Retrato del dolor de los desaparecidos argentinos

El jueves pasado Mar¨ªa Carman cumpli¨® 42 a?os. Este mismo d¨ªa present¨® en una librer¨ªa de su Buenos Aires natal la novela El p¨¢jaro de hueso. Fue una noche emotiva esparcida por las palabras de Carman, de sus colegas Claudia Masin y Florencia Abbate y por las canciones del cantautor Palo Pandolfo. El d¨ªa siguiente, el pa¨ªs recibi¨® la noticia de la muerte de Jorge Videla. Aunque jam¨¢s nombrado por la autora, el ex-dictador argentino es un personaje central de El p¨¢jaro de hueso, la novela ganadora del XVIII Premio Lengua de Trapo de Novela, publicada simult¨¢neamente en Argentina y Espa?a. En la historia, Manuel, un periodista de 26 a?os hijo de desaparecidos del r¨¦gimen militar, recibe la noticia de que tiene un c¨¢ncer terminal a la vez que descubre tener un hermano gemelo de quien fue separado al nacer. Y decide emprender un viaje por el interior argentino para intentar conocerlo antes de que le llegue la muerte.

Creo que todas las generaciones estamos teniendo la oportunidad de representar art¨ªsticamente lo que sucedi¨® en la dictadura

¡°Creo que todas las generaciones estamos teniendo la oportunidad de representar art¨ªsticamente lo que sucedi¨® en la dictadura. La muerte de Videla nos agarra en un momento en que estamos abiertos a la reflexi¨®n sobre de qu¨¦ manera es posible representar una experiencia colectiva traum¨¢tica. Eso es tambi¨¦n una forma de trabajar esa herida abierta que hay en el inconsciente colectivo, incluso de las personas que no eran nacidas en aquella ¨¦poca¡±, afirma Carman, quien curs¨® la escuela primaria con las hijas de los m¨¢ximos represores de la dictadura.

Aunque escribi¨® El p¨¢jaro de hueso hace 10 a?os, solo en 2013 la autora encontr¨® el momento adecuado para sacarlo a la luz. Ella ha dicho que la novela fue ¡°un bast¨®n inmenso para m¨ª en ese momento triste en que yo estaba intentando ayudar a alguien joven, alguien a quien yo amaba mucho, a despedirse de la vida.¡± Una referencia al padre de sus dos hijos, qui¨¦n muri¨® cuatro meses despu¨¦s de descubrirse portador de un c¨¢ncer de piel ¡ªuna enfermedad brutal como la que acomete al protagonista de su novela¡ª. Pero la inspiraci¨®n le surge a Carman m¨¢s de los sue?os que de la realidad. Por eso, se define como: "Una cronista de los lugares donde estoy, y en especial, del sue?o¡±. ¡°Los mecanismos de escritura de la novela son los mismos que se activan en el sue?o: condensaci¨®n, desplazamiento, sublimaci¨®n. Todas mis novelas fueron concebidas a partir de sue?os. En este sentido, las tres novelas que escrib¨ª son para m¨ª, internamente, solo una, porque todas vienen del mismo pozo del inconsciente¡±, explica.

Doctora en Antropolog¨ªa, la escritora argentina es profesora de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas. Siempre se ha dedicado a la antropolog¨ªa urbana, con proyectos que involucraron desde los ocupantes de casas tomadas en el barrio porte?o de Abasto, hasta los barrios privados que representan el otro extremo de la distribuci¨®n de la riqueza en Argentina. ¡°Me fascina eso de poder entrar en mundos tan distintos¡±, justifica, por tel¨¦fono, a la vez que explica que su manera de hacer antropolog¨ªa es muy emparentada con la literatura, aunque hay aqu¨ª una diferencia temporal: la Mar¨ªa escritora trabaja a otra velocidad. ¡°Cada novela me lleva much¨ªsimos a?os, porque al mismo tiempo hago el trabajo de campo, doy clases, sue?o, reviso todo 400 mil veces... Es un proceso muy largo, como si fuesen tiempos pre-capitalistas, tiempos de barco¡±, compara. En ese ritmo de quien no mira el reloj, acaba de terminar la novela El entretiempo, que una vez m¨¢s tiene como fondo la dictadura argentina. Su primera novela, Los elegidos, fue publicada en 2006. Tambi¨¦n ha escrito numerosos ensayos, como Las trampas de la cultura (2006) y Las trampas de la naturaleza (2011).

Para Mar¨ªa Carman, una mirada a un mapa puede representar el punto de partida de una novela. Cuando era adolescente ten¨ªa un juego: sol¨ªa desplegar un mapa, fijarse en uno de los sitios, imaginar c¨®mo era aquel lugar y despu¨¦s iba a comprobar si hab¨ªa acertado o no. Algo que se asemeja a su proceso de escritura.

Los mecanismos de escritura de la novela son los mismos que se activan en el sue?o. Todas mis novelas fueron concebidas a partir de sue?os.

El p¨¢jaro de hueso mezcla paisajes de Formosa, en el norte argentino, y de Punta Rasa, una zona balnearia de Buenos Aires donde el R¨ªo de la Plata desemboca en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. De estos dos escenarios, hab¨ªa estado solo en Formosa?¡ªla visita, para acompa?ar a un amigo antrop¨®logo, le result¨® una experiencia que le transform¨® la vida¡ª. ¡°All¨ª estuve conviviendo con chamanes", recuerda la escritora, quien agrega: "Yo tengo una relaci¨®n radical con mis sue?os, ellos han sido el motor de mi relaci¨®n con la literatura. Cuando conoc¨ª a los chamanes fue como sentirme totalmente hermanada. Porque para ellos es mucho m¨¢s importante lo que sucede en los sue?os que lo que pasa en la vigilia¡±.

En el segundo lugar de El p¨¢jaro de hueso, Punta Rasa, nunca hab¨ªa estado. Entonces repiti¨® su juego de adolescente: imaginar c¨®mo era y luego comprobar la realidad. Una vez all¨ª, bast¨® dar un par de vueltas para encontrar la vivienda de los protagonistas: una casa vieja semisepultada en un bosque de inmensos eucaliptos que nadie se hab¨ªa encargado nunca de podar, junto a otros ¨¢rboles ca¨ªdos, y en el mismo punto cardinal en que ella lo hab¨ªa imaginado. Aunque aclara: "Lo cierto es que yo no invento historias: solo me suceden, antes o despu¨¦s. Algunos mapas que me gusta mirar¡­ no s¨¦, simplemente son como un paisaje interior. No debe ser muy distinto a lo que siente un quiromante al observar el destino en la palma de una mano".