Francia levanta el veto al acuerdo comercial con EEUU
La f¨®rmula deja fuera el cap¨ªtulo audiovisual en el comienzo de los contactos con Washington, pero deja la puerta abierta para retomarlo m¨¢s adelante
In extremis, tras m¨¢s de 12 horas de negociaci¨®n y con ese resabio ag¨®nico tan t¨ªpico -tan t¨®pico- de esta Europa en perpetua crisis. Los ministros de Comercio de la Uni¨®n alcanzaron en la noche del viernes en Luxemburgo el acuerdo necesario para fijar la posici¨®n europea e iniciar las negociaciones formales con Estados Unidos para el trascendental acuerdo transatl¨¢ntico de comercio e inversi¨®n. Pese a su f¨¦rrea defensa de la excepci¨®n cultural, Francia dio, finalmente, su brazo a torcer. Casi en solitario, Par¨ªs bloqueaba ese paso por sus exigencias para sacar el sector audiovisual de las negociaciones. Finalmente lleg¨® una soluci¨®n t¨ªpicamente europea: todos ganan (o todos pierden). La f¨®rmula salom¨®nica para facilitar el acuerdo deja fuera el cap¨ªtulo audiovisual en el arranque, al inicio de los contactos con Washington. Pero atenci¨®n: abre la puerta para recuperarlo m¨¢s tarde. Patada hacia adelante: as¨ª ha hecho Europa con sus bancos y con casi todo. Ahora tambi¨¦n con la cultura francesa y su tradicional excepci¨®n.
Tras a?o y medio en una recesi¨®n que est¨¢ aqu¨ª para quedarse, el acuerdo con Estados Unidos ¨Cuna especie de OTAN econ¨®mica y comercial¡ª se ve como un trampol¨ªn de salida para la alica¨ªda econom¨ªa europea, necesitada de una bala de plata que cambie el panorama. El pacto con EE UU es crucial y ha sido defendido al m¨¢s alto nivel, empezando por el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Durao Barroso. Francia llevaba meses amenazando con el veto si no lograba su objetivo de aislar todo lo relacionado con el sector audiovisual, desde Internet a la televisi¨®n y al cine. Al final, en la Europa de nuestros d¨ªas, el aislamiento no permite llegar demasiado lejos: Par¨ªs tiene todav¨ªa la ¨²ltima palabra en este asunto, pero ha dado una se?al clara de debilidad al respecto. M¨¢s a¨²n con una econom¨ªa metida en una crisis cr¨®nica y con un Gobierno en horas bajas.
La Comisi¨®n y la presidencia irlandesa llevaban d¨ªas tratando de sortear las reservas de Francia, con un acuerdo que permitiera el arranque de las negociaciones, dejando para m¨¢s adelante todo lo relativo al sector audiovisual. Esa es la f¨®rmula elegida, con matices. "Hoy por hoy podemos decir que el sector audiovisual no est¨¢ en el mandato de la negociaci¨®n", confirm¨® el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht. Inmediatamente, De Gucht dej¨® claro que la Comisi¨®n "podr¨¢ hacer cualquier recomendaci¨®n al Consejo para a?adir cualquier negociaci¨®n adicional¡±.
Palabras: no hay nada que hacer. O no demasiado. Los ministros europeos pactaron esta posici¨®n, para la que es imprescindible la unanimidad. El ministro irland¨¦s de Empleo, Richard Bruton, asegur¨® que es "clara y amplia", una especie de caj¨®n de sastre que permitir¨¢ "avances concretos" y que "deja la puerta abierta a la Comisi¨®n con puntos adicionales para el ¨¢mbito audiovisual o para pedir otros mandatos".
Francia hab¨ªa insistido en la importancia de excluir completamente la industria cultural de la negociaci¨®n, y hab¨ªa rechazado propuestas intermedias para mantener las cuotas y subsidios que los pa¨ªses europeos conceden a su producci¨®n audiovisual. Pero al final los n¨²meros, en esta Europa en la que solo valen los n¨²meros, cuentan m¨¢s: las ventajas econ¨®micas de un convenio comercial de estas caracter¨ªsticas para los dos bloques ser¨ªan enormes, seg¨²n un estudio encargado por Bruselas al Centro de Investigaci¨®n de Pol¨ªtica Econ¨®mica de Londres, que cifra en 119.000 millones de euros anuales los beneficios para la UE y de 95.000 millones aproximadamente para Estados Unidos.
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