Halffter pone sonido a Zweig
El compositor espa?ol dedica su tercera ¨®pera a ¡®La novela del ajedrez¡¯ De la mano del m¨²sico, el universo del autor austriaco aterriza en Kiel
Cuando Borges no era todav¨ªa enteramente Borges, Stefan Zweig, un escritor de gran p¨²blico en su ¨¦poca, ya escrib¨ªa historias borgianas. Es el caso de La novela del ajedrez, una obra tan encerrada en el tablero de la imaginaci¨®n, tan abstracta y claustrof¨®bica, que saltaba directamente del laberinto en que Zweig se encontraba poco antes de suicidarse en Brasil a la vecina Argentina. Lo que no pod¨ªa imaginar aquel exiliado austriaco y jud¨ªo a quien le parti¨® en dos el derrumbe de su mundo y la persecuci¨®n nazi es que su vena mel¨®mana se viera d¨¦cadas despu¨¦s recompensada por el compositor espa?ol Crist¨®bal Halffter. El m¨²sico acaba de estrenar en Kiel (Alemania) una ¨®pera basada en esa fascinante novela corta.
La historia de este reto entre un jugador mec¨¢nico, pero superdotado, y un misterioso viajero a bordo de un barco que se dirige a Buenos Aires es la base para que Halffter fabrique los ecos de una obsesi¨®n. ¡°Pero he querido homenajear tambi¨¦n al escritor cambiando un poco el argumento y a?adiendo alguna referencia personal¡±, asegura.
Es su tercera ¨®pera. Despu¨¦s de a?os sin decidirse a entrar en el g¨¦nero, le cogi¨® el gusto cuando le encargaron su Quijote para el Teatro Real. ¡°No fue falta de inter¨¦s, es que en Espa?a durante d¨¦cadas no se daban las circunstancias¡±. Pero el maestro tambi¨¦n ha conquistado Alemania como autor de ¨®peras. ¡°En Kiel se estren¨® el Quijote y me hicieron el encargo de otra ¨®pera. Han sido tres a?os de trabajo muy ilusionado¡±, comenta mostrando la imponente partitura urdida con su t¨¦cnica de artesano.
Halffter escribe a mano, con tinta china, y compone al piano recluido en su refugio de Villafranca del Bierzo. All¨ª lee compulsivamente, escucha m¨²sicas de todo tipo y reflexiona. Tambi¨¦n intenta descubrir y desentra?ar los caminos m¨¢s sugerentes para llegar a su p¨²blico.
Magia. Pero tambi¨¦n reto, sabidur¨ªa, estrategia¡ Creaci¨®n en tensi¨®n para este m¨²sico que fue crucial en la segunda mitad del siglo XX y sigue en activo. Halffter, junto a compa?eros de generaci¨®n como Luis de Pablo, Carmelo Bernaola o Garc¨ªa Abril, fueron los encargados de llenar de ecos contempor¨¢neos la m¨²sica ensimismada que sonaba en la Espa?a de Franco. Lo hicieron con el aire fresco, radical y rupturista que respiraron en la ciudad alemana de Darmstadt junto a otros creadores del continente. Fueron tan incomprendidos como fundamentales. ¡°Aportamos una visi¨®n nueva que se alejaba del folclorismo, de los nacionalismos y del neoclasicismo imperante¡±, afirma. All¨ª, junto a Stockhausen, Luciano Berio, Ligeti o Boulez pidieron paso para entrar en un club que transformar¨ªa la m¨²sica.
Despu¨¦s de su Quijote y de L¨¢zaro, se ha encerrado en las obsesiones de Stefan Zweig. ¡°Esta es una obra que alerta sobre los fantasmas de Europa, sobre sus locuras colectivas, sobre el riesgo de aniquilaci¨®n que ¨¦l contempl¨®¡±, asegura Halffter. Pero ha querido trascender a un mensaje positivo. Un mensaje que el propio autor, en las condiciones que escribi¨® su obra, ya convencido de que el continente y el mundo que describi¨® en sus magistrales memorias ¡ªEl mundo de ayer, publicadas por El Acantilado en Espa?a¡ª, no sobrevivir¨ªan a las garras de Hitler.
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