Tan contentos
La ¨²nica manzana podrida del Partido Popular (Dios, que risa) es el ejemplo de que los malvados pagar¨¢n por sus desmanes
Ese t¨¦rmino tan literario de cherchez la femme parec¨ªa encontrar la clave de todos los misterios trascendentes, de los comportamientos anormales de machos con poder, la seguridad al fin y al cabo del desgarrado James Brown de que vivimos en un mundo de hombres y que siempre hab¨ªa una culpable mujer al intentar descifrar el jerogl¨ªfico de los problemas generales que creaba la pasi¨®n de algunos t¨ªos. Por supuesto, esa perspicaz sentencia ignoraba que existen infinidad de hombres atormentados, corruptos mal¨¦ficos, suicidas, que se metieron en follones que afectan a la mayor¨ªa sin que la finalidad fuera una mujer, enamorados de alguien de su propio sexo. Y los tontos m¨¢s convencionales rugir¨¢n: ¡°Acordaros de Eva, Cleopatra, Helena de Troya, Mar¨ªa Antonieta, etc¨¦tera¡±.
Admitiendo que el antiguo proverbio ya no tiene sentido, y que probablemente jam¨¢s lo tuvo, est¨¢ claro que detr¨¢s de cada gran chanchullo, o sea, los que siempre han existido en la historia de la humanidad, el ¨²nico y revelador principio es ¡°seguir el rumbo de la pasta¡±, ser consciente no ya de la certidumbre de Balzac de que detr¨¢s de las grandes fortunas siempre se oculta un crimen, sino de la seguridad de que en ese crimen han participado muchos, de que en las grandes estafas hay mogoll¨®n de gente supuestamente honorable que ha pillado un trozo o migajas del gran pastel.
Casi toda la gleba (en la gleba tambi¨¦n hay siervos, colaboradores, pringaos) estamos muy contentos de que algunos demonios vayan al trullo. La ¨²nica manzana podrida del PP (Dios, que risa) es el ejemplo de que los malvados pagar¨¢n por sus desmanes. Dando por supuesto que su c¨¢rcel ser¨¢ de lujo, que las estructuras de poder se rigen por los mismos c¨®digos en la libertad y en la c¨¢rcel y la convicci¨®n de que nadie va a despojar de su bot¨®n a los grandes ladrones. Incluso un atildado banquero ha pasado 15 triviales d¨ªas en el trullo. Y es posible que el balonmanista codicioso vaya a presidio para dar ejemplo y salvar de la justificada ruina a la anacr¨®nica realeza. Incluso el honrado Papa ha posibilitado que trinquen a uno de sus felones obispos. La justicia no existe, pero parece que s¨ª cuando la situaci¨®n es extrema. Dicen los sabios que poco es menos que nada.
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