Vi?etas, m¨²sica, chocolate

Nadie le ha ense?ado a dibujar. Nunca ha estudiado Bellas Artes. Ni dise?o. Ni cursos de Photoshop. Ella misma asegura que su m¨¦todo es ¡°prehist¨®rico¡±. Laura Santolaya (Pamplona, 1982) es autodidacta, como la historietista argentina Maitena, uno de sus referentes. Publica vi?etas en la Red desde hace cinco a?os. En su blog ¡ªp8ladas (pocholadas)¡ª mezcla sus tres amores: la ilustraci¨®n, la m¨²sica y el chocolate, gran enemigo de su ¨¢lter ego pintado.

Santolaya crea historias de lo cotidiano. La protagonista de su obra es una versi¨®n ¡°pol¨ªticamente incorrecta¡± de s¨ª misma. ¡°Dice lo que yo no dir¨ªa¡±, explica la artista. Con el humor como faro, sus temas encuentran m¨¢s complicidad entre el g¨¦nero femenino. P8ladas huye del dulce, reza al Dios de la operaci¨®n bikini y sue?a con nadar en caf¨¦. Usa m¨¦todos disparatados, como hacer engordar a sus amigas para entrar en un vestido para la boda de su prima. Convierte el dilema entre ¡°manzana o palmera de chocolate¡± en la aut¨¦ntica ¡°cuesti¨®n¡± de Shakespeare.

La ilustradora completa los relatos con una pieza de texto, que se ha ido haciendo m¨¢s breve a medida que perfeccionaba su t¨¦cnica con el c¨®mic, y con m¨²sica. Festivalera confesa, ¡°aunque ¨²ltimamente no tengo tiempo para los maratones de conciertos¡±, incluye en las entradas de su blog ¡ªcuyo nombre oficial, no en vano, es Prohibido escuchar canciones ?o?as¡ª la banda sonora con la que cincela cada criatura, de Tame Impala a Led Zeppelin.

Su forma de ver el mundo le ha dado m¨¢s de 2.000 seguidores en Facebook. Sus adeptos y amigos la inspiran a menudo, con una frase que se hace habitual en su entorno: ¡°Se merece una pocholada¡±. ¡°Las redes sociales no son la panacea. Facilitan darse a conocer pero hay que trabajar duro¡±, valora Santolaya.

Santolaya trabaja desde hace un par de a?os en el ¨¢rea de Innovaci¨®n de una importante consultora

La navarra (aunque vive en Madrid), que a¨²n no ha tenido ¡°la oportunidad¡± de vivir de su talento, dibuja tras sus horas de oficina. Trabaja desde hace un par de a?os en el ¨¢rea de Innovaci¨®n de una importante consultora. All¨ª cuelga sus creaciones para evitar que sus colegas le ofrezcan demasiados dulces. Al llegar a casa plasma lo que se le haya ocurrido durante la jornada. ¡°En el metro me surgen much¨ªsimas ideas. Por ejemplo, al poner la oreja en conversaciones ajenas¡±, admite entre risas.

Entonces llega la parte ¡°prehist¨®rica¡± de su m¨¦todo. Santolaya pinta en papel. Luego le saca una foto a esa hoja de celulosa, con una c¨¢mara que ¡°aunque digital, dista de ser una r¨¦flex¡±. No tiene esc¨¢ner ¡°y esa t¨¦cnica funciona¡±. ¡°He probado con tableta o iPad, tambi¨¦n con ordenador, pero con l¨¢piz y papel es como me siento m¨¢s c¨®moda¡±, aclara.

Hace poco recibi¨® la propuesta de hacer su primera exposici¨®n en una asociaci¨®n cultural de su barrio en Madrid, La Guindalera. Laura Santolaya quiere que su "hijo" crezca: ¡°Me gustar¨ªa tener un espacio en alguna revista que me permitiera ense?ar mi trabajo poco a poco¡±. Para eso espera que sirva ser seleccionada en Se busca talento. Puestos a so?ar, le encantar¨ªa que su tira fuera ¡°tan conocida como los sanfermines". "Por el momento, me conformo con seguir escuchando eso de ¡®esto merece una p8lada", desvela con una sonrisa llena de paz.