El misterio infinito de la vida privada
La Fundaci¨®n Mapfre acoge la primera exposici¨®n en Espa?a sobre los universos ¨ªntimos en blanco y negro del gran fot¨®grafo estadounidense Emmet Gowin
Lo indescifrable, casi lo inexplicable, el inacabable misterio de la vida privada y los c¨ªrculos conc¨¦ntricos que desembocan entre las salas y las habitaciones del territorio de la intimidad conforman el fascinante universo en blanco y negro de Emmet Gowin (Danville, Virginia, 1941). Un universo cuya carga po¨¦tica lo convirti¨® en uno de los fot¨®grafos m¨¢s importantes de la segunda d¨¦cada del siglo XX. Ese universo se despliega ahora en las salas de la Fundaci¨®n Mapfre de Madrid, en lo que supone la primera exposici¨®n espa?ola de todo un cl¨¢sico en vida de la fotograf¨ªa.
El autor estadounidense conoci¨® a su esposa, Edith Morris, durante el oto?o de 1960. Gowin estaba ya interesado por la fotograf¨ªa. Le fascinaban la naturaleza y los ciclos de la vida. Pero despu¨¦s de conocer a Edith su c¨¢mara ya no pareci¨® encontrar ning¨²n objetivo mejor. Casados en 1964, durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, Edith y su mundo son los protagonistas absolutos de la obra de Gowin. De frente, de espalda, en camis¨®n, con traje de fiesta, desnuda, embarazada, sola, con la familia...
Alto, atractivo, con una peque?a c¨¢mara Sony colgada al cuello y due?o de una voz que recuerda a los grandes actores del Hollywood dorado, Emmet Gowin explicaba ayer en las salas de la exposici¨®n c¨®mo un d¨ªa decidi¨® elegir a su mujer y a su familia como tema central de sus composiciones, porque todo lo que le interesaba estaba ah¨ª, delante suyo. ¡°La mayor parte de estas fotograf¨ªas¡±, cont¨®, ¡°las hice durante los a?os que dur¨® la guerra de Vietnam; alg¨²n cr¨ªtico me dijo entonces que mi trabajo ten¨ªa algo de incestuoso. Pero yo buscaba algo que ofrecer a la gente y no hab¨ªa nada mejor que las im¨¢genes de mi familia. Descubrir lo mucho que amaba a mi mujer fue una reafirmaci¨®n de lo que era importante en mi vida, de lo que de verdad era precioso para m¨ª. Pensar en sus familias era tambi¨¦n un motivo por el que los soldados anhelar¨ªan volver del frente¡±.
Pero si la exposici¨®n, incluida en el programa general de PHotoEspa?a, arranca y cierra con hermosis¨ªmas series dedicadas a su mujer, en medio hay muchos m¨¢s temas. Comisariada por Carlos Gollonet, responsable de fotograf¨ªa de la Fundaci¨®n Mapfre, la muestra acoge 180 trabajos realizados en blanco y negro, salvo la serie dedicada a paisajes de Andaluc¨ªa, realizada expresamente para esta su primera cita espa?ola.
La naturaleza y los paisajes que ya le hab¨ªan empezado a interesar en su adolescencia se despliegan en sucesivas etapas de su vida durante varios viajes realizados a Europa, Asia y el interior de Estados Unidos. De Europa Gowin ensalza la belleza de las laber¨ªnticas y empinadas calles de Matera (Italia). En Asia escoge Petra (Jordania) y sus casas esculpidas en las rocas.
Pero es en su propio pa¨ªs, Estados Unidos, donde realiza algunas de las series m¨¢s aplaudidas por los ecologistas, aunque ¨¦l no est¨¢ c¨®modo con ninguna etiqueta. ¡°No tengo m¨¢s intenci¨®n que la de descubrir la realidad, no doy mensajes¡±, comenta. La reserva nuclear de Hanford en el Estado de Washington y las tierras muertas que rodean al r¨ªo Columbia constituyen todo un cat¨¢logo de las diferentes formas que tiene el hombre de destruir el territorio. Las im¨¢genes que obtiene de los circuitos de irrigaci¨®n en Kansas o los paisajes lunares de Nevada recuerdan a las pinturas de los expresionistas abstractos, aunque Gowin recuerda que el artificio es ajeno a lo que su c¨¢mara retrata. ¡°Yo no manipulo, pero estoy muy a favor de aplicar las nuevas tecnolog¨ªas. Gracias a un sofisticado tipo de escaner, el Smithsonian ha recuperado im¨¢genes de soldados americanos de la guerra civil que hab¨ªan desaparecido del todo. Milagroso... y maravilloso¡±.
Los paisajes a¨¦reos realizados sobre Andaluc¨ªa, tambi¨¦n tienen para Gowin un punto de milagro. ¡°Me dijeron que ten¨ªa dos d¨ªas para hacer las fotos. Pens¨¦ que era imposible, una experiencia inabarcable. Pero salieron en dos minutos. Como dice la Biblia, Dios da ojos al que quiere ver¡±. El final de la exposici¨®n es una inmersi¨®n en las selvas Latinoamericanas. Con su esposa como acompa?ante y modelo, Gowin retrata centenares de mariposas. Es la serie Mariposas nocturnas. Edith en Panam¨¢. La sombra de ella sobrevuela a los insectos en un aparente juego de tintas conseguido a base de contraluz. El resultado le emociona y confiesa que es feliz.
?Y por qu¨¦ no se autorretrata ni siquiera como parte de su familia? ¡°Porque en mi obra estoy yo. En mis fotos me ver¨¢n a m¨ª¡±.
Babelia
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