Los terrores infantiles de ¡®La noche del cazador¡¯
Charles Laughton ten¨ªa 55 a?os cuando decidi¨® dirigir su primer largometraje
¡°Desconfiad de los falsos profetas que se cubren con pieles de cordero pero que en su interior son fieros como lobos. Por sus frutos los conocer¨¦is¡±. Con esta severa advertencia que una anciana lee a unos ni?os en medio de un cielo estrellado, comienza una de las pel¨ªculas m¨¢s perturbadoras y fascinantes que se han hecho sobre el mal, y los miedos y pesadillas infantiles: La noche del cazador.
Charles Laughton ten¨ªa 55 a?os cuando decidi¨® ponerse tras las c¨¢maras y dirigir su primer largometraje. Para ello eligi¨® la novela del escritor Davis Grubb que contaba la historia, basada remotamente en hechos reales, de un falso predicador que vaga por los caminos asesinando a mujeres para quedarse despu¨¦s con su dinero.
Aunque Laughton prefer¨ªa a Gary Cooper para el papel, finalmente fue Robert Mitchum quien se meti¨® en la piel de ese predicador que sale de entre las sombras y que lleva tatuados en los nudillos de ambas manos las palabras amor y odio. ¡°Estos dedos, queridos hermanos, est¨¢n siempre luchando los unos con los otros. El odio de la mano izquierda lucha, y parece que el amor va a perder pero todo cambia, el amor gana. Ha ganado la mano del amor y el odio de la mano izquierda ha quedado fuera de combate¡±, recita Mitchum en una de las secuencias m¨¢s memorables del filme.
Si es cierto lo escrito en las memorias de Robert Mitchum, el rodaje de La noche del cazador estuvo lleno de problemas. Seg¨²n el actor, el gui¨®n de James Agee se retocaba continuamente y ¨¦l mismo reescribi¨®, en muchas ocasiones, sus propios di¨¢logos. Adem¨¢s, siempre seg¨²n el int¨¦rprete, Charles Laughton no soportaba a los ni?os protagonistas, Billy Chapin y Sally Jane Bruce, y fue ¨¦l mismo quien se encarg¨® de dirigirles. Pero parece que todo esto no son m¨¢s que leyendas que no se corresponden con la realidad. En 2004 se hall¨® una primera versi¨®n del gui¨®n y este es, casi secuencia por secuencia, la pel¨ªcula que se ve en pantalla.
Charles Laughton dot¨® al largometraje de una ambientaci¨®n muy peculiar, jugando con las luces y las sombras de una manera magistral, obra del director de fotograf¨ªa fue Stanley Cortez, que ya hab¨ªa trabajado con Orson Welles en El cuarto mandamiento. La pel¨ªcula tiene un aire expresionista, como si el bien y el mal, la luz y la oscuridad, estuvieran siempre en conflicto, entrelaz¨¢ndose la una con la otra.
Adem¨¢s de Robert Mitchum, en la pel¨ªcula aparecen Shelley Winters y Lillian Gish, la famosa estrella del cine mudo, la actriz favorita de Griffith, con la que este director trabaj¨® en t¨ªtulos m¨ªticos como El nacimiento de una naci¨®n o Intolerancia. En La noche del cazador Gish interpreta a una mujer que acoge en su casa a ni?os perdidos o hu¨¦rfanos, o sea, el polo opuesto a lo que representa el personaje interpretado por Mitchum.
La noche del cazador no tuvo buenas cr¨ªticas cuando se estren¨® en el verano de 1955 y tampoco funcion¨® muy bien en las taquillas. Este fracaso supuso que Charles Laughton renunciara definitivamente a la direcci¨®n. Ten¨ªa entre manos un nuevo proyecto, adaptar para el cine la obra de Norman Mailer The naked and the dead, pero lo abandon¨® definitivamente y prefiri¨® dedicarse a la actuaci¨®n y al teatro.
Pero m¨¢s de medio siglo despu¨¦s de su estreno, el tiempo ha hecho justicia y La noche del cazador ha quedado como lo que es: una maravillosa pel¨ªcula que no puede dejar de verse sin que un escalofr¨ªo de temor y ternura recorra el cuerpo de los espectadores. Un bello canto a la fortaleza interior de los m¨¢s inocentes. ¡°Por favor, Se?or, cuida de ellos¡±, reza en voz alta el personaje de Lillian Gish al final del film. ¡°El viento sopla y la lluvia es fr¨ªa. Los ni?os son firmes¡±. Y de fondo se escuchan sus risas. Por esta vez se han librado de los falsos profetas que se visten de pieles de cordero, esos que esconden un lobo fiero en su interior.
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