Manuel Gil Esteve, el compromiso total de un maestro de italianistas
Manuel Gil Esteve, catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Italiana de la Universidad Complutense de Madrid y comendador de la Rep¨²blica Italiana, fallec¨ªa el pasado 25 de mayo en Madrid. Su periplo vital, concluido a los 77 a?os, fue el de quien, nacido poco antes de 1936, hubo de sufrir todos los a?os de la sedici¨®n en el poder.
Estudi¨® Filog¨ªa Rom¨¢nica en Madrid, donde D¨¢maso Alonso, primero maestro, m¨¢s tarde colega y amigo, lo encamin¨® hacia el ¨¢mbito italiano. A?os despu¨¦s, a comienzos de los ochenta, ver¨ªamos al profesor Gil Esteve, entonces ya como vicedecano, organizar en casa de D¨¢maso Alonso, rodeados por su sobrecogedora biblioteca, el Premio Blas de Otero de Poes¨ªa. Tambi¨¦n cont¨® entre sus maestros al dialect¨®logo Alonso Zamora Vicente ¡ªcon quien tantas vivencias acad¨¦micas, intelectuales y de todo tipo acabar¨ªa viviendo¡ª o al historiador de la lengua Rafael Lapesa, entre otros muchos fil¨®logos de gran prestigio cuyas ense?anzas transmiti¨® m¨¢s adelante a muchas generaciones.
Al terminar la carrera vino su etapa de estudios en Italia, que reparti¨® entre las ciudades de dos luminarias de las letras italianas, la Florencia de Oreste Macr¨ª y la Pisa de Guido Mancini: sus compa?eros y amigos italianos de aquella ¨¦poca a¨²n le recuerdan corriendo al tren que un¨ªa ambas ciudades. Tras esos a?os se instal¨® definitivamente en Madrid, donde a comienzos de los setenta ganar¨ªa la c¨¢tedra de Filolog¨ªa Italiana en la Universidad Complutense. Vendr¨ªa entonces el trabajo con Joaqu¨ªn Arce, la edici¨®n de el Diario de a bordo de Col¨®n, su trabajo sobre las obras de Giovanni Verga ¡ªen particular su querid¨ªsimo Rosso Malpelo¡ª, los art¨ªculos, la edici¨®n del De vulgari eloquentia de Dante ¡ªde la mano de su esposa, Matilde Rovira Soler¡ª y una intensa dedicaci¨®n a su compromiso docente. En ese periodo trab¨® amistad e incorpor¨® a la discusi¨®n con sus estudiantes nuevos nombres de ling¨¹istas y escritores italianos, como Tullio De Mauro, Claudio Magris (cuyo doctorado honoris causa promovi¨®) o Antonio Tabucchi.
A mediados de los a?os setenta la Complutense le encarg¨® la fundaci¨®n del que entonces se llam¨® Colegio Universitario de Ciudad Real, germen de la hoy Universidad de Castilla-La Mancha. El mismo compromiso universitario ¡ªa qui¨¦n se le ocurre montar en aquel entonces unos Juegos Florales en los que se regalan claveles rojos y se canta ¡°Me gustan los partidos, de f¨²tbol / claro est¨¢ / Y las asociaciones, piadosas / claro est¨¢¡±¡ª que al cabo de pocos a?os le trajo ser destituido por la presi¨®n del gobernador civil del momento tambi¨¦n le deparar¨ªa uno de sus grupos de amigos m¨¢s querido.
Ese compromiso con la universidad y con la vida le hizo saber, comprender y ense?ar siempre que no estamos fuera de la historia. Entendi¨® que el presente y el futuro hab¨ªa que lucharlos en cada momento. Y hacerlo en los movimientos ciudadanos, ¡ªen la Platajunta entonces¡ª, en el movimiento sindical ¡ªla UGT¡ª , en el movimiento pol¨ªtico ¡ªel PSP primero, luego el PSOE¡ª y en los espacios de encuentro, acudiendo a los homenajes y lugares de discusi¨®n de la Fiesta del PCE. Siempre en el espacio republicano, colabor¨® hasta hace muy poco en las discusiones y en la publicaci¨®n de LaRepublicacultural.es. Ya enfermo y con dificultades para moverse, pregunt¨® a la enfermera del centro de salud c¨®mo se pod¨ªa votar en el refer¨¦ndum c¨ªvico por la sanidad p¨²blica. Y lo hizo.
Manuel Gil Rovira, hijo de Manuel Gil Esteve, es profesor titular de Filolog¨ªa Italiana en la Universidad de Salamanca.
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