¡®Espartaco¡¯: enorme cine espect¨¢culo, gran creaci¨®n de autor
Algo m¨¢s que una pel¨ªcula de romanos, el filme de Stanley Kubrick supo combinar la ¨¦pica con reflexiones sobre el poder y la libertad
Espartaco es algo m¨¢s que una pel¨ªcula de romanos. Stanley Kubrick supo combinar en ella el espect¨¢culo ¨¦pico, propio del g¨¦nero peplum, con profundas reflexiones sobre el poder, la libertad humana y la dominaci¨®n del hombre por el hombre, convirti¨¦ndolo tambi¨¦n en un film de autor.
En Espartaco hay acci¨®n y emoci¨®n; peleas y luchas seguidas de intimidad y de romance. Todo ello rodeado de un halo de tristeza, como si el destino tr¨¢gico del protagonista fuera el de todos los hombres y su lucha por la libertad, una imposible quimera.
Fue en 1955 cuando Kirk Douglas comenz¨® a poner en pie este monumental proyecto. Fund¨® su propia productora y compr¨® los derechos de la novela escrita por Howard Fast, un autor incluido en la lista negra por su pasado comunista. Tard¨® m¨¢s de tres a?os en tener todo a punto. La Universal financi¨® parte del proyecto y la compa?¨ªa del actor puso el resto hasta completar la nada despreciable cifra de 12 millones de d¨®lares.
Para escribir el guion Douglas recurri¨® a otro escritor represaliado por la caza de brujas del senador McCarthy: Dalton Trumbo. En cuanto a la direcci¨®n pens¨® en David Lean y en Joseph L. Mankiewicz pero la Universal impuso a Anthony Mann.
Nada m¨¢s comenzar el rodaje qued¨® claro que Mann y Douglas no se entend¨ªan y, pasada una semana, cuando solo se hab¨ªan filmado las secuencias de la cantera, el realizador fue despedido. Fue entonces cuando Stanley Kubrick entr¨® en escena. Despu¨¦s de Senderos de gloria, pel¨ªcula que tambi¨¦n protagoniz¨® Douglas, Kubrick estaba tratando de poner en pie varios proyectos, uno de ellos un western, El rostro impenetrable, junto a Marlon Brando. Sin embargo, debido a las disputas y desavenencias que ten¨ªa con el actor, termin¨® por desecharlo. Justo en ese momento Kirk Douglas llam¨® a su puerta y le ofreci¨® dirigir la historia de ese gladiador que puso en jaque a Roma en el siglo I antes de cristo.
El reparto de Espartaco tambi¨¦n es grandioso. Adem¨¢s de a Kirk Douglas, vemos a Jean Simmons, Laurence Olivier, Peter Ustinov, Tony Curtis, Charles Laughton y, por supuesto, a cientos de extras. Peter Ustinov gan¨® por su papel el Oscar a mejor actor secundario y es, curiosamente, el ¨²nico int¨¦rprete que ha recibido un premio de la Academia por una pel¨ªcula de Stanley Kubrick. La suya fue una de las cuatro estatuillas que gan¨® la pel¨ªcula junto a las de direcci¨®n art¨ªstica, vestuario y fotograf¨ªa. La banda sonora que compuso Alex North tuvo que conformarse con la nominaci¨®n, pero el tema de amor que acompa?a los encuentros entre Espartaco y Varinia sigue a?os m¨¢s tarde emocionando a los espectadores.
La primera versi¨®n que se estren¨® de Espartaco duraba unos 160 minutos. En 1991 la pel¨ªcula se restaur¨® y se a?adi¨® media hora m¨¢s con secuencias que se hab¨ªan eliminado en el montaje inicial. Entre ellas una c¨¦lebre entre Laurence Olivier y Tony Curtis. ¡°?Consideras que comer ostras es moral y comer caracoles inmoral?", le preguntaba mientras se ba?aba Craso al esclavo Antonino. ¡°Mi gusto incluye tanto a los caracoles como a las ostras¡±, afirmaba el romano en un di¨¢logo con un claro trasfondo homosexual.
Pero adem¨¢s de por lo estrictamente cinematogr¨¢fico, Espartaco ha pasado a la historia del cine por otro hecho. Kirk Douglas se empe?¨® en que el nombre del guionista Dalton Trumbo apareciera en los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Y as¨ª fue. Era la primera vez que esto suced¨ªa desde 1945, cuando el escritor fue depurado por negarse a declarar ante el Comit¨¦ de Actividades Antinorteamericanas. Fue el final de las ignominiosas listas negras. Por todo ello, ?c¨®mo no gritar una vez m¨¢s aquello de ¡°yo soy Espartaco¡± cuando vemos por en¨¦sima vez el filme? La pel¨ªcula bien que lo merece.
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