La excursi¨®n barroca de Animalario

El barroco no es un tiempo extra?o para Andr¨¦s Lima. Gran parte de la gloria de Animalario, el grupo teatral que nos azuz¨® desde los escenarios hasta hace bien poco, se debe a sus recreaciones de William Shakespeare. La m¨²sica quiz¨¢s les sonaba lejana. Pero ah¨ª estaban los tentadores ecos del dieciochesco Jos¨¦ de Nebra y la actual maestr¨ªa del director Alan Curtis en el g¨¦nero para que Paolo Pinamonti, responsable del teatro de la Zarzuela, creyera que Lima podr¨ªa inventar una combinaci¨®n explosiva con la que recuperar para el p¨²blico Viento es la dicha de amor. El caso es que el director de escena se enamor¨® de la sensualidad de esta pieza escrita por el compositor espa?ol en 1743 e imagin¨® un mundo plagado de suspiros y sugerentes sensaciones que se estrena hoy en Madrid.

Lima ha prescindido de parte del libreto ¡ªescrito por Antonio Zamora y hoy arrasado por la implacable losa del tiempo¡ª y ha sustituido la acci¨®n ¡ªchico conoce a chica y entran en barrena en plena Arcadia¡ª por un buen surtido de poes¨ªa amatoria que nos lleva del siglo XVIII al XXI con versos de Cernuda, Jos¨¦ Hierro, ?ngel Gonz¨¢lez, Jos¨¦ ?ngel Valente o F¨¦lix Grande, entre otros. Eso, si lo unimos a sus evocaciones pl¨¢sticas, que nos conducen de Rubens a Tiziano y despu¨¦s a la Polinesia de Gauguin, tenemos un viaje de los sentidos a trav¨¦s del abstracto tiempo sensorial del arte.

A Curtis, que pasa por ser un purista de lo suyo y que es un m¨²sico enamorado de Haendel y Vivaldi residente en ese museo rodeado de canales que es Venecia, no le ha parecido mal. Entre los dos hay sinton¨ªa. Y ese acuerdo se llama Epicuro. ¡°Esa es nuestra base moral para el espect¨¢culo¡±, afirma Lima. ¡°Epicuro no visto como un exponente del hedonismo y la vagancia con la que se le ha querido ridiculizar a lo largo de la historia, sino del progreso social a trav¨¦s de la b¨²squeda de la felicidad¡±. La m¨²sica de Nebra ayuda. ¡°Definitivamente es er¨®tica y sensual¡±, asegura Curtis, que se coloca al frente de la Orquesta Barroca de Sevilla y demuestra tambi¨¦n sus dotes como clavecinista.

Todo eso acompa?a la situaci¨®n y el escenario que encierra a los personajes en un spa moderno del que nadie quiere salir, aprisionados como se encuentran en una especie de jaula que tiene mucho que ver con El ¨¢ngel exterminador, de Bu?uel, pero entre vahos y masajes a tutipl¨¦n.

El resultado, a base de coreograf¨ªas, poemas bien escogidos, acciones interpretativas de actores de peso como Alberto San Juan y las voces frescas de Clara Mouriz, Yolanda Auyanet, Ruth Gonz¨¢lez, Mercedes Arcuri, Gustavo de Gennaro o Beatriz D¨ªaz dan a la acci¨®n entre coral, distendida y desquiciada, un aire de espect¨¢culo ins¨®lito que abre nuevos caminos dentro del teatro musical en Espa?a.

Nebra les ha seducido. La capacidad de conquista de este compositor, recuperado intensamente entre varios int¨¦rpretes en los ¨²ltimos a?os ¡ªdel grupo Al Ayre Espa?ol a pianistas como Javier Perianes o Rosa Torres-Pardo¡ª, ha llegado al coraz¨®n de Curtis. ¡°Al principio le consideraba sencillamente encantador, pero ahora lo tengo en gran estima. No es Mozart, ni Haendel, pero tiene una fuerte personalidad dentro de su ¨¦poca y en el panorama europeo porque se muestra muy fiel a sus ra¨ªces espa?olas¡±.

Y una enorme sensualidad, que se despliega como un aire de deseo irrefrenable en esta pieza. ¡°La m¨²sica de Nebra responde perfectamente a lo que plantea Cernuda en su poes¨ªa, que el deseo es una pregunta de la que nadie conoce la respuesta¡­¡±, afirma Curtis.

Con ese ¨¢nimo, entre jovial y atosigante, ardiente y mordiente, se pasean, jadean, se acarician y se devoran los personajes de este montaje que parte del barroco para ahondar en sus huellas temporales a lo largo de la historia. ¡°La m¨²sica para m¨ª es sugerencia y evocaci¨®n. El teatro musical es tan fascinante como el circo, algo para el puro disfrute de los sentidos¡±, comenta Lima, que ya ha montado zarzuelas como El bateo y De Madrid a Par¨ªs y que tambi¨¦n tiene al tiempo en cartel ?Ay Carmela! estos d¨ªas en Madrid.