El sonido de la basura
La Orquesta de Instrumentos Reciclados de Paraguay, formada por j¨®venes que residen en el mayor vertedero del pa¨ªs, es un ejemplo de superaci¨®n social y cultural
Ludwig van Beethoven dec¨ªa que la m¨²sica es una arquitectura de sonidos. En el caso de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Paraguay, esos sonidos se construyen a partir de una amalgama de basura reciclada en instrumentos musicales. Un contenedor de gasolina sirve de base para un chelo; una lata de pintura ensamblada a una fuente para cocinar sopa paraguaya y a un tenedor de cuatro garfios para pasar las cuerdas, es un viol¨ªn; las teclas de un saxof¨®n est¨¢n hechas a partir de guaran¨ªes, la moneda de ese pa¨ªs.
Ch¨¢vez emple¨® la destreza de los habitantes de Cateura y su habilidad para ver en los desperdicios la potencialidad para construir un instrumento, para convertir a los gancheros en luthiers
Con estos desechos, 18 de los 35 integrantes de esa formaci¨®n musical asombraron este martes al p¨²blico del prestigioso Kennedy Center de Washington, en el debut de la orquesta en la capital estadounidense. La agrupaci¨®n est¨¢ compuesta por j¨®venes de Cateura, el mayor vertedero de Paraguay, quienes, gracias al tes¨®n de su director, Favio Ch¨¢vez, y a la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo, han dado un nuevo uso a la basura entre la que se han criado, abri¨¦ndose una puerta para escapar de un claro futuro de exclusi¨®n social.
En Cateura, a las afueras de Asunci¨®n, cada d¨ªa se depositan 1,5 toneladas de desperdicios y las aproximadamente 2.500 familias que residen sobre el muladar se afanan a diario por separar el pl¨¢stico y el aluminio del resto de residuos para venderlos y sobrevivir. Hasta hace unos a?os Cateura era sin¨®nimo de gancheros -como se denomina a los basureros en Paraguay-, pobreza y basura. Desde 2006, es sin¨®nimo de m¨²sica, oportunidad y esperanza.
¡°Yo llegu¨¦ a Cateura para trabajar sobre un proyecto de reciclaje ambiental¡±, cuenta Ch¨¢vez. ¡°Un d¨ªa llev¨¦ al vertedero a los alumnos a los que daba m¨²sica en Carapegu¨¢. Los padres de Cateura se lamentaron porque los ni?os del basurero no pudieran aprender a tocar como ellos¡±, cuenta. El anhelo de los gancheros fue el germen de la Orquesta de Instrumentos Reciclados.
¡°Los chavales quer¨ªan estudiar m¨²sica pero no ten¨ªan recursos¡±, explica Ch¨¢vez. Un viol¨ªn cuesta m¨¢s que cualquiera de las viviendas que se erigen entre los escombros de Cateura. Ch¨¢vez comprendi¨® que si los habitantes de la barriada se serv¨ªan en los residuos para subsistir, construyendo sus casas con ellos, tambi¨¦n pod¨ªa fabricar los instrumentos con la basura.
Ch¨¢vez emple¨® la destreza de los habitantes de Cateura y su habilidad para ver en los desperdicios la potencialidad para construir un instrumento, para convertir a los gancheros en luthiers. El principal responsable de elaborar los chelos, los violines, las trompetas o las guitarras con las que tocan los chavales es Nicol¨¢s G¨®mez. ¡°?l construye la estructura, los voluntarios que impartimos las clases de m¨²sica nos reunimos con ¨¦l y establecemos c¨®mo debe ser la curvatura, d¨®nde poner las cuerdas para que suenen y luego los chicos los utilizan¡±, se?ala Ch¨¢vez.
Cristi¨¢n Ag¨¹ero es uno de esos chicos. Tiene 18 a?os y una mirada huidiza pero llena de ilusi¨®n. Ag¨¹ero acaba de empezar la carrera de Derecho y ¨¦sta es la primera vez que sale de su pa¨ªs. ¡°Estoy estudiando con una beca gracias a la m¨²sica¡±, cuenta mientras devora un bocadillo en el comedor de la sede del BID en Washington, donde acaba de ofrecer una actuaci¨®n, previa a la estelar de la tarde en el Kennedy Center. ¡°Sin este proyecto eso hubiera sido imposible, gracias a la orquesta se me cumpli¨® todo¡±, insiste. El joven destaca la importancia de la iniciativa liderada por Ch¨¢vez para la comunidad de Cateura, donde ¨¦l ha crecido. Ag¨¹ero reparte el tiempo entre la guitarra -¡±empec¨¦ con una reciclada¡±- y la trompeta, el instrumento por el que parece haberse decantado. ¡°He tocado con una guitarra ordinaria y no hay tanta diferencia¡±, sonr¨ªe.
Ahora hay m¨¢s de 130 ni?os que acuden cada semana al vertedero a aprender m¨²sica. La Orquesta de Instrumentos Reciclados no es s¨®lo un proyecto para encauzar la creatividad de una comunidad marginal, es una declaraci¨®n de intenciones pol¨ªticas, una muestra de que nada es desechable y mucho menos las personas. ¡°Esta iniciativa supone replantearse muchas realidades, la m¨¢s concreta la de los ni?os que no ten¨ªan ninguna oportunidad, pero tambi¨¦n es una forma de gritarles a los pol¨ªticos que tambi¨¦n existimos. Cuando ponemos a un chaval sobre el escenario de un teatro, tambi¨¦n lo estamos poniendo sobre el escenario de la sociedad¡±, indica Ch¨¢vez.
Cuando ponemos a un chaval sobre el escenario de un teatro, tambi¨¦n lo estamos poniendo sobre el escenario de la sociedad" Favio Ch¨¢vez
El director de la Orquesta, un m¨²sico aficionado, es consciente de la dimensi¨®n de su proyecto y de su ¨¦xito, pero no esconde el duro camino por el que ha debido avanzar hasta lograr que el grupo sea aclamado por Europa, Norteam¨¦rica u Oriente Pr¨®ximo. ¡°La palabra clave de todo esto es ¡®proceso¡¯, un t¨¦rmino opuesto a la comunidad de Cateura, d¨®nde las cosas ocurren por acontecer, donde todo se realiza en virtud de la necesidad inmediata. Proceso, all¨ª, supone romper un esquema social, significa establecer etapas, plazos... Eso supone un cambio que fue muy dif¨ªcil de imponer al comenzar el proyecto¡±, explica.
Del primer grupo de chavales que comenz¨® a tocar con Ch¨¢vez, s¨®lo una chica persever¨® y no abandon¨® casi desde el principio. Ahora, el ¨¦xito de la Orquesta atrae a m¨¢s j¨®venes - de entre tres y 22 a?os- ¨¢vidos por aprender m¨²sica, a voluntarios que dedican parte de su tiempo a ense?¨¢rsela e incluso a donantes que ceden instrumentos. Su director, pese a todo, prefiere seguir construy¨¦ndolos a partir de desperdicios. ¡°Es un proceso que respetamos por una cuesti¨®n ideol¨®gica y pr¨¢ctica. A los ni?os que se inician en el proceso musical les basta con un instrumento reciclado¡±.
Y un instrumento reciclado basta para tocar m¨²sica cl¨¢sica, tangos, m¨²sica tradicional del altiplano o pop. Ese es parte del repertorio de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Paraguay que sus j¨®venes integrantes interpretan con una mezcla de orgullo y pasi¨®n, sabedores de que son un ejemplo de superaci¨®n y esperanza. Un ejemplo de que la basura no s¨®lo est¨¢ asociada al mal olor, sino a la buena m¨²sica. El proyecto de Ch¨¢vez demuestra que nunca antes la ¡°m¨²sica basura¡±, como ¨¦l la llama, son¨® tan bien.
Babelia
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