La nueva mirada
Ensayos, sazonados de reflexiones filos¨®ficas y biol¨®gicas, repasan la evoluci¨®n y nos ponen en nuestro lugar: sinton¨ªa con la naturaleza y asumir que somos una pieza m¨¢s en el reino animal
Tenemos una visi¨®n del mundo y no una audici¨®n o un tacto; nos preguntamos c¨®mo lo vemos, no c¨®mo lo olemos o c¨®mo lo gustamos. Somos seres visuales. La vista es, probablemente, el m¨¢s humano de los sentidos y la mirada es el mascar¨®n de proa de nuestra personalidad. Los fil¨®sofos, de la mano de los bi¨®logos, est¨¢n lanzando una nueva mirada a nuestro entorno para poner de relieve detalles que hab¨ªan pasado inadvertidos o que no se hab¨ªan querido ver. Estamos empezando a ver miradas que nos conmueven, ojos detr¨¢s de los que vemos algo m¨¢s que animales y que nos ayudan a colocarnos en nuestro sitio.
?¡°La filosof¨ªa se ha convertido en un juego de palabras en el que unos se citan a otros, y yo pretendo centrar la reflexi¨®n en la realidad misma. El libro m¨¢s interesante de todos es el gran libro de la naturaleza¡±. Jes¨²s Moster¨ªn, fil¨®sofo, profesor de investigaci¨®n del CSIC, es el autor de El reino de los animales, un ensayo que pretende ¡°colocarnos en nuestro sitio¡±. Para ello es necesario prestar atenci¨®n a lo que tenemos m¨¢s cerca, para ver con una nueva mirada lo m¨¢s pr¨®ximo. ¡°Se ha producido el fen¨®meno curioso de que cuanto m¨¢s cerca de nosotros est¨¢n las cosas, m¨¢s hemos tardado en conocerlas. Hist¨®ricamente, las ciencias m¨¢s establecidas son la matem¨¢tica y la astronom¨ªa, astros y estrellas lejanas; de lo cercano, de nosotros mismos, hasta hace poco no sab¨ªamos nada¡±.
Somos una pieza m¨¢s en el reino de los animales, y no a todo el mundo le resulta f¨¢cil colocarse ah¨ª, como una especie m¨¢s. ¡°Antes ten¨ªamos que inventar mitos, parec¨ªa que daba verg¨¹enza estar donde est¨¢bamos, as¨ª que inventamos que ¨¦ramos hijos de dioses o de ¨¢ngeles. Sin embargo, deber¨ªamos reconocernos como lo que somos y sentirnos bien, en sinton¨ªa con la naturaleza. Por eso la nueva mirada es esta especie de visi¨®n realista, por as¨ª decir, intelectualmente honesta. Y creo que, de paso, relaja verlo tal y como es¡±.
El libro m¨¢s interesante de todos es el gran libro de la naturaleza
Moster¨ªn dedica su libro, precisamente, a explicar c¨®mo es el mundo que nos rodea, este Reino de los animales que nace con la qu¨ªmica y llega a la c¨¦lula y contin¨²a modific¨¢ndose lentamente. Se trata de un repaso de la evoluci¨®n aderezado de reflexiones filos¨®ficas y biol¨®gicas para explicar la funci¨®n de la alimentaci¨®n, de la reproducci¨®n, de la locomoci¨®n y, en definitiva, de todo aquello que nos hace animales y que nos iguala al resto de seres que habitan el planeta. Es decir, nos coloca en nuestro sitio.
El cerebro, la conducta y la opini¨®n de diversos filos¨®ficos sobre estas cuestiones llevan al lector de manera natural a las ideas sobre la muerte y de ah¨ª al concepto de especie y a su esencia, el genoma, ¡°lo que m¨¢s describe a un ser humano, el proyecto m¨¢s notable desde el punto de vista biol¨®gico y antropol¨®gico. Se trata de una revoluci¨®n en nuestro autoconocimiento pero del que hace cien a?os no se sab¨ªa nada, ni siquiera que exist¨ªan los genes¡±. Y ese estudio del genoma nos aproxima a¨²n m¨¢s a los grandes simios, porque ¡°estamos emparentados con todos los animales, desde las medusas hasta los conejos, pero estamos m¨¢s cercanamente emparentados con los primates, con quienes llevamos juntos toda la evoluci¨®n¡±.
Por eso tambi¨¦n los vemos m¨¢s pr¨®ximos y por eso tambi¨¦n la nueva mirada se ha detenido en ellos con m¨¢s insistencia. Chimpanc¨¦s, bonobos, gorilas y orangutanes forman parte del Proyecto Gran Simio, ¡°que no es una organizaci¨®n, es una idea. La idea es pedir para estas especies m¨¢s pr¨®ximas no derechos que no tendr¨ªan sentido en su caso, como el de votar o la libertad de expresi¨®n, si no tres derechos en concreto: el derecho a la vida, a que no se les mate; el derecho a no ser torturados, y el derecho a no ser encarcelados ni metidos en una jaula sin necesidad¡±.
Para Miguel Ferrer, bi¨®logo doctor¨¢ndose en filosof¨ªa, investigador del Consejo Superior de Investigaciones, Cient¨ªficas y presidente de la Fundaci¨®n Migres, ¡°el deseo de reconocer valores intr¨ªnsecos a los animales es la expresi¨®n secundaria de un comportamiento humano muy importante que es la empat¨ªa. La capacidad para determinar el estado de ¨¢nimo del otro es fundamental y est¨¢ sometido a una fuerte selecci¨®n en animales tan sociales como nosotros. Intuir la receptividad, la c¨®lera, el enga?o, etc¨¦tera, lo que llamamos sentimientos, es un factor de ¨¦xito en un contexto social, indudable. La extensi¨®n de esa capacidad de intuir al otro y su estado de ¨¢nimo a animales diferentes de nosotros es inevitable y explicar¨ªa porque nos empe?amos en atribuirles derechos tanto m¨¢s cuanto m¨¢s se parezcan a nosotros en su capacidad de comunicar socialmente. Pero considero que posiblemente sea m¨¢s realista pensar no en el dolor que ellos puedan sufrir, cosa que desconocemos, sino en el dolor que sentimos nosotros mediante la empat¨ªa y protegerlos en la medida en que protegemos nuestra propia sensibilidad. Esto ser¨ªa menos antropocentrista que atribuirles una de las invenciones m¨¢s humanas del planeta, los derechos y los valores¡±.
De eso trata, precisamente, el libro de Frans de Waal, La edad de la empat¨ªa, tambi¨¦n en cierta medida elaborando filosof¨ªa desde la biolog¨ªa. Para este primat¨®logo el altruismo no es rasgo ¨²nico de los humanos, ni siquiera de los primates o de los m¨¢s mam¨ªferos, sino que est¨¢ impreso en c¨ªrculos anteriores de nuestro comportamiento, surge en momentos evolutivos anteriores. De Waal, holand¨¦s afincado en Estados Unidos, director del Centro Nacional Yerkes de Investigaci¨®n de Primates, en Estados Unidos, ha escrito algunos de los libros m¨¢s impactantes y audaces sobre los chimpanc¨¦s, incluidos La pol¨ªtica del chimpanc¨¦ (1993), Primates y fil¨®sofos (2007) y El mono que llevamos dentro (2007).
Extraordinariamente provocadores, por lo que tienen de sacudida interna, nos convocan tambi¨¦n a mantener una nueva mirada tanto sobre los grandes simios como sobre nosotros mismos. Nos viste la mirada con un gui?o que nos confunde porque pone ante nosotros un espejo en el que no sabemos si lo que vemos es un reflejo o es otra cosa que nos mira con la misma empat¨ªa que miramos.
El reino de los animales. Jes¨²s Moster¨ªn. Alianza Editorial. Madrid, 2013. 407 p¨¢ginas. 18 euros.
La edad de la empat¨ªa. Frans de Waal. Tusquets. Barcelona, 2011. 358 p¨¢ginas. 21,15 euros.
La tercera en concordia
Tres mujeres han dado su vida por los grandes simios; una de ellas, literalmente. Dian Fossey dedic¨® su vida al estudio y a la protecci¨®n de los gorilas y muri¨®, a los 53 a?os, por defenderlos. All¨ª est¨¢ enterrada, en las monta?as de Ruanda. Jane Goodall es la dama de los chimpanc¨¦s. En Tanzania, y en otros lugares, ha estudiado sus costumbres y su cultura, y ha ayudado a descubrir que hay tres ¨¢reas culturales distintas ¡ªel ¨¢rea de las piedras, el ¨¢rea de los bastones y el ¨¢rea de las hojas y lianas¡ª en las que aprenden las costumbres de la regi¨®n y utilizan en cada una las herramientas caracter¨ªsticas en su vida diaria. Ambas han escrito libros contando qu¨¦ han hecho y c¨®mo: Los diez mandamientos, de Goodall y Marc Bekoff, y el famoso y cinematogr¨¢fico Gorilas en la niebla,que Fossey escribi¨® en 1983, dos a?os antes de ser asesinada.
Se publica ahora en espa?ol Reflejos del Ed¨¦n, de Birut¨¦ M. F. Galdikas, la tercera en concordia de este tr¨ªo conocido como los "?ngeles de Leakey" porque las tres se formaron con Louis Leakey, arque¨®logo y naturalista brit¨¢nico, clave en el establecimiento del desarrollo de la evoluci¨®n humana y en la protecci¨®n de la vida salvaje en ?frica que hizo famosa la excavaci¨®n de la garganta de Olduvai, el m¨¢s importante yacimiento antropol¨®gico del mundo, situado al norte de Tanzania. Galdikas conoci¨® a Laekey cuando ¨¦l dio una conferencia en la Universidad de Los ?ngeles donde ella estudiaba y "cuando entr¨¦ en su vida, ¨¦l ya estaba esper¨¢ndome". Al d¨ªa siguiente la cit¨® y le hizo un sencillo test con naipes, que ella super¨®, y entonces Leakey le dijo que "Jane Goodall y Dian Fossey hab¨ªan superado la prueba, pero que todos los hombres hab¨ªan fracasado".
Este libro, escrito en 1994, cuenta la vida de Galdikas en Borneo desde que lleg¨® en 1971, y c¨®mo hizo para ser lo que es: ¡°Para m¨ª, estudiar y rescatar orangutanes no era un proyecto ni un trabajo, sino una misi¨®n¡±. Lleg¨® con su marido, que siete a?os despu¨¦s quiso regresar. Ella se qued¨® porque hab¨ªa llegado con otra idea, una manera presuntamente femenina de estar en Borneo: ¡°Me propon¨ªa ayudar¡±, frente a la manera de estar all¨ª de su primer marido, que quer¨ªa ¡°buscar sus propios l¨ªmites¡ y sobrepasarlos¡±.
Tanto el trabajo de Galdikas como el de Goodall y Fossey han cambiado la mirada que tenemos sobre nuestros m¨¢s pr¨®ximos parientes biol¨®gicos, y tambi¨¦n sobre nosotros mismos. En palabras de Galdikas, ¡°cuando -Goodall-escribi¨® a Leakey y le cont¨® sus descubrimientos, ¨¦ste se vanaglori¨® de ellos como un padre orgulloso. Los antrop¨®logos, dijo, tendr¨¢n que cambiar la definici¨®n de humano, la definici¨®n de herramienta, o aceptar a los chimpanc¨¦s como humanos. El car¨¢cter ¨²nico de la especie humana no hab¨ªa recibido un golpe tan fuerte desde Linneo y Darwin¡±.
Por su parte, Fossey, la ¡°chica gorila¡± de Laekey, instal¨®, con fondos conseguidos por ¨¦l, un campamento en las monta?as de Ruanda. A base de estudio, tes¨®n y publicaciones consigui¨®, asegura Galdikas, ¡°que la imagen p¨²blica del gorila pasase de la de un monstruoso King Kong a la de un pac¨ªfico vegetariano¡±. Y se implic¨® de manera natural en su defensa, de manera que ¡°el mayor logro de Dian fue salvar a los gorilas de monta?a de la extinci¨®n¡±.
Galdikas, por su parte, asegura que naci¨® para estudiar a los orangutanes. Y este libro es el producto de su estudio, de su pasi¨®n, de su vida en las selvas de Borneo y de todo lo que rode¨® su experiencia vital, desde su Alemania natal, pasando por Canad¨¢ y los estudios universitarios en California. Desde California, pasando por ?frica, lleg¨® finalmente a su casa, a las monta?as de Borneo.
Sus descripciones son, en cierta medida, cient¨ªficas, y as¨ª procura dejar la pasi¨®n para los simios naranjas y usar la precisi¨®n quir¨²rgica para las descripciones del entorno humano, por ejemplo de Leakey y su mujer, Mary, que ¡°se tomaba a mal, de una manera profundamente personal, la atenci¨®n que Louis dedicaba a los estudios de los primates¡±. Frente al inter¨¦s paleontol¨®gico de Mary Leakey, Louis Leakey pensaba que para comprender la evoluci¨®n humana era de capital importancia conocer con detalle la etolog¨ªa, las costumbres, los h¨¢bitats y las diferentes culturas de los tres grandes simios, orangutanes, chimpanc¨¦s y gorilas, cada uno de los cuales estaba siendo estudiado por una de sus protegidas.
Leakey volc¨® sus energ¨ªas, y sobre todo su gran capacidad como captador de fondos, para apoyar a las tres investigadoras, que eran tres mujeres entre otras razones porque ¡°Louis consideraba a las mujeres como una especie distinta¡±, asegura Galdikas. ¡°Estaba firmemente convencido de que las mujeres eran m¨¢s observadoras que los hombres. Eran m¨¢s perceptivas, afirmaba, y m¨¢s capaces de apreciar detalles que, a primera vista, pod¨ªan parecer insignificantes. Tambi¨¦n eran m¨¢s pacientes. Por ¨²ltimo, dec¨ªa, las mujeres no provocaban conductas agresivas entre los primates como suced¨ªa, aunque fuera involuntariamente, con los hombres¡±.
Quiz¨¢, el hecho de que fueran tres mujeres influy¨® tambi¨¦n en esa nueva mirada sobre los grandes simios, porque, en todo caso, ¡°el estudio de los primeros humanos de Louis Leakey, el estudio de los chimpanc¨¦s de Jane Goodall, el estudio de los gorilas de monta?a de Dian Fossey y mi estudio de los orangutanes estaban inextricablemente unidos e inevitablemente conectados¡±.
En Borneo, Galdikas vivi¨® entre los orangutanes y sus observaciones, hasta la fecha, no tienen parang¨®n. Es, sin duda, la mayor experta del mundo en estos simios anaranjados que nos miran como desde dentro de nosotros mismos. Muy poco a poco logr¨® que se acostumbraran a su presencia y, al mismo tiempo, estableci¨® un orfanato para orangutanes excautivos que hab¨ªan perdido la capacidad de vivir en la selva libremente, precisamente porque no hab¨ªan adquirido la cultura, la manera de estar en el mundo, de los orangutanes. All¨ª, en el Campo Leakey, en la Reserva Tanjung Puting, en Borneo, fundado en 1971, sigue trabajando en el estudio y la conservaci¨®n de los orangutanes.
Los orangutanes, palabra que en malayo significa hombre del bosque, son los ¨²nicos primates superiores supervivientes en Asia y los m¨¢s arbor¨ªcolas de los grandes simios. Su linaje se separ¨® del de los humanos, y de otros simios, hace unos 16 millones de a?os y comparte con los humanos el 97% del genoma, que fue secuenciado en 2011. En la actualidad quedan dos subespecies, una en Borneo (Pongo pygmaeus) y otra en Sumatra (Pongo abelii) y ambas est¨¢n amenazadas.
Y all¨ª conoci¨® y se cas¨® con Pak Bohap. ¡°Un campesino dayako con instrucci¨®n primaria¡±. Muchos a?os despu¨¦s, evitado el pelot¨®n de fusilamiento frente al que estaban los orangutanes, Birut¨¦ Galdikas sigue all¨ª, en Borneo, mirando su mirada y cont¨¢ndolo a trav¨¦s de su cuenta en Twitter, @DrBirute y otros muchos medios de comunicaci¨®n. Da clases en Canad¨¢ y en Indonesia y, efectivamente, ha dedicado su vida al conocimiento y a la defensa de los orangutanes. Quiz¨¢ porque ¡°al asomarnos a los ojos serenos y atentos de un orangut¨¢n vemos, como a trav¨¦s de una serie de espejos, no solo la imagen de nuestra propia creaci¨®n sino tambi¨¦n un reflejo de nuestra alma y un Ed¨¦n que una vez fue nuestro¡±.
Reflejos del Ed¨¦n. Mis a?os con los orangutanes de Borneo. Birut¨¦ M. F. Galdikas. Pepitas de Calabaza. Logro?o, 2013. 644 p¨¢ginas. 29,50 euros.
Los diez mandamientos. Jane Goodall y Marc Bekoff. Paid¨®s. Barcelona, 2013. 208 p¨¢ginas. 16,90 euros.
Gorilas en la niebla. Dian Fossey. Salvat. Barcelona, 1990. 264 p¨¢ginas. 20,00 euros.
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