Constantino Romero, la voz de trueno

Es parad¨®jico que quienes no amamos el cine doblado pudi¨¦ramos admirar al mismo tiempo el buen hacer de Constantino Romero cuando prestaba su voz, grave y rotunda, a los actores extranjeros. Lo empez¨® haciendo casi por casualidad hace m¨¢s de cuarenta a?os, al principio dando vida en castellano o catal¨¢n a int¨¦rpretes desconocidos o de poco relieve, mientras tambi¨¦n daba vigor a un buen n¨²mero de spots publicitarios. Pero pronto comenz¨® a doblar a actores populares y, entre ellos, a Clint Eastwood en Los violentos de Kelly y Dos mulas y una mujer, ambas de 1971, lo que sigui¨® haciendo hasta su muerte. Creo que no llegaron a conocerse personalmente, pero en las pantallas espa?olas ambos acabaron siendo una ¨²nica persona. Se hicieron tan inseparables actor y doblador que en los ¨²ltimos tiempos, ya retirado del oficio, Constantino Romero solo se prestaba a doblar a este actor. Cuando ?lex de la Iglesia pretendi¨® que Clint Eastwood apareciera en la ¨²ltima secuencia de su pel¨ªcula 800 balas (2002) tuvo que conformarse con la espalda de un doble¡­ y la voz de Constantino Romero; solo con ella era veros¨ªmil la presencia del actor americano.

Por la reconversi¨®n del doblador pasaron, entre muchos otros, nada menos que Stacy Keach, Robert Redford, Roger Moore con sus James Bond, Raf Vallone, Donald Sutherland, Michael Caine, Sean Connery, Kirk Douglas, Orson Welles, Arnold Schwarzenegger, incluso Pier Paolo Pasolini en El Decamer¨®n y, por supuesto, Rutger Hauer en Blade Runner (inolvidable aquella frase en la sonora voz de Romero: "Todos esos momentos se perder¨¢n como l¨¢grimas en la lluvia"), el oscuro Darth Vader de La guerra de las galaxias ("Yo soy tu padre"), el mism¨ªsimo Rey Le¨®n ("Simba, el tiempo que dura el reinado de un rey asciende y desciende como el sol")¡­ La voz y la presencia de Constantino Romero se hicieron igualmente un hueco en la televisi¨®n y el teatro. Grandiosa fue su creaci¨®n de Sweeny Todd, bajo la direcci¨®n de Mario Gas, donde cant¨® con dominio, sonoridad y buen gusto. El director le reclam¨® m¨¢s tarde para el espect¨¢culo musical Follies, pero la dolencia en las piernas que padec¨ªa Romero le impidi¨® aceptar la oferta dada la cantidad de n¨²meros que le obligar¨ªan a subir y bajar escaleras, incluso bailando.

Ante las c¨¢maras intervino poco en el cine, pero detr¨¢s de ellas, en las salas de doblaje, Constantino Romero modul¨® su voz, a veces de trueno, otras en tono m¨¢s amable, en un incalculable n¨²mero de pel¨ªculas, no solo dando presencia hispana a actores extranjeros sino en frecuentes ocasiones tambi¨¦n a int¨¦rpretes espa?oles cuya prestancia f¨ªsica no viene acompa?ada del dominio de la dicci¨®n, algo que desgraciadamente no siempre viene unido.