Romanticismo de andar por casa

Durante 20 minutos un matrimonio dialoga frente a la luna delantera de un coche de alquiler. Las gemelas duermen en la parte trasera, mientras su padre se come los restos de su manzana y decide que ya parar¨¢n a la vuelta en las ruinas que las peque?as llevan reclamando todo el verano. Hablan del pasado. De su futuro laboral. De las complicaciones que los hijos y las exmujeres traen aparejadas y los problemas en los que pueden desembocar. Al echar el freno de mano, la radiograf¨ªa es de una realidad que de tan cotidiana resulta atractiva, aunque el espejo duela a ratos.

Ha sido casi como un ejercicio de autopsicoan¨¢lisis¡±, dice su director

Jesse y Celine se conocieron en un tren con parada en Viena, Antes del amanecer (1995). Se reencontraron en una gira literaria en Par¨ªs, Antes del atardecer (2004). Ahora el director Richard Linklater se los lleva al Peloponeso griego ¡°para explorar la vida a los 40, nada m¨¢s¡±, cuenta en presencia de sus protagonistas y coescritores, los actores Julie Delpy y Ethan Hawke, en un hotel de Atenas, en la presentaci¨®n europea de la pel¨ªcula que llegar¨¢ el viernes 28 de junio a Espa?a. A unos cuantos kil¨®metros de donde se rod¨® la tercera entrega de la ahora ya saga. Y eso que se empe?an en remarcar que esto de las continuaciones es ¡°pura casualidad¡±.

¡°Las dos primeras pel¨ªculas trataban sobre la fantas¨ªa del romanticismo, no pod¨ªamos retomar esa idea, hab¨ªa que mostrar la realidad de una pareja¡±, apostilla el int¨¦rprete de El club de los poetas muertos y Training day. A esta conclusi¨®n llegaron hace dos a?os en un encuentro en Nueva York. En alg¨²n lugar de sus agendas y subconscientes Jesse y Celine segu¨ªan pululando, con el estandarte que postulan subrepticiamente en cada entrega: ¡°Todo el mundo cree en el amor, es lo que vende¡±. Pero con matices. Ten¨ªan claro que tras casi 20 a?os de idas y venidas, esta no pod¨ªa ser otra parada en el camino. ¡°Planteamos cuestiones propias de las estad¨ªsticas que se realizan a esa edad, de hecho, analizamos nuestras vidas de cuarentones: tenemos hijos, relaciones m¨¢s o menos duraderas, cierta consolidaci¨®n en el trabajo¡±, explica Linklater. ¡°Ha sido casi como un ejercicio de autopsicoan¨¢lisis¡±.

Tras otra reuni¨®n en la Navidad de 2011, el tr¨ªo se encontr¨® un a?o despu¨¦s en Grecia, se encerr¨® en un cuarto para terminar el guion y en 15 d¨ªas hab¨ªan rodado la pel¨ªcula. En esta ocasi¨®n, los largos di¨¢logos marca de la factor¨ªa Linklater, Delpy y Hawke se intercambian con los pareceres de un peque?o reparto. La pareja pasa el verano en una casa en Messinia, propiedad del escritor Patrick Leigh Fermor, quien tras su muerte orden¨®, ya fuera en la ficci¨®n o en la realidad, que su morada solo pod¨ªa ofrecerse tres meses al a?o a los turistas. El resto del tiempo deb¨ªa ser ocupada por un escritor y sus tareas creativas. Antes del anochecer enfrenta, en esta vi?a de olivos y tomates mediterr¨¢neos, a los protagonistas con un autor y su familia en torno a la mesa. ¡°Era una secuencia necesaria para terminar de comprender qu¨¦ les hab¨ªa pasado y en qu¨¦ se hab¨ªan convertido¡±, cuenta Linklater. ¡°Los otros son la ayuda para terminar de concebirse como pareja¡±, perfila Hawke.

La realidad y su batalla contra el amor comparten espacio con las migas del banquete. Pero tambi¨¦n las risas, el cinismo y la incertidumbre desesperada que acaba en furia. Por mucho que la legi¨®n de fans sue?e con la improvisaci¨®n de sus ¨ªdolos, Hawke y Delpy tiran de escuela para justificar los minutos de metraje frente a frente. ¡°La secuencia final en el hotel se ha convertido en una minipel¨ªcula dentro de otra: con sus tomas, cortes y la ayuda del montaje¡±, relata Delpy, quien interrumpi¨® su trabajo como directora, tras rodar Skylab y Dos d¨ªas en Nueva York, para volver a la interpretaci¨®n en este filme. ¡°Pero la primera secuencia en el coche, conseguimos rodarla de una vez, 20 minutos de conversaci¨®n sin equivocarnos. Es esencial conseguir cierto grado de naturalidad¡±.

Bajo un sol templado, Jesse y Celine vuelven a compartir apenas 24 horas con quienes llevan esper¨¢ndoles nueve a?os. ¡°Puede que para la pr¨®xima elijamos una ciudad fuera de Europa un d¨ªa de fr¨ªo y viento¡±, dice Linklater. ¡°Si para las anteriores contamos con pocos apoyos, para esa nos tendr¨ªamos a nosotros solos¡±, r¨ªe Delpy. ?Entonces habr¨¢ una cuarta entrega? ¡°Eso esperamos, pero nunca se sabe¡±, zanja con otro interrogante el director.