Mont¨®n en el encierro de Sanfermines, un peligro con historia
Pamplona ha vivido once episodios como los de hoy, acumulaci¨®n de corredores en la entrada de la plaza, con centenares de heridos y dos muertos, desde 1878
Una combinaci¨®n incierta de centenares de personas junto a nueve toros y cabestros bajando un desnivel de m¨¢s de dos metros a una importante velocidad y entrando por un paso de cinco metros de ancho. Se trata de la receta con la que se gestan los montones, un fen¨®meno que ha causado varias muertes a lo largo de la historia del encierro de Pamplona y que, pese a los distintos cambios realizados en el callej¨®n de la Plaza de Toros, hoy se ha vuelto a repetir.
La historia del encierro de Pamplona habla de que, al menos ya en el siglo XVIII, se realizaba el traslado de los toros desde las afueras de la ciudad hasta la Plaza. Pese a que el primer mont¨®n documentado data del 7 de julio de 1878 en la plaza antigua, es desde la construcci¨®n del actual recinto cuando este fen¨®meno se reproduce con cierta gravedad en, al menos, 10 ocasiones.
De hecho, el mismo d¨ªa que se inaugur¨® la nueva plaza, el 7 de julio de 1922, se produjo una ca¨ªda masiva de corredores en el callej¨®n y los pastores optaron por azuzar a los toros para que lo saltaran, dejando un centenar de heridos.
Se registraron dos montones m¨¢s en 1943 y 1957 con varios heridos. Pero es en la d¨¦cada de 1970 cuando el encierro se empieza a convertir en un atractivo para muchos visitantes y comienza a masificarse cuando se producen los m¨¢s graves montones. En los Sanfermines de 1972 se produjeron 2, el 7 y el 13 de julio, con 18 heridos. El primer fallecido debido a este fen¨®meno se da en 1975. El 9 de julio, al formarse el tap¨®n, los cabestros saltaron por encima de la barrera, pero los toros se dieron la vuelta y salieron a la calle. Al volver a la plaza, se abrieron paso a cornadas e hirieron mortalmente a Gregorio G¨®rriz.
Posteriormente, en 1977, en el encierro de la ganader¨ªa de Miura, un mont¨®n en la entrada de la Plaza de Toros oblig¨® a pararse a la manada en un principio y luego los morlacos optaron por saltar la muralla humana. En aquella montonera falleci¨® por asfixia y traumatismos varios Jos¨¦ Joaqu¨ªn Esparza Sarasibar, de 17 a?os.
Durante esa d¨¦cada y debido a estos sucesos se realizaron varios cambios en la infraestructura del callej¨®n. Se abrieron en las paredes laterales unas gateras para que los corredores ca¨ªdos pudieran retirarse arrastr¨¢ndose por el suelo fuera del paso estrecho. Adem¨¢s, se sustituy¨® la tierra como pavimiento, que favorec¨ªa a¨²n m¨¢s la velocidad para los toros y se coloc¨® un adoquinado que les obliga a ir algo m¨¢s despacio que en suelo m¨¢s suelto al que est¨¢n acostumbrados.
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