Una partidita de p¨®quer
Cospedal se hab¨ªa quedado sola en el despacho repasando sus cajones a ver si faltaba algo de Toledo y no s¨¦ qu¨¦ de las basuras
Ser¨ªa muy bueno C-169 pero no me daba ning¨²n miedo. Menuda le hab¨ªa ca¨ªdo, localizar a un fantasma. Le segu¨ª en las primeras horas, que lo primero que hizo fue reunirse con la gente que estaba por all¨ª, mientras Dolores de Cospedal se hab¨ªa quedado sola en el despacho repasando sus cajones a ver si faltaba algo de Toledo y no s¨¦ qu¨¦ de las basuras¡ Vamos, sus efectos personales.
Aprovech¨¦.
¡ªAlguien ha traicionado a alguien, y no quiero se?alar.
El abrecartas se le cay¨® en el pie, mientras los ojos se disparaban hacia el infinito. Lo dej¨¦ ah¨ª. Como experimento. Encantado, me qued¨¦ encantado.
Les dec¨ªa de C-169.
¡ªNo s¨¦ yo, que como esto sea cosa de inform¨¢tica, a m¨ª no se me da nada bien. De la tapa del delco y los cig¨¹e?ales ya s¨¦, ya, pero de ordenadores¡
¡ªPero qu¨¦ cosas dice, agente, le contest¨® Pons. Aqu¨ª lo que hace falta es dise?ar una buena pol¨ªtica de contrainformaci¨®n, que puedo salir yo mismo, no es por nada, pero es que soy el mejor, y convencer a la gente de que¡
¡ªPaparruchas, interrumpi¨® Vicente Mart¨ªnez Pujalte, que aprovechaba las vacaciones para colarse en G¨¦nova, a la vista de que nadie le hac¨ªa caso cuando estaban los titulares. Lo que hay que hacer es poner todo esto patas arriba, con los quinientos antidisturbios que tenemos abajo, y cuando demos con el culpable, lo primero le descoyuntamos los brazos y las piernas, luego le sacamos los ojos, y ya puestos¡
¡ªCalla, Vicente, por Dios, qu¨¦ cosa dices, coment¨® Cospedal que entraba en ese momento en la sala.
¡ªNo, si puedo hacerlo yo mismo con estas manos y estos dientes, no hace falta que t¨²¡
¡ªNo sigas, no sigas, que se me pone mal cuerpo¡
¡ªYo lo que digo, intentaba meter baza el agente secreto, es que esto no tiene una soluci¨®n f¨¢cil, pero si me dejan trabajar unas cuantas horas¡
¡ªEso, eso, trabaje, trabaje, y sobre todo repase mi despacho¡ No lo digo por nada, pero es que como la voz nocturna sali¨® de all¨ª¡
Me hizo gracia que no se atreviera a contarles que hab¨ªa o¨ªdo voces. Tanta, que a la vista de que nada se iba a mover en las pr¨®ximas horas atend¨ª al corp¨®reo, que estaba venga a llamar.
¡ªEs que estaba en el despacho de la bruja, Luis, que ya estoy empezando¡
¡ªBien, muy bien, Luis, yo era solo para recordarte lo de las camisas, que tengo que contarte unos planes que tengo¡ Por cierto, que a ver si ya empezamos a trabajar con este Lia?o, que menudo co?azo, oye, que no para de contarme de cu¨¢ndo ¨¦l era el mejor juez de Espa?a , que si tal y que si cual. Y luego est¨¢ lo de su amiguito el periodista¡ Encima quiere que le compre a ?gatha Ruiz de la Prada un mont¨®n de ropa. Sabanitas, dice, con unos corazones. Y gayumbos. De lunares. Ya ves, corazoncitos y lunares en el trullo¡
¡ªEst¨¢s hecho un t¨ªo, Luis, se te ve muy puesto¡
¡ªPor hacer amigos, Luis, por hacer amigos¡
Dej¨¦ al corp¨®reo, que se me estaba haciendo tarde para una cosita que estaba montando yo¡ Porque me dije, hombre, si el corp¨®reo se va a sacar una pasta por all¨ª, mientras cumplo con mis cosas lo mismo puedo yo echar una manita a la bolsa familiar, que una buena timba de p¨®quer aqu¨ª con los amigos de la fantasmagor¨ªa, todos gente de fiar, como Luis Candelas, que se me hab¨ªa hecho imprescindible¡
¡ªPod¨ªamos decirle algo a Jos¨¦ Mar¨ªa, me sugiri¨®¡
Ya me imagin¨¦ qui¨¦n era, ya¡
¡ª¡el Tempranillo, buen chaval, y a Curro Jim¨¦nez, si quieres¡
¡ª?Pero ¨¦se no era comunista?
¡ªBueno, s¨ª, un poco, pero en cuanto ha llegado Sancho Gracia est¨¢ mucho mejor, que son como almas gemelas¡ Tambi¨¦n podemos avisar a Carlo Ponzi¡ Dec¨ªa yo por hacerlo entre amigos y compa?eros, Luis, que no es cuesti¨®n de meter a gente extra?a¡
Para la banca me propuso a do?a Baldomera.
¡ªEs la hija de Larra, f¨ªjate qu¨¦ pedigr¨ª, aunque deber¨ªas cepillarte ese abrigo que llevas, que no es por nada, pero¡
Cre¨ªa Candelas que yo me chupaba el dedo y que me iban a liar entre todos. No saben con qui¨¦n se jugaban los cuartos, que ven¨ªa yo de pelearme con banqueros. Suizos. Aut¨¦nticos. Lombard Odier. Por ejemplo. Como para temer al Tempranillo.
Mientras, C-169, concienzudo, repasaba cent¨ªmetro a cent¨ªmetro el despacho de Cospedal.
¡ªPues yo no veo nada aqu¨ª, se?ora¡ ?Esperanza, dice? Puedo mirar en la primera planta, s¨ª, pero ya le he dicho que lo mismo los malos han empleado trucos inform¨¢ticos, que es lo que se lleva ahora, pero claro, iba yo a ponerme al d¨ªa en esa materia, que es vital para mi trabajo, pero entre los recortes de Montoro, y la subida de tasas de Wert, pues que no he podido¡
¡ªYa, bueno, s¨ª¡ ?Y qu¨¦ propone?
¡ªHombre, yo en persona no le conozco, pero por lo que he le¨ªdo, creo que es muy bueno un chico que se llama Snowden, Edward Snowden, que adem¨¢s est¨¢ sin trabajo¡
No sab¨ªa Cospedal con la que se iba a encontrar muy pronto, porque les estaba preparando una noche bien divertida. Con m¨²sica y todo, que despu¨¦s de la timba ¡ªbueno, s¨ª, gan¨¦ unos cuantos eurillos¡ª ya empec¨¦ los ensayos¡
?Y con qu¨¦ gente!
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