En el fondo, es una desilusi¨®n. El libro habla sobre el fracaso de las grandes expectativas y de las grandes ilusiones por medio de este hombre que se da cuenta que su actuaci¨®n, durante toda la vida, no tuvo cualquier relevancia¡±.
El rol del romancista no es criticar sino ense?ar los personajes y sus modos de vida, ponerlos en una situaci¨®n, interactuando con otras personas
En este abanico de personajes fuertes tambi¨¦n ejerce de protagonista Marta, la hermana protectora de Gustavo Miguel. Con una ¡°normal y tranquila vida infeliz¡±, juega el papel de persona m¨¢s sensata de la trama. En la narrativa marcada por los lazos d¨¦biles de las relaciones familiares y las mentiras que provocan una visi¨®n equivocada del mundo se pueden leer, en las entrelineas, una cr¨ªtica a dicha manera de conducir la vida. No es que sea la intenci¨®n principal del autor. ¡°Pienso que no es funci¨®n del novelista hacer la cr¨ªtica. El lector es quien debe elegir por hacerlo o no. El rol del novelista es ense?ar los personajes y sus modos de vida, ponerlos en una situaci¨®n, interactuando con otras personas, en este mundo en transformaci¨®n vertiginosa que es el nuestro¡±, opina. A dicho estado del mundo se suma el delicado momento vivido por Portugal mientras Carvalho escrib¨ªa el romance, hace cinco a?os.
Desde entonces, la crisis se profundiz¨® a¨²n m¨¢s. ¡°En aquel momento la crisis estaba por empezar y comenzaba a dibujarse el cuadro que estamos conociendo ahora. En medio de la euforia capitalista de entonces, hab¨ªa una generalizaci¨®n del relacionamiento entre personas y clases en que el escr¨²pulo y el respeto por el otro estaban ausentes. Es algo que m¨¢s tarde se torn¨® a¨²n m¨¢s evidente¡±, lamenta el autor. Define el momento de su pa¨ªs como ¡°desalentador¡± y ¡°desanimador¡± y prev¨¦ respuestas ¡°duras¡± por parte de la poblaci¨®n portuguesa que ya no soporta restricciones y expropiaciones. ¡°Un grupo muy estricto de bancos, banqueros y capitalistas financieros resolvi¨® involucrar el mundo en una econom¨ªa especulativa. Y todos estamos pagando las consecuencias¡±.
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