Huele a esp¨ªritu adolescente... a los 40
La industria del lujo, capitaneada por Hedi Slimane, reivindica el movimiento 'grunge' de los 90
En 2014 se cumplen 20 a?os de la muerte de Kurt Cobain. Y para explotar la nostalgia de esta efem¨¦ride, las pasarelas preparan ya la vuelta del grunge en su versi¨®n m¨¢s digestiva. El revival del antiestilo que naci¨® en Seattle, en cinco claves.
Qui¨¦n. En su segunda colecci¨®n para Saint Laurent Paris, Hedi Slimane volvi¨® a sembrar la discordia al invocar al grunge: vestidos babydoll de apariencia ajada, camisas de franela y mucha rejilla. Para sus peores detractores, como la periodista de The New York Times Cathy Horyn, se trata de una propuesta excesivamente literal, carente de todo inter¨¦s y que ¡°corta los lazos de una conexi¨®n simb¨®lica con el fundador [de la casa francesa], con el buen gusto y el poder femenino¡±. Para sus entregados fans, constituye un nuevo hito en la carrera del hombre que revolucion¨® la silueta masculina al frente de Dior. ¡°Tengo orgasmos al imaginarme a se?oras ricas comprando lo que sol¨ªamos vestir. Por fin alguien ha clavado el look¡±, declaraba Courtney Love, cantante de Hole, y musa indiscutible del grunge. Tomadura de pelo o genialidad, la pol¨¦mica ha vuelto a confirmarse como herramienta publicitaria incontestable. Y tantas p¨¢ginas, p¨ªxeles y minutos dedicados al ¨®rdago de Slimane han terminado dando sus frutos comerciales y convirtiendo en tendencia los pantalones de pijama dos d¨¦cadas despu¨¦s de que Kurt Cobain, l¨ªder de Nirvana, los luciese en la grabaci¨®n de su disco MTV Unplugged in New York.
Cu¨¢ndo. Puede que Slimane aportase la gasolina, pero la mecha del advenimiento grunge la encendieron Dries Van Noten, Ann Demeulemeester y 3.1 Philip Lim una temporada antes. Combinaciones de estampados imposibles, superposiciones infinitas y siluetas laxas fueron las claves de sus apuestas para esta primavera-verano. Aunque el pionero en el arte de poner una etiqueta de lujo a prendas de apariencia ajada fue Marc Jacobs. En 1993 su colecci¨®n consagrada al ¡°ruido textil¡± para Perry Ellis le vali¨® el despido como director creativo pero revolucion¨® el mundo de la moda. Mientras se gestaba, Sonic Youth grab¨® el v¨ªdeo de su single Sugar Kane en el taller de la firma estadounidense. Chlo? Sevigny, entonces becaria de la revista Sassy, aparec¨ªa como figurante. Fue el punto de inflexi¨®n en el que el grunge mut¨® de la industria discogr¨¢fica a la textil.
D¨®nde: En Seattle. Antes del lanzamiento en 1991 de Smells like teen spirit, la ¨²nica efem¨¦ride que atesoraba la capital del condado de King era haber sido escenario de la primera huelga general de Estados Unidos en 1919. Despu¨¦s del single de Nirvana, se convertir¨ªa en el epicentro del grunge, el movimiento musical encabezado por Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains que conmocionar¨ªa a una generaci¨®n. Una corriente que, en principio, desafiaba el poder de los logos, las multinacionales y los convencionalismos. Y que, sin pretenderlo, implantar¨ªa un estilo (entonces antiestilo) que el cine y la pasarela terminar¨ªan destilando comercialmente en productos como Solteros (1992) o Reality Bites (1994), y, 20 a?os despu¨¦s, en abrigos de 6.000 euros.
Por qu¨¦: El revival se ha establecido como unidad de medida en la moda. Solo desde 2011 las pasarelas han regurgitado los a?os veinte, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta y ochenta. As¨ª que parece inevitable que la ¨²nica d¨¦cada virgen ¡ªlos noventa¡ª sea la siguiente en ser deglutida. Justo a tiempo para conmemorar el 20 aniversario de la muerte de Kurt Cobain (el 5 de abril de 1994). ¡°El Grunge, el rave y el house son movimientos que, adem¨¢s de volver nost¨¢lgicos a los que tenemos 30 ¨® 40, encajan a la perfecci¨®n con una tendencia muy fuerte entre los que ahora son adolescentes: el ser punk. Una est¨¦tica playera pero dejada con la que comparten c¨®digos, como el gusto por las camisetas y sudaderas¡±, explica Manuel Olarte, la mitad de la firma Isaacymanu que triunfa con sus dise?os digitales y que prepara una colecci¨®n inspirada en el estilo Seattle para el pr¨®ximo oto?o.
?C¨®mo. En contra de lo que sugieren las propuestas de Slimane, fieles casi de forma notarial al armario de 1992, Olarte considera que el grunge llegar¨¢ distorsionado a las calles: ¡°El contexto no es el mismo. No vuelve la m¨²sica ni ese sentimiento nihilista de rebeli¨®n contra todo lo establecido¡±. S¨ª lo hace, en su opini¨®n, la melena bicolor (o dip dye) y la querencia por las mezclas m¨¢s transgresoras: camisones con pieles o ch¨¢ndales con piezas de noche. Y por supuesto, la sant¨ªsima trinidad del grunge: Dc Martens, camisas de cuadros y pantalones ca¨ªdos.
Babelia
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