El corto nada en la crisis
La multiplicaci¨®n de festivales ¡®online¡¯ y las nuevas tecnolog¨ªas ayudan a un formato que a¨²n sigue lejos de ser rentable
Gotas y moretones. No hay m¨¢s en la existencia de Julia. Retenida en una ba?era, incapaz de salir o de plantarle cara a un marido violento y posesivo, la joven ve desde su c¨¢rcel de agua c¨®mo la vida sucede y se desliza lejos de su alcance. Imposible rebelarse, porque as¨ª es El orden de las cosas. O tal vez no, ya que al final de este cortometraje firmado en 2011 por los hermanos C¨¦sar y Jos¨¦ Esteban Alenda la protagonista por fin demuestra que s¨ª est¨¢ viva.
Con El orden de las cosas los directores ¡°clavan un dardo envenenado en nuestras conciencias¡±, seg¨²n Juan Antonio Moreno Rodr¨ªguez. El estudioso y experto de cine lo escribe en su reciente libro Miradas en Corto, que cita la obra de los Esteban Alenda y otras 71 para defender una tesis tajante: ¡°En el ¨²ltimo lustro el cortometraje en Espa?a est¨¢ m¨¢s vivo que nunca¡±.
?Cierto? ?Exagerado? ?Directamente falso? Dif¨ªcil suportar una teor¨ªa u otra con datos num¨¦ricos: no hay un registro de todos los cortos que se producen cada a?o. Tal vez sirva de indicio, por lo menos, la mirada de Emiliano Allende, director del festival de cine de Medina del Campo, una de las citas de referencia del mundillo: ¡°En relaci¨®n inversamente proporcional a la crisis, la cantidad de cortos que recibimos ha ido creciendo. Para la ¨²ltima edici¨®n llegaron m¨¢s de 1.000 propuestas¡±. Y el mismo fen¨®meno se registra en Alcal¨¢ de Henares, el otro certamen clave para el g¨¦nero breve. ¡°El n¨²mero ha aumentado, ahora se presentan unos 600¡±, aclara su director, Luis Mariano Gonz¨¢lez.
Obviamente, cantidad no significa calidad. En ese sentido, ambos directores reconocen la dificultad de hacer una estimaci¨®n sobre el nivel medio de los productos. Pero el aumento de las propuestas s¨ª desvela otro elemento: producir y lanzar un corto se ha vuelto m¨¢s f¨¢cil. Por un lado, la multiplicaci¨®n de festivales 2.0 y de portales online como Filmin o M¨¢rgenes facilita la distribuci¨®n. Por otro, ¡°la revoluci¨®n digital ha abaratado los costes. Hoy el cineasta puede coger una c¨¢mara o un m¨®vil y conformar una joya¡±, defiende Moreno Rodr¨ªguez.
EL ORDEN DE LAS COSAS from ALENDA Brothers on Vimeo.
Por decirlo de forma a¨²n m¨¢s sencilla, ¡°se puede hacer una pel¨ªcula con condiciones t¨¦cnicas m¨ªnimas¡±. Lo explica Borja Cobeaga, que del cortometraje algo debe de saber, al menos a juzgar por su curr¨ªculo. Con La primera vez, en 2001, el cineasta vasco fue nominado a los Goya. Y en 2006, con ?ramos pocos, gan¨® entre otros el festival de Medina del Campo y cosech¨® hasta una candidatura a los Oscar.
Con el triunfo en el certamen dirigido por Allende, el cineasta vasco se alz¨® con 18.000 euros. Y otro tanto les pas¨® a los Esteban Alenda, ya que El orden de las cosas se hizo con el primer premio de Medina del Campo en 2011. Pero la victoria en un festival es una de las pocas opciones de recaudaci¨®n de un g¨¦nero con entusiasmo de sobra y recursos con cuentagotas. ¡°La percepci¨®n de que sea un hobby ha hecho que no se valore lo suficiente, que cobrar sea lo extra?o. Hay una mitolog¨ªa del low cost como si fuera algo bueno¡±, sostiene Cobeaga, que ahora se ha lanzado a los largometrajes aunque de vez en cuando vuelve a su antiguo amor.
Por lo menos, el corto parece contar con alg¨²n que otro apoyo pol¨ªtico. Curiosamente, en un pa¨ªs con un Gobierno que sube el IVA cultural al 21% y no se lleva especialmente bien con sus artistas, los entrevistados subrayan la importancia de algunas Comunidades Aut¨®nomas en la defensa del cortometraje. Pa¨ªs Vasco, sobre todo, pero tambi¨¦n Valencia, Madrid y Castilla y Le¨®n, son ejemplos positivos que salen citados.
Para derrotar, o por lo menos paliar, la escasez econ¨®mica, Moreno Rodr¨ªguez plantea tambi¨¦n en su libro una soluci¨®n que se viene debatiendo desde hace tiempo: el pago por selecci¨®n. Traducido, en vez de concentrar el dinero en los primeros premios de un certamen, se reparte entre todas las obras que hasta all¨ª han llegado. ¡°Soy contrario. El arte ha de tener una valoraci¨®n. Una cosa es que se le de dinero a las obras galardonadas, otra que le demos a todos lo mismo¡±, asegura Emiliano Allende, del festival de Medina del Campo.
M¨¢s a¨²n, cuando ese dinero disminuye y el n¨²mero de festivales (f¨ªsicos) tambi¨¦n. Es lo que subraya Luis Mariano Gonz¨¢lez, que tampoco aprecia el pago por selecci¨®n: ¡°No creo que el papel de un festival sea el de financiar a un corto. Puede ser una buena herramienta para la obra, pero no su mayor fuente de subsistencia¡±. La propuesta encuentra por lo menos el respaldo de Cobeaga, aunque sobre todo porque disminuir¨ªa la competitividad entre los directores.
Los tres se oponen, en cambio, a la otra idea que sugiere el libro Miradas en Corto, es decir retomar la exhibici¨®n obligatoria de los cortos en las salas antes de los largometrajes. La medida, prevista por una ley de 1986, no se aplica en la realidad desde hace ya d¨¦cadas, ya sea para colar anuncios publicitarios o ganar tiempo para una proyecci¨®n m¨¢s. ¡°No ser¨ªa ¨²til. Creo que el corto comienza a renacer justo cuando se elimina su obligatoriedad. Es una reliquia del pasado¡±, afirma Luis Mariano Gonz¨¢lez. Introducida para sustituir el Nodo, el noticiario franquista que proced¨ªa las proyecciones, la medida hizo casi m¨¢s da?o que otra cosa al corto, seg¨²n el director del festival de Alcal¨¢: ¡°Se produc¨ªan much¨ªsimos porque era obligatorio y hab¨ªa que llenar ese espacio. Lleg¨® a asociarse al corto con la idea de algo poco elaborado¡±.
Lo que, evidentemente, no es cierto. Porque el corto ha sido la cantera de muchos de los creadores m¨¢s respetados del cine espa?ol, de ?lex de la Iglesia a Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo, de Alejandro Amen¨¢bar a Fernando Le¨®n de Aranoa. Todos ellos ahora firman pel¨ªculas, al igual que Cobeaga o los hermanos Esteban Alenda, en un proceso que no parece tener vuelta atr¨¢s. ¡°No creo en el cormetrajista como tal. Es una escuela de valores, pero al menos el 80% de los creadores luego sue?a con dirigir un largometraje¡±, sentencia Emiliano Allende. Algunos finalmente lo consiguen. Muchos no. Por desgracia, es el orden de las cosas.
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