El dinero saltar¨ªn y el sobresueldo merecido
A los rumanos del cobre les he adjudicado Suiza y Luxemburgo; a los sirleros, Am¨¦rica Latina; a los espadistas, el Caribe¡
Me lanc¨¦ de lleno a cumplir con la misi¨®n.
¡ª?D¨®nde est¨¢ el libro de ingresos de 2003, que lo mismo encuentro ah¨ª los 300.000 euros?, dec¨ªa Carmen, mi sucesora, deambulando por los pasillos de la quinta planta, pelos disparados, un zapato puesto y el otro pie descalzo, las medias desparejadas, ojeras de diez d¨ªas¡
¡ªDo?a Carmen, ver¨¢, que no s¨¦ c¨®mo dec¨ªrselo, le contestaba el jefe de contabilidad, es que no est¨¢n en su sitio ninguno de los libros¡
¡ª?Pero qu¨¦ dice, insensato?, grit¨® la pobre¡
¡ª¡Los han cambiado esta noche por las obras completas de Mortadelo y Filem¨®n¡
Los hab¨ªa distribuido yo por pisos. En la planta primera, en la mesa de Esperanza Aguirre, todos los referentes a Rajoy. Para que tuviera munici¨®n. En la segunda, en Prensa, dej¨¦ los menos comprometidos, que nunca me he fiado de los periodistas. Como Aznar. Y como Cascos. Bueno, s¨ª, y como Rajoy¡ El resto, desperdigados. En la tercera, en el despacho de Arenas¡
¡ª¡ No lo deseches tan pronto, quillo, que t¨² y yo otra vez juntos, los amos, f¨ªjate, pisha, Paco y Javier, de nuevo juntos, y no descartes a Josemari¡
¡ que segu¨ªa la conversaci¨®n del d¨ªa anterior. En la cuarta, en el de Floriano y en el despacho de Relaciones Internacionales no dej¨¦ nada, en el primero porque no se le va a ocurrir mirar un libro y en los otros porque all¨ª no aparece nadie desde hace a?os, que tuve que quitar las telara?as para entrar¡ Los pen¨²ltimos se los dej¨¦ a Pons y algunos a las Nuevas Generaciones, que uno de ellos, cuando lo encontr¨®, dej¨® de tuitear y pregunt¨® a los dem¨¢s:
¡ª Oighs, chicos, en esta cosa rectangular pone Libro de Entradas. ?Alguien sabe qu¨¦ se puede hacer con este artefacto?
Para Cospedal, en la sexta, me reserv¨¦ los de los a?os de J.M. Aznar, por si quer¨ªa echarles un vistazo. Una joya. Estaba todo. Con pelos y se?ales.
¡ª?Est¨¢s ah¨ª, Luis?, se conect¨® el corp¨®reo.
¡ªAqu¨ª todo seg¨²n lo previsto, tienen un caos, Luis, no van a cuadrar las cuentas hasta el a?o 2020¡ Estoy encantado¡
¡ªYo tambi¨¦n estoy avanzando mucho, la verdad. He distribuido las cuentas entre los nuevos socios y estamos todos llamando por tel¨¦fono como locos, que a m¨ª no me dejan hacer tantas llamadas. A los rumanos del cobre les he adjudicado Suiza y Luxemburgo; a los sirleros, Am¨¦rica Latina; a los espadistas, el Caribe¡ Ya sabes, los n¨²meros en clave¡
¡ªBuenas, G-4, dice uno de mis chicos.
Y cinco millones de Ginebra a Montevideo.
¡ªG-5, dice el otro. Y se van de Montevideo a Nassau.
¡ªG-14, el tercero.
De Nassau a Toronto.
De pastorear a los propios se encarga D¨ªaz Ferr¨¢n, que para eso ha sido quien ha sido.
¡ªA ver t¨², El Pirri, que te vas a quedar sin horas extra, que no me produces nada¡
As¨ª que de Saint Kitts a Quebec, de Buenos Aires a Zurich, de Luxemburgo a Islas Caim¨¢n, de Vanuatu a Aruba, de la City a las Seychelles¡ Ya ¨ªbamos por la vuelta 33 a los 50 millones.
En G¨¦nova segu¨ªan enloquecidos, porque mi sucesora no lograba encontrar nada.
¡ªAs¨ª no puedo trabajar, Dolores, as¨ª no puedo¡
El ataque de llanto coincidi¨® con la llamada de tel¨¦fono desde Moncloa.
¡ªVer¨¢s, Dolores, que he pensado¡ Oye, ?est¨¢s llorando?
¡ªNo, no, presidente, es que ten¨ªa puesta la televisi¨®n, que estos programas del coraz¨®n me sirven de ruido de fondo, ?sabes?
¡ªAh, bueno, s¨ª, a m¨ª tambi¨¦n me gustan, sobre todo esa chica, ?c¨®mo se llama?, no, ver¨¢s, que te llamo para decirte que Arriola y yo estamos muy contentos de c¨®mo salieron ayer las cosas en el Congreso, les hemos dejado con un palmo de narices. Moci¨®n de censura, dec¨ªa Rubalcaba¡ A m¨ª con esas¡ Parece que no sabe la calidad de la piedra que se gasta en Galicia¡
-¡Ya, ya, animaba Dolores¡
¡ª¡ F¨ªjate c¨®mo est¨¢ quedando lo de la Cidade de Santiago de Compostela, un lujo de piedra¡ Espera que me dice algo Arriola¡ dime Pedro, dime¡ Ah, ya, que al final se tuvo que comprar en Brasil, en Minas Gerais, una pasta¡ s¨ª bueno¡ Pero vamos, que conste que la piedra gallega tiene lo suyo¡ Estoy seguro de que te gust¨® eso de no contestar a nada¡
¡ª¡ Perfecto, presidente, eso es estilo, del plasma al ni caso, todo un modo de hacer, una personalidad propia, un car¨¢cter que marcar¨¢ toda una ¨¦poca en la historia de nuestro glorioso partido, que desde las tierras de Castilla-La Mancha¡
¡ª¡ Vale, Dolores, vale, que para los encomios y loores ya tengo a Marhuenda y Rubido¡ Pero no te llamaba por eso, es que ver¨¢s, es que, bueno, o sea, he pensado, que a lo mejor, en fin, no s¨¦¡
¡ª¡ Si pudieras concretar un poco, presidente¡
¡ª¡ No, que como lo hemos hecho todos muy bien, lo mismo nos merec¨ªamos unos sobrecitos con un sobresueldo¡ Porque ya admit¨ª eso, te diste cuenta con qu¨¦ elegancia¡ Pero para todos, ?eh? Hombre, unos un poquito m¨¢s llenos que otros, ya sabes¡ Lo mismo si le dices a Carmen¡
La ten¨ªa delante, que la pobre segu¨ªa llorando a mares¡
¡ª???300.000, los libros, una factura, el IVA, los gastos, las camisas¡!!!
El Samur fue r¨¢pido.
¡ªVer¨¦ qu¨¦ puedo hacer, presidente, aunque no s¨¦ si Carmen¡
Ya te lo dije, Luis, nos van a echar de menos¡
Babelia
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