Un oasis de tolerancia en M¨¦xico

El periodista Alejandro C¨¢rdenas (Coahuila, 1975) se hab¨ªa marchado de M¨¦xico para no volver en mucho tiempo. Se enamor¨® de una finlandesa y se mudaron a Helsinki para educar a sus hijos ¡°con m¨¢s orden y tranquilidad¡±. Pero el destino ¡ªy el Subcomandante Marcos¡ª se interpusieron en su camino: en el a?o 2005 los zapatistas emprendieron una gira pac¨ªfica conocida como La otra campa?a y el diario espa?ol Cambio 16 envi¨® al reportero a Yucat¨¢n (sureste de M¨¦xico) para cubrir los actos. Por varias circunstancias no pudo enviar ninguna cr¨®nica de los exguerrilleros. En cambio, los azares de la vida le llevaron a un humilde albergue conocido como Oasis de San Juan de Dios?que ofrec¨ªa cobijo y esperanza a los homosexuales seropositivos. ¡°All¨ª hab¨ªa tantas historias y tan tremendas que me promet¨ª a m¨ª mismo que alg¨²n d¨ªa las relatar¨ªa¡±. Cuatro a?os despu¨¦s decidi¨® regresar a su pa¨ªs para rodar Oasis, el documental que C¨¢rdenas ¡ªya asentado en M¨¦xico-¡ª prepara para su estreno en la capital.

Vi morir de sida a seis personas en condiciones paup¨¦rrimas. Pero eso no es nada, el director del albergue ha visto m¨¢s de 300 en diez a?os. Alejandro C¨¢rdenas

El rodaje comenz¨® en el a?o 2009 con la ayuda de la productora finlandesa Oktober y la joven fot¨®grafa Meeri Koutaniemi (Kuusamo, Finlandia, 1987). C¨¢rdenas comenz¨® un periplo que le llev¨® a los pozos de la marginalidad en M¨¦xico, encarnados en la vida de Gerardo Chan, Deborah Sansorez y Reyna Patricia, tres personas que luchan por sus ra¨ªces ind¨ªgenas, por los derechos de los homosexuales y lo m¨¢s duro: por ganar la batalla al sida que los devora. El ulular sereno de cada testimonio nos adentra durante 52 minutos en un territorio de una crudeza solo comparable a su ternura. V¨ªa Internet, el director ha presentado Queen by night, un?corto de nueve minutos con el mismo tono y tem¨¢tica.?

Antes de emprender este proyecto, C¨¢rdenas era esencialmente periodista y escritor. ¡°Pero me di cuenta de que estas historias ten¨ªan que ser retratadas por una c¨¢mara, al estilo de mis referentes: Everardo Gonz¨¢lez y Luciana Kaplan¡±, asegura. El periodista confiesa que se siente orgulloso de haber sido elegido para este certamen. ¡°La presencia de nuestro proyecto en EL PA?S significa sacar el tema de la intolerancia a la palestra¡±.

El filme ahonda en las historias hasta niveles inimaginables. ¡°Me enamor¨¦ de esa gente¡±, confiesa. Se enamor¨® de Gerardo Chan, de su capacidad para dignificar su vida, ¡°¨¦l, que hab¨ªa sido aislado con los cerdos por su propia familia por tener VIH¡±. Se enamor¨® de las ganas de salir adelante de Reyna Patricia, ¡°a pesar de su coraz¨®n tan falto de amor y de oportunidades¡±. Del sentido del trabajo de Deborah, ¡°dedicada a vender amores peregrinos por 200 pesos¡±. De tantas vidas sin pasado y sin recuerdos, de tantas historias terribles que deben conocerse, aunque duela: ¡°Vi morir de sida a seis personas en condiciones paup¨¦rrimas. Pero eso no es nada, el director del albergue, Carlos M¨¦ndez, ha visto m¨¢s de 300 en diez a?os¡±.

C¨¢rdenas se enamor¨®, en definitiva, de la valent¨ªa para decir basta en una sociedad como la de M¨¦xico, el segundo pa¨ªs latinoamericano con m¨¢s cr¨ªmenes por homofobia, detr¨¢s de Brasil. ¡°Gerardo Chan me confes¨® que el sida le ense?¨® a valorar las peque?as cosas de la vida, como el sol, la lluvia, los amigos¡­¡±, cuenta con voz entrecortada. ¡°Gerardo es el tipo m¨¢s valiente que he conocido. Me hizo acordarme de la gente machista y violenta de mi pa¨ªs.??M¨¢s quisieran muchos de ellos!¡±.