Jes¨²s Robles, la casa por la ventana
Era una persona entusiasta, exuberante, vital. Era una persona llena de afecto. Era una persona que parec¨ªa satisfecha con la vida que le hab¨ªa tocado vivir. Alguien que, aunque le fuera regular, no dejaba traslucir su queja. Era cercano en los momentos m¨¢s distantes, m¨¢s fr¨ªos. Nunca dudaba en aproximarse y regalarte algo hermoso, ya fuera un libro o alguno de los maravillosos objetos de su tienda relacionados con el cine y la cultura, ya fuera un bien mucho m¨¢s preciado: su tiempo y sus confidencias. Amaba nuestro oficio m¨¢s que nosotros mismos. Nos daba la oportunidad de publicar libros (o nuestros guiones en forma de libros) cuando los guionistas no ¨¦ramos autores considerados serios por casi nadie. Era divertido, pero de esa manera que no consiste en re¨ªrte de los dem¨¢s afeando las conductas contradictorias ajenas o sus debilidades inconfesables, sino en reconocerte en ellas, con ellas.
Su librer¨ªa Ocho y Medio era una casa abierta que ¨¦l y Mar¨ªa, su mujer y socia, se empe?aron en expandir cuando los tiempos ordenaban ¡°el cine se tiene que contraer, el cine ya no importa¡±. Peleaba por ese lugar que el cine ha ido perdiendo dentro de los intereses de nuestra sociedad, porque pensaba que el cine era digno de respeto, de estudio. Su librer¨ªa especializada cumpl¨ªa una funci¨®n que muchas veces nadie m¨¢s cumpl¨ªa. Ped¨ªa ayuda de manera cort¨¦s y no te lo ten¨ªa en cuenta si no pod¨ªas otorg¨¢rsela. Conoc¨ªa a todo el mundo y todos le quer¨ªamos porque a todos nos ofrec¨ªa siempre cobijo y compa?¨ªa en un oficio en el que a menudo tanta luz y tanta lentejuela ocultan el pavor al fracaso o la timidez del que no se siente incluido. Nos ve¨ªamos en los festivales. Nos ve¨ªamos en los actos de la Academia, una instituci¨®n que defend¨ªa y de la que siempre fue amigo.
Me dijo muchas veces ¡°haces unos obituarios preciosos, espero que me sobrevivas para que me hagas el m¨ªo¡± y me daba rabia, porque me da mucha rabia la muerte, que desaparezcan los que hacen falta y nos dejen aqu¨ª arrepentidos y desconcertados. Pero como ¨¦l me dio tanto y me invit¨® tantas veces y me sac¨® tantas carcajadas y los ratos a su lado eran tan buenos y nunca dejaba de enviarte un mensaje si pensaba en ti o en algo que te pudiera gustar o se cruzaba con un amigo com¨²n e interesante, como ¨¦l no era de dejarte de lado ni de dejarte caer, como ¨¦l tiraba la casa por la ventana cuando de la amistad se trataba, cedo y escribo hoy lo que hubiera preferido no escribir nunca.
?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, exministra de Cultura, es directora de cine y guionista.
Babelia
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