Contubernio contra la fiesta
Estaba todo tan cogido con alfileres que toda la tarde se vino abajo como un castillo de naipes
Lo curioso es que la cosa empez¨® bien; la plaza, de bote en bote, ambientazo de corrida de lujo, tarde soleada, concentraci¨®n de representantes de la vida econ¨®mica y social, con la Infanta Elena a la cabeza, a la que, por cierto, los tres espadas brindaron uno de sus toros; los dos primeros, directamente, y Castella, porque el ¨²ltimo se lo brind¨® a todos los espectadores, y, claro, quieras que no, la se?ora estaba entre ellos. Acabado el pase¨ªllo, Juan Jos¨¦ Padilla sali¨® a los medios para agradecer la cari?osa ovaci¨®n el p¨²blico le dedic¨® por su vuelta a esta plaza. En fin, que la corrida comenzaba con los mejores augurios.
Pero, amigo, sali¨® el primer toro, astifino y de bella estampa, y lo recibi¨® el jerezano con cuatro estimables ver¨®nicas y dos delantales de mejor factura; cuando lo llevaba al caballo con un garboso galleo por chicuelinas, el animal se arrodilla dos veces y canta a los cuatro vientos su invalidez.
Y ah¨ª se acab¨® la corrida. Y qued¨® claro que estaba todo tan cogido con alfileres que toda la tarde se vino abajo como un castillo de naipes. A partir de entonces, el festejo fue una desverg¨¹enza, un fraude, una tomadura de pelo, un enga?o¡ Porque qued¨® patente que esta corrida, que se vende como la m¨¢s importante del a?o, era una conjura contra la fiesta de los toros.
Alguien con mala fe o por omisi¨®n quiere acabar con el espect¨¢culo taurino; y pretende alcanzar su objetivo echando a la gente de las plazas, maltrat¨¢ndolas, machac¨¢ndolas con pe?azos insoportables como el de ayer. De lo contrario, no se entiende, por ejemplo, que la ganader¨ªa titular no fuera capaz de lidiar una corrida completa. ?Acaso no sabe hace meses el ganadero que debe tener toros para esta fecha tan se?alada? No cabe en cabeza humana que, al final, solo se aprobaran cuatro, y ninguno de ellos luciera el trap¨ªo para la corrida m¨¢s importante de la temporada.
Esta es una realidad que solo puede ser comprendida a la luz de un complot contra la fiesta; de lo contrario, es impensable que una corrida remendada y de tan feas hechuras saliera ayer al ruedo de las Ventas.
OVACI?N: Juan Jos¨¦ Padilla fue toda la tarde un perfecto director de lidia; atento siempre a la lidia y a los quites.
PITOS: Fracaso sin paliativos de la corrida de Valdefresno, mal presentada, mansa, descastada y remendada.
DESTACADOS: Esta corrida, que se vende como la m¨¢s importante del a?o, fue una conjura contra la fiesta de los toros.
Morante no quiso irse de vac¨ªo y se arrebat¨® en el quinto en el toreo a la ver¨®nica, desigual y garboso.
Por cierto, corrida de lujo sobre el papel, pero recortada en extremo. La Comunidad de Madrid se limit¨® en encargar a Luis Francisco Espl¨¢ el dise?o del cartel del festejo y a pintar de rojo -normalmente, son de color blanco- las rayas del tercio. Ni las banderillas eran de las llamadas de lujo, como en otras ocasiones.
Y todo lo que vino despu¨¦s fue un completo desprop¨®sito. Ni hubo toros, ni hubo toreros, ni un momento siquiera para el buen sabor de boca a pesar de las aparentes ganas de Morante ante el quinto, y el festejo dio la impresi¨®n de que dur¨® una eternidad por su espesura, su falta de contenido, su vulgaridad¡
Volvi¨® Juan Jos¨¦ Padilla y no dijo ni p¨ªo. Le toc¨® en suerte el m¨¢s noble de la corrida, el primero de la tarde, tan debilucho, y el torero se limit¨® a darle muchos pases y a no decir nada; quiz¨¢, porque deb¨ªa llevar la muleta a media altura, quiz¨¢ por su personal superficialidad, lo cierto es que todo transcurri¨® entre un aburrido silencio.
No quiso poner banderillas al cuarto -hizo bien porque las puso en el primero de manera tosca y desacertada-, pero se empe?¨® en hacer una faena larga, anodina, sin fundamento alguno, con una voltereta incluida que le pudo costar un disgusto, y un mal rato para matar al desclasado animal, de tal modo que escuch¨® dos avisos.
Morante no quiso ver al segundo porque es que no ten¨ªa nada que ver. Era una birria de toro, y el artista se lo quit¨® de encima sin m¨¢s dilaci¨®n. Pero no quer¨ªa irse de vac¨ªo y se arrebat¨® con el quinto, al que esper¨® sentado en el estribo, y dibuj¨® dos estimables ver¨®nicas, primero, otros dos despu¨¦s y dos medias con la marca de la casa. Lo intent¨® en un quite con otras tres, la ¨²ltima de ellas, templad¨ªsima, al ritmo lento, lento, de la embestida del animal. Muleta en mano, se sinti¨® molesto cuando escuch¨® gritos de desaprobaci¨®n procedentes del tendido 7, que le ped¨ªan con raz¨®n que toreara hacia los adentros. Pidi¨® respeto con la mirada, y se esmer¨® en tres derechazos y uno de pecho de buena factura, tras lo cual volvi¨® a mirar hacia los exigentes con un gesto de desaf¨ªo. Pero no hubo m¨¢s. No era el toro so?ado por Morante, se dobl¨® por bajo con elegancia y pas¨® un quinario para mandarlo a la eternidad.
Y Castella pas¨® sin pena ni gloria. Con actitud de desgana y desinter¨¦s se mostr¨® ante el tercero, un inv¨¢lido que el presidente mantuvo en el ruedo contra toda l¨®gica, y sin mando e inconsistente con el encastado sexto, que repiti¨® sus embestidas mientras el torero intentaba sin ¨¦xito acompa?arla con donosura. Comenz¨®, como suele hacer, con pases cambiados por la espalda en el centro del ruedo; hasta tres enjaret¨® y cerr¨® la tanda con uno de pecho y una trincherilla; pero no hubo m¨¢s.
Total, que acab¨® la corrida m¨¢s importante del a?o convertida en un pesti?azo insoportable. Otra vez, el toro basura que exigen las figuras, esas figuras que participan por acci¨®n u omisi¨®n en un claro contubernio contra la fiesta.
Valdefresno/Padilla, Morante, Castella
Cuatro toros de Valdefresno, muy justos de presentaci¨®n, blandos, mansos, descastados y sin clase; primero y sexto, de Victoriano del R¨ªo, bien presentados, inv¨¢lido y noble el primero y encastado el otro.
Juan Jos¨¦ Padilla: pinchazo, estocada _aviso_ (silencio); _aviso_ dos pinchazos, media, casi entera baja _2? aviso_ y un descabello (silencio).
Morante de la Puebla: pinchazo y media baja (pitos); cuatro pinchazos _aviso_ pinchazo (pitos).
Sebasti¨¢n Castella: pinchazo hondo atravesado _aviso_, estocada muy trasera y un descabello (silencio); media _aviso_ y un descabello (silencio).
Plaza de Las Ventas. 5 de junio. Corrida de Beneficencia. Presidi¨® la Infanta Elena desde el palco real. Lleno.
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