San Goya
Fuendetodos vive en torno a su pintor, lejos del mundo pero cerca del siglo XXI. Un museo inacabado espera ser ¡°el pol¨ªgono cultural¡± de la tierra natal del artista
Goya se fue de Fuendetodos (¡°pueblo de mi naturaleza¡±) a los seis a?os. La casa est¨¢ ah¨ª, con su fresquera, su chimenea, el rinc¨®n probable en que su madre lo pari¨®. El tiempo y el descuido estuvieron a punto de derribarla. Cuando los ciudadanos de aqu¨ª buscaban dinero para que no se cayera, el Gobierno espa?ol ayudaba a que se restaurara la vivienda que el artista tuvo en Burdeos. La salvaron esforzados ciudadanos, con el alcalde al frente. Ahora cada a?o se celebra el nacimiento del pintor. El 30 de marzo. Es ¡°san Goya¡±, as¨ª lo llaman.
Goya, su sombra y su obra, reina sobre este pueblo de 150 habitantes en el que hasta que empez¨® la democracia municipal no hab¨ªa agua potable. Ahora llegas y ves molinos de luz (de Iberdrola) en los que, como si fueran gigantescas calcoman¨ªas, figuran grabados del pintor, sus disparates. Y frente al pueblo viejo se alza, todav¨ªa como una fantasmagor¨ªa, el museo moderno en el que se ubicar¨¢ todo lo que ahora recuerda que Goya es un pintor contempor¨¢neo. Es un museo del siglo XXI para un artista que gravita sobre todos los artistas que le siguieron. Y ahora no hay dinero para acabar ese museo.
San Goya de Fuendetodos. Para llegar tienes que adivinar que aqu¨ª naci¨® uno de los grandes artistas de la historia. Un d¨ªa, el alcalde fue al Ministerio de Obras P¨²blicas para que anunciaran en la carretera la presencia pr¨®xima del lugar natal de san Goya. ¡°El que quiere llegar se compra un mapa¡±, le dijeron.
Si hubiera sido franc¨¦s, o ingl¨¦s, dicen, aqu¨ª habr¨ªa peregrinaciones. Pero san Goya, el que vislumbr¨® los desastres de la guerra, el que retrat¨® la corrupci¨®n, la maldad y tantos otros disparates, ha sido tratado con el desd¨¦n que Espa?a reserva para el genio inc¨®modo. Lo llamaron loco y la Inquisici¨®n le busc¨® la ruina; cuando ya esos fantasmas dejaron de vivir, a Goya le sigui¨® persiguiendo aqu¨ª la desidia de la que lo salvaron algunos quijotes. Estoy con dos, el alcalde, Joaqu¨ªn Gimeno, que ejerce desde 1983, y con Paco Tom¨¢s, profesor de arte que desde hace treinta a?os ayuda a desarrollar todo lo que es cultura (o Goya) en Fuendetodos.
Goya naci¨® aqu¨ª en 1746. El pintor Ignacio Zuloaga se fij¨® en la casa en 1913 y la rescat¨® para la historia. La casa es la esencia de la memoria de Goya, y desde los a?os ochenta del siglo XX empez¨® a irradiar su influencia en Fuendetodos. Ahora hay un taller de grabado que prolonga la tradici¨®n del artista, y un museo del grabado, para el que much¨ªsimos pintores espa?oles y extranjeros contribuyen con sus creaciones (que se venden para que se siga construyendo el museo). Ahora est¨¢ expuesta la obra conjunta del escritor (y pintor) John Berger y de su hijo Yves; Berger, G¨¹nter Grass, Antonio Saura, Luis Gordillo, Jos¨¦ Manuel Broto, Eduardo Arroyo, Rafael Canogar, Pepe Hern¨¢ndez, Ricardo Calero..., tantos han hecho aqu¨ª su obra, aqu¨ª la han dejado.
Ricardo Calero es un punto y aparte en esa relaci¨®n. Es aragon¨¦s, de 57 a?os. Vino aqu¨ª a grabar y se qued¨®. Ahora su taller est¨¢ en Fuendetodos, donde pinta, graba y sue?a. Cuando nos despedimos de ¨¦l, que se iba a Portugal, a plantar su nueva obra, nos cont¨® el ¨²ltimo sue?o: fundar una librer¨ªa-panader¨ªa. Lo har¨¢. Vender¨¢ pan y libros.
Es a¨¦reo y obstinado, mucho m¨¢s chico que Goya, pero igualmente pose¨ªdo por la locura del arte ¡°como salvaci¨®n de la vida¡±, que es algo de lo que Berger habla precisamente en aquella exposici¨®n. Miren lo que hizo Calero para contribuir con un grabado (y luego hizo otro) a la inmensa colecci¨®n de Fuendetodos. Le pidieron (como a todos) un disparate. Para ¨¦l, el mayor disparate que pas¨® desde que muri¨® Franco fue la disparatada barbarie de ETA. Quer¨ªa reflejar ese estampido cruel del tiro en la nuca. Convenci¨® al capit¨¢n general de Arag¨®n para que permitiera a tiradores de la Guardia Civil que perforaran con la 9mm Parabellum papeles cuyas huellas ser¨ªan luego la esencia de su disparate. Obstinado y genial, como Goya: ah¨ª est¨¢ el fruto impresionante de su rabia ante el disparate de la violencia.
Ha habido m¨¢s. Es el autor del grabado m¨¢s largo de la historia (probablemente). En esta ocasi¨®n dej¨® en el suelo de Fuendetodos 264 metros de papel (los a?os que en 2010 hab¨ªan pasado desde que naci¨® Goya) que se fueron impregnando de las huellas de la naturaleza, para significar as¨ª los pasos que el ni?o Goya dio en el entorno. Una apisonadora de ocho toneladas fue el t¨®rculo, y el pueblo entero ayud¨® a que su ins¨®lita creaci¨®n fuera posible. Calero hizo m¨¢s: plant¨® papel bajo las piedras en el lugar por el que probablemente se fue Goya de Fuendetodos, y ah¨ª est¨¢n esas huellas, como una visita del artista de hoy al probable lugar en el que se despidi¨® el genio. Ahora Calero es de Fuendetodos; aqu¨ª tiene el sosiego que ¨¦l cree que se fue en la cabeza de Goya.
El museo es la pr¨®xima locura. Ahora es una ambiciosa carcasa, albergar¨¢ los 4.000 grabados que han ido recolectando, el taller del grabado, las distintas colecciones que dej¨® Goya y que ellos han ido adquiriendo o que les han sido donadas. ¡°No es un aeropuerto sin aviones¡±, dice el alcalde. Es un espejo de hoy ante el pueblo del pasado, que en este d¨ªa en concreto se asa de calor. Empezaron a construirlo en 2009, y hace un mes pararon. ?Volver¨¢n? El alcalde se encoge de hombros: ¡°No hay dinero¡±. Pero ellos no paran. Goya es la fuerza que los marca. La agricultura se fue yendo, la cultura viene. ¡°El museo ser¨¢ el pol¨ªgono cultural de Fuendetodos. Su industria¡±.
Ahora vienen a Fuendetodos unas 20.000 personas al a?o. Cuando visitamos estas piedras del futuro vuelan sobre nuestras cabezas unos buitres leonados que deben de estar buscando alg¨²n bicho de los que nos habl¨® el bi¨®logo Iv¨¢n Blasco Ib¨¢?ez en el centro Fuendeverde, donde ¨¦l explica la flora y la fauna de esta a veces ub¨¦rrima regi¨®n goyesca.
En el museo del grabado, Goya le hace gui?os al presente que vivi¨® y al futuro que nos espera, pues fue, dice Calero, un adivino. Aqu¨ª hay uno de aquellos disparates en los que compendi¨® su extra?eza ante la oscuridad de la vida, esos buitres a los que se refiri¨® con susto: tristes presentimientos de lo que ha de acontecer. Est¨¢ fechado en 1863 y representa a un hombre desolado que mira al frente. M¨¢s all¨¢, el famoso sue?o de la raz¨®n dando de s¨ª los monstruos que acontecen. Alrededor de este espacio en el que Goya sigue viviendo a su modo, el paisaje de la regi¨®n de Belchite, la traves¨ªa m¨¢s feroz de la guerra, el lugar al que ahora miran los disparates y los desastres desde los molinos de luz del futuro.
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