Thoreau, ap¨®stol del 15-M... de 1845
Un c¨®mic, una revisi¨®n de ¡®Walden¡¯ y la edici¨®n en espa?ol de sus diarios rescatan a Thoreau Est¨¢ considerado como el padre de la desobediencia civil
¡°De todas las cosas inexplicables y extra?as, esta de llevar un diario es la m¨¢s extra?a. No se puede decir nada sobre ello. No tiene sentido decir que est¨¢ bien, y tampoco decir que est¨¢ mal¡±. Pese a tanta reserva, el pensador estadounidense Henry David Thoreau (1817-1862), autor de la anotaci¨®n, construy¨® a lo largo de 24 a?os un corpus autobiogr¨¢fico fragmentado de m¨¢s de siete mil p¨¢ginas. Una peque?a porci¨®n ve al fin la luz en espa?ol en la recopilaci¨®n El diario. Volumen I (1837-1861), editada por Capit¨¢n Swing Libros con traducci¨®n de Ernesto Estrella.
Ya licenciado en Harvard, el joven escritor reflexion¨® acerca de la pertinencia del dietario en 1840. Cinco a?os despu¨¦s, decidi¨® romper con la civilizaci¨®n y renunci¨® al mundo en una caba?a construida por ¨¦l mismo en un terreno que Ralph Waldo Emerson le cedi¨® a orillas de una laguna en las inmediaciones de Concord, Massachusetts, ciudad natal de Thoreau. Titul¨® Walden el recuento de aquellos d¨ªas. Mezcla de ensayo autobiogr¨¢fico, tratado de sociopol¨ªtica y estudio sobre flora y fauna del lugar, le vali¨® el ingreso en la historia del inconformismo. Dos a?os despu¨¦s, pas¨® una de las noches en el calabozo m¨¢s c¨¦lebre de la historia de la literatura, ganada por negarse a pagar sus impuestos en protesta contra la esclavitud. De ah¨ª sali¨® su cl¨¢sico Desobediencia civil, manual de uso pac¨ªfico para l¨ªderes como Gandhi o Martin Luther King.
El inter¨¦s por su obra crece en tiempos de crisis¡± Casado Da Rocha
Muri¨® hace poco m¨¢s de 150 a?os, pero sus ideas permanecen vivas en ¨¢mbitos tan dispares como los movimientos sociales aglutinados por el 15-M, el moderno libertarismo cibern¨¦tico, la f¨¦rtil cosecha del cine pol¨ªtico estadounidense, el revival folk o la vuelta al campo. No tanto por la efem¨¦ride como porque sus ense?anzas gozan de un contundente eco de actualidad, los escritos de este sospechoso de m¨²ltiples paternidades (padre de la ecolog¨ªa, de la desobediencia civil) protagonizan un curioso fen¨®meno editorial. Adem¨¢s del libro de diarios (que tendr¨¢ en 2014 segunda parte, siguiendo el esquema de la edici¨®n estadounidense de New York Review of Books), otras dos j¨®venes editoriales se suman a la celebraci¨®n de la prosa trascendental de Thoreau con un c¨®mic biogr¨¢fico (La vida sublime, de los franceses A. Dan y Maximilien LeRoy, en Impedimenta) y una nueva traducci¨®n y revisi¨®n a fondo de Walden (a cargo de Marcos Nava, en Errata Naturae).
¡°Siempre ha existido inter¨¦s por Thoreau, pero se ha dado m¨¢s que nada en la periferia, rara vez en la academia. Como cl¨¢sico que es, emerge y desaparece. El recurso a su obra crece en momentos de crisis, en la incertidumbre¡±, explica Antonio Casado Da Rocha, investigador de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y autor de Thoreau, biograf¨ªa esencial (Acuarela Libros, 2005). Casado particip¨® la semana pasada en un curso sobre el trascendentalismo del autor estadounidense, organizado por la Casa del Lector de Madrid en otra prueba del reavivado inter¨¦s por su figura.
¡°Antiesclavista, conservacionista¡ a Thoreau se le puede caracterizar de muchos modos, pero a nosotros nos fascina sobre todo su dimensi¨®n de feroz buscador de s¨ª mismo, y de obseso de la coherencia ¨¦tica¡±, explica Enrique Redel, responsable de Impedimenta. ¡°Su obra y su propia vida cotidiana, sus acciones y sus decisiones son¡±, a?ade Irene Ant¨®n, de Errata Naturae, ¡°un elogio constante de tres cuestiones que resultan determinantes: la libertad individual contra toda instituci¨®n, gobierno o idea preconcebida; la defensa radical de la tierra como un bien com¨²n y la reivindicaci¨®n de lo salvaje como esencia ¨²ltima de la naturaleza¡±
Este ¨²ltimo sello tiene m¨¢s pruebas de la fascinaci¨®n por Thoreau, a quien Machado defini¨® en cierta ocasi¨®n como un ¡°intelectual que so?¨® como latino, y como saj¨®n puso en pr¨¢ctica su sue?o¡±. El rescate del in¨¦dito epistolar Cartas a un buscador de s¨ª mismo fue el mayor ¨¦xito de la editorial el pasado a?o. Van por la tercera edici¨®n. Con Walden, versi¨®n acompa?ada de ilustraciones, esperan repetir fortuna. Incluso aunque se trate de una obra reiteradamente traducida al espa?ol desde 1907 (la m¨¢s reciente, en C¨¢tedra) de uno de los escritores m¨¢s admirados de EE UU, donde es reivindicado hasta por los presidentes y una r¨¦plica de la c¨¦lebre caba?a es monumento en el estado de Massachusetts.
?Qu¨¦ de nuevo en el Walden de Nava? ¡°Thoreau era una persona intensamente espiritual, capaz de ver belleza en lugares vedados para la mayor¨ªa, pero al mismo tiempo era un hombre con dotes extraordinarias para todo tipo de trabajos pr¨¢cticos, desde la carpinter¨ªa hasta lo que hoy llamar¨ªamos chapuzas. Esta complejidad, estas paradojas y contrastes aparecen tambi¨¦n en su pensamiento, refuerzan un cierto grado de tensi¨®n entre lo bello y lo eficaz, entre la poes¨ªa y el manual pr¨¢ctico para la vida, y tratar de reproducir eso ha sido una de mis principales preocupaciones¡±. Nava a?ade que en su trabajo, ¡°m¨¢s amplio que el realizado en las versiones previas de Walden, pero sin llegar a la edici¨®n cr¨ªtica para un p¨²blico estrictamente acad¨¦mico¡±, uno de los mayores retos aguardaba en las descripciones de la naturaleza: ¡°Thoreau habla de decenas y decenas de especies animales y de plantas, muchas de las cuales se han traducido err¨®neamente anteriormente, aunque, no se debe olvidar que hoy, gracias a la Red, el acceso a bancos de informaci¨®n, diccionarios especializados... es mucho m¨¢s sencillo y facilita la labor del traductor¡±.
Escribi¨® m¨¢s de siete mil p¨¢ginas de un dietario que estaba in¨¦dito
En el caso de LeRoy, su bi¨®grafo en c¨®mic, las complicaciones fueron otras: ¡°Parad¨®jicamente, la vida de Thoreau es dif¨ªcil de retratar debido a su aparente simplicidad. Dejando aparte sus expediciones clandestinas con esclavos fugados, era un hombre m¨¢s bien solitario. Ten¨ªa que dar importancia a toda esa dimensi¨®n inm¨®vil. El registro biogr¨¢fico est¨¢ lleno de emboscadas: demasiado lineal, demasiado did¨¢ctico¡±.
Para redondear su retrato en c¨®mic de l¨ªnea clara, Le Roy incluye en un ap¨¦ndice titulado Thoreau, un fil¨®sofo para hoy una entrevista con el especialista Michel Granger, de la Universidad de Lyon, que aconseja la lectura del Diario reci¨¦n editado por primera vez en espa?ol para adentrarse en las contradicciones de un pensador al que LeRoy pide no confundir ¡°con un hippie¡±.
Adem¨¢s de consideraciones filos¨®ficas (¡°Llevo veintitr¨¦s a?os rompiendo mi silencio y apenas s¨ª le he hecho un desgarr¨®n¡±), opiniones pol¨ªticas (¡°Si no fuera por la muerte y por los funerales, dudo de que la instituci¨®n de la Iglesia durara mucho¡±), consejos para escritores (¡°Las frases que son como peque?os actos de elasticidad desde el trampol¨ªn de nuestra vida; esas son las buenas¡±), digresiones on¨ªricas (¡°Anoche so?¨¦ con la pureza¡±), o reflexiones naturalistas (¡°El lucio es el halc¨®n, pez de rapi?a que planea por encima de los alevines¡±), el dietario incorpora en su cierre una anotaci¨®n hecha ¡°en la tapa interior del cuaderno¡±, en la que se lee:
¡°Mis defectos son:
Paradojas: decir ¨²nicamente lo contrario, en un estilo f¨¢cil de imitar.
Ingenuidades.
Juegos de palabras, para provocar risa; no siempre simples, fuertes y amplios.
Uso de m¨¢ximas y frases de actualidad, cuando debiera hablar por m¨ª mismo.
No soy siempre sincero.
¡®En breve¡¯, ¡®de hecho¡¯, ¡®?y he aqu¨ª!¡¯, etc.
Falta de concisi¨®n¡±.
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