Envejecer
Rodeados de un cine de corteza pretenciosa pero cuyo interior esconde un hueco fraude, como la ¨²ltima cinta de Tornatore, resulta estimulante la propuesta del tejano Richard Linklater, que decidi¨® seguir a dos mismos personajes cada 9 a?os
Rodeados de un cine de corteza pretenciosa pero cuyo interior esconde un hueco fraude, como la ¨²ltima cinta de Tornatore, resulta estimulante la propuesta del tejano Richard Linklater, que decidi¨® seguir a dos mismos personajes cada 9 a?os. De Antes del amanecer saltamos a Antes del atardecer. Y ahora, 18 a?os despu¨¦s del primer encuentro en un tren detenido en Viena, los personajes de Ethan Hawke y Julie Delpy vuelven a pasar una jornada juntos en Antes del anochecer. Si las dos primeras entregas eran una conversaci¨®n que se beneficiaba de la ingravidez del deseo y las promesas rom¨¢nticas, en la ¨²ltima entrega los encontramos casados, con gemelas, y de vacaciones en el Peloponeso.
Linklater, que ha rodado 15 largometrajes en 22 a?os, aparte de televisi¨®n y alg¨²n documental sobre su pasi¨®n por el b¨¦isbol, acierta cuando alcanza la alegr¨ªa de vivir desde la heterodoxia y lo disfuncional. Las dos primeras entregas de esta saga y la estupenda School of Rock se sumaban a Dazed & Confused y Slacker, que eran pedazos de existencia de personajes sin destino. Si algo decepciona de esta tercera entrega proviene de esa comida cargada de teor¨ªas vitales endilgadas entre personajes innecesarios, pero sobre todo de la concesi¨®n al des¨¢nimo y la asunci¨®n de la bater¨ªa de t¨®picos que amenazan a las parejas.
La tensi¨®n entre el nuevo y el viejo mundo, que es tema recurrente del cine en Hollywood, encuentra su expresi¨®n en ese tic de llevarse a cada chica hermosa del cine europeo para rendirla a los encantos primitivos de Am¨¦rica. Ya sea el h¨¦roe de acci¨®n o el intelectual estridente, al estilo casi par¨®dico de un Hemingway, el escritor que interpreta Ethan Hawke carece de argumentos para rebatir el hast¨ªo matrimonial de su mujer francesa y la conversaci¨®n es mucho menos gozosa que en anteriores entregas. La pel¨ªcula quisiera empezar donde termina. Queda la promesa de que dentro de nueve a?os, recobrado el h¨¢lito del desencuentro, vuelva a funcionar la tensi¨®n de lo inasible. Pero en el reinado de la cosm¨¦tica vacua, se agradece el cine que retrata el envejecimiento, lo f¨ªsico, como hace Linklater en su empe?o eneanual, a la manera de Truffaut y L¨¦aud o la maravillosa serie Up de Michael Apted.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.