Woody Allen: ¡°A m¨ª nadie me toma en serio¡±

Cuando llega la hora de la reflexi¨®n, nadie mejor que Woody Allen para brindarse a ello. Con 40 pel¨ªculas como director en los ¨²ltimos 40 a?os de carrera, Allen, de 77, es un realizador tan prol¨ªfico como reverenciado, aunque a veces igualmente criticado y hasta vilipendiado, al menos en lo que a su vida personal se refiere. Su ¨²ltimo filme, Blue Jasmine, llega ahora a las pantallas estadounidenses como una oda a la reflexi¨®n, una f¨¢bula moral dedicada a ese momento de contrici¨®n, al arrepentimiento por lo que se hizo o quiz¨¢ por lo que no se hizo que todo el mundo vive en alg¨²n punto de su vida. Y como el director, guionista, y sobre todo autor, aunque cada vez menos actor, reconoci¨® a este peri¨®dico durante el rodaje de la pel¨ªcula, de autocr¨ªtica y autoan¨¢lisis, que ¨¦l sabe mucho. Porque, como dijo en un momento de sinceridad: ¡°Yo nunca volv¨ª a empezar. Ca¨ª en picado y a partir de ese momento ya nunca volv¨ª a enderezarme¡±.

Blue Jasmine es una historia contempor¨¢nea en la que una mujer que lo ha tenido todo (Cate Blanchett) ¡ªparte de la c¨²spide de la ¨¦lite econ¨®mica neoyorquina¡ª, ve c¨®mo su mundo de riqueza y privilegios desaparece cuando su marido (Alec Baldwin) es detenido por fraude. Una historia que remite inevitablemente a Ruth Madoff, esposa de Bernard Madoff, inversor, financiero y ladr¨®n de guante blanco. Protagonista del mayor fraude en la historia de EE UU, a la postre, epicentro de la crisis que asuela a parte de Occidente. Sin embargo, Allen asegura que su filme nace de una idea que le dio su esposa, Soon-Yi Previn, cuando le habl¨® de una mujer que hab¨ªa conocido y que atravesaba esta crisis personal y econ¨®mica. Esa es al menos su versi¨®n cuando, con frases cortas, resume una trama de la que prefiere no hablar, al menos mientras est¨¢ inmerso en el rodaje. En esos momentos le preocupan otras cosas, como el d¨ªa tan soleado con el que les recibe San Francisco, ciudad en la que trabaj¨® hace demasiados a?os, al principio de su carrera con Toma el dinero y corre o Sue?os de un seductor,y de la que esperaba niebla y lluvia, pero la jornada ha preferido recibirlo con un cielo azul que le tiene contrariado. ¡°Woody dice que esta luz hace el plano menos interesante. Adem¨¢s de que nos obliga a cerrar los ojos¡±, comenta Blanchett divertida, compartiendo los comentarios que Allen intercambia con su director de fotograf¨ªa, el espa?ol Javier Aguirresarobe.

Amante de las filmaciones en exteriores, Blue Jasmine es la primera pel¨ªcula en una larga temporada con la que Allen regresa a Estados Unidos, rompiendo el ciclo de proyectos que permiti¨® al realizador viajar desde Manhattan a toda Europa: Londres (Match Point), Barcelona (Vicky, Cristina, Barcelona); Par¨ªs (Midnight in Paris) y Roma (A Roma con amor).

En esta ocasi¨®n, la historia podr¨ªa tener lugar en cualquier esquina del globo. Allen, director de mujeres por excelencia, est¨¢ mucho m¨¢s interesado en enfocar este drama desde los ojos de su protagonista. La ciudad, ya sea San Francisco o incluso Nueva York, no es m¨¢s que el tel¨®n de fondo. ¡°Woody est¨¢ fascinado por las mujeres. Las adora. Est¨¢ enamorado de sus excentricidades, de sus emociones, de su forma de pensar, de su psicolog¨ªa, en ocasiones extremas, de cu¨¢n pintorescas podemos llegar a ser¡±, confirma ya concluido el rodaje una Cate Blanchett que se confiesa como alguien que ¡°babea por Allen¡±. La int¨¦rprete asegura que est¨¢ enamorada de este director, con el que siempre quiso trabajar, y eso que hasta se hab¨ªa dado ya por vencida. Eso hasta que recibi¨® una llamada de dos minutos y medio en la que el cineasta le dijo si le interesaba leer el guion. La respuesta: un s¨ª rotundo. La segunda llamada dur¨® todav¨ªa menos, ¡°medio minuto¡±, apunta Blanchett. Tiempo suficiente para decirle y reiterarle su total y rotunda disponibilidad. A lo que Woody Allen solo a?adi¨®: ¡°Pues nos vemos en el rodaje¡±.

En un verano escaso de mujeres en la gran pantalla, al menos de f¨¦minas que no vistan leotardos de superh¨¦roe, la llegada de Blue Jasmine se recibe como un nuevo ejemplo de lo que significa el trabajo de Allen para las actrices. Especialmente para aquellas por encima de los 40. Despu¨¦s de todo, se trata del hombre capaz de llevar al Oscar a gran parte de sus musas. Ya sean las dos estatuillas conseguidas por Dianne Wiest (Hannah y sus hermanas y Balas sobre Broadway), o las que recibieron Mira Sorvino (Poderosa Afrodita), Pen¨¦lope Cruz (Vicky, Cristina, Barcelona) y, especialmente, Diane Keaton por Annie Hall, la persona que, como subrayan sus cr¨ªticos, abri¨® los ojos del realizador a las mujeres. ¡°Creo que fue un dramaturgo brit¨¢nico quien dijo que un hombre se puede esconder tras la m¨¢scara de una mujer y mostrar as¨ª su visi¨®n del mundo desde otro prisma¡±, cuenta Blanchett. ¡°De ah¨ª que durante el rodaje le preguntara por qu¨¦ no interpretaba ¨¦l el papel de Jasmine. Por un minuto se qued¨® pensando y totalmente en serio me contest¨® ¡®porque hubiera sido muy c¨®mico¡±.

Allen tambi¨¦n se acuerda de esta conversaci¨®n y corrobora la respuesta casi como si fuera su maldici¨®n. ¡°Esta pel¨ªcula es m¨¢s seria que otras m¨ªas pero a m¨ª nadie me toma en serio. Les pasa a todos los comediantes. En su d¨ªa pens¨¦ en formar parte del reparto de Interiores, pero la reacci¨®n del p¨²blico habr¨ªa sido de risa¡±, admite con pesar. En aquella ocasi¨®n habr¨ªa querido ser Mary Beth Hurt. Ahora, como entonces, se limita a escribir unos personajes tan llenos de Woody Allen que no se ve en la necesidad de dar indicaciones durante el rodaje. ¡°El 97% del trabajo del director est¨¢ en el guion. Las palabras que ha escogido son tan especiales, con un ritmo tan particular, que ah¨ª tienes todo lo que debes de saber para hacer tu trabajo¡±, resume la actriz. Los piropos contin¨²an porque, como dice Allen, cuando uno contrata a una actriz como Blanchett, alguien a quien conoci¨® por su trabajo al mando de Martin Scorsese en El aviador, en Elizabeth, Hanna o El talento de Mr. Ripley, ¡°lo ¨²nico que le queda por hacer como director es quitarse de en medio¡±, seg¨²n sus propias palabras. ¡°Ella me hace quedar bien¡±, apostilla Woody Allen.

En el set de rodaje no todo son rosas. Detr¨¢s del d¨ªa soleado se esconden quejas como las que subraya el actor Peter Sarsgaard, encantado de trabajar con Allen, pero honesto al reconocer que, dado que su papel es secundario, recibi¨® sus p¨¢ginas y por toda indicaci¨®n solo obtuvo un ¡°haz lo que quieras, pero que sea bueno¡±. ¡°Con lo que me dijeron no pude aclararme si Blue Jasmine era una comedia o un drama. Cate tampoco parec¨ªa tenerlo claro. Quiz¨¢ el tono de esta pel¨ªcula es m¨¢s huidizo que el de otras anteriores¡±, recuerda. La int¨¦rprete australiana est¨¢ de acuerdo. ¡°El registro fue uno de los mayores retos. Pero hablamos de Woody Allen, el hombre que hizo Bananas e Interiores. Alguien capaz de hacernos re¨ªr con las cosas m¨¢s tr¨¢gicas y de encontrar momentos serios en lo m¨¢s absurdo. En cualquier caso es el director m¨¢s voraz que conozco. Ya est¨¢ preparando su pr¨®ximo trabajo en el sur de Francia. Est¨¢ tan lleno de ideas que no puede parar¡±.

Por desgracia, ese torrente cinematogr¨¢fico es tambi¨¦n fuente de sus mayores cr¨ªticas, en especial por aquellos que censuran una producci¨®n tan prol¨ªfica que llega al espectador a falta de un ¨²ltimo hervor. Para muchos est¨¢ perdiendo la magia que otros directores de su talla cultivan cuando hacen de cada uno de sus estrenos un momento singular en sus carreras.

Comentarios que no afectan a Blue Jasmine. El drama llega acompa?ado de las mejores cr¨ªticas recibidas por Allen en los ¨²ltimos a?os. El peri¨®dico The New York Times describe este filme como ¡°el m¨¢s satisfactorio¡± desde Match Point, es decir, pr¨¢cticamente el mejor Allen en la ¨²ltima d¨¦cada. Los Angeles Times lo califica como ¡°una gema oscura, pero conmovedora¡±. ¡°El m¨¢s conseguido de sus trabajos¡±, afirma The New Yorker. O, como resume la actriz protagonista, una pel¨ªcula con paralelismos a Un tranv¨ªa llamado deseo, pero a la vez muy diferente. ¡°Una obra en la que las mujeres se pasean por esa fina l¨ªnea entre la brutalidad y la poes¨ªa, la fantas¨ªa y la realidad, pero con el ritmo y la tonalidad propia de un Woody Allen¡±.