La productiva red de las ¡®Magdalenas¡¯

¡°Hab¨ªa un cuento tan peque?ito tan peque?ito que cab¨ªa en una pesta?a¡­¡±. As¨ª comienza la historia que narra/interpreta una de las artistas que participan en el festival A solas, pero lo que 37 mujeres de tres continentes llevan en su mochila creativa es grande. Una red cada vez m¨¢s extensa de apasionadas por las artes esc¨¦nicas. Teatro, danza, m¨²sica, expresi¨®n corporal, fotograf¨ªa, v¨ªdeo¡­ Distintas manifestaciones que, hasta el domingo 8 de septiembre, est¨¢n inundando de imaginaci¨®n los Teatros del Canal, centro cultural dependiente de la Comunidad de Madrid, durante una semana intensa: 23 espect¨¢culos, talleres de creaci¨®n y encuentros de trabajos en proceso, 37 artistas de Am¨¦rica, Asia y Europa. Es el festival A solas, impulsado por la red mundial de mujeres artistas Proyecto Magdalena.

A solas hace referencia a los solos, los espect¨¢culos unipersonales, de car¨¢cter intimista pero a la vez festivo, que se desarrollan en la Sala Verde, un espacio esc¨¦nico del Canal donde las butacas rodean todo el centro de la acci¨®n y el p¨²blico mantiene una cercan¨ªa imposible en un gran auditorio. ¡°A solas no se refiere a la soledad, sino a la solidaridad: c¨®mo fortalecer los lazos entre mujeres que luchan desde su vulnerabilidad, solas en el escenario, para conectarse a cada espectador¡±, proclama Amaranta Osorio, mexicana residente en Espa?a y directora de este festival, que estrena presencia en Madrid (en Barcelona ¡°ya hubo en 2007 otro encuentro de magdalenas¡±, explica). Osorio sali¨®, cuenta, de un abismo personal y gracias a las artes esc¨¦nicas y a la complicidad con otras mujeres teatreras aprendi¨® ¡°a bailar con la oscuridad¡±.

Otras artistas la cantan y la iluminan, como las tres mujeres de la compa?¨ªa francesa Voix Plyphoniques, que funden su voz como una sola, de sirena inquieta, en sus Cantos del Mar Negro. Y otras mujeres, como la japonesa Keiin Yoshimura (cuya actuaci¨®n cierra A solas), expresan en silencio, con movimientos pausados, la explosi¨®n de sentimientos y simbolismos que animan la trayectoria vital. Con su espect¨¢culo Wa no Kokoro, donde sus gestos, su abanico y su pa?uelo trazan los giros de la historia, quiere transmitir ¡°todos los giros del coraz¨®n¡­ la paz y la armon¨ªa, la alegr¨ªa, la desolaci¨®n, la nostalgia¡­¡± ¡°A¨²n no existe en Jap¨®n el Proyecto Magdalena, pero ya estoy luchando por ello¡±, dice esta veterana int¨¦rprete y core¨®grafa de Kamigata-mai, un g¨¦nero de danza de protagonismo femenino nacido en el siglo XVI en la regi¨®n de Kioto y que bebe de la est¨¦tica del Kabuki, el Noh o el Bunraku (teatro de marionetas).

El festival A solas llega como una embajada del Proyecto Magdalena, una red internacional de mujeres embarcadas en un periplo de teatro contempor¨¢neo ¡°sin fronteras de pa¨ªses ni generaciones¡±, como explica su fundadora, Jill Greenhalgh, quien hace 27 a?os empez¨® esta aventura en Gales y est¨¢ ¡°muy contenta¡± de ver c¨®mo su iniciativa ¡°ha crecido tanto y con tantas aportaciones art¨ªsticas¡±. La propia Greenghal ¨Cprofesora de Estudios de Performance en la Universidad de Aberystwyth- mantiene su activismo teatral y participa en esta edici¨®n espa?ola con un laboratorio de creaci¨®n, Daughter, donde las participantes reflexionan sobre las experiencias emotivas de ser o tener una hija.

El nombre de este activo grupo ¨Cque se comunica de forma presencial y a trav¨¦s de Internet- es un homenaje a la figura de Mar¨ªa Magdalena, siempre en la oculta cara ¡®B¡¯ de las historias b¨ªblica. Lo recuerda Amaranta Osorio, que no duda en lanzar un zarpazo feminista a la hora de reivindicar el papel de las mujeres en los escenarios. Precisamente el Proyecto Magdalena naci¨® -y sus miembros tienen ese compromiso- para manifestar la visibilidad de las mujeres en el teatro contempor¨¢neo. Osorio no solo se queja de la actitud de los programadores teatrales, sino de la falta de reconocimientos en el mundo de las artes: ¡°?Solo hay un premio de teatro para la labor de las mujeres!¡±.

La red Proyecto Magdalena se teje de forma conjunta, aunque cada lugar de celebraci¨®n de los festivales tiene autonom¨ªa para desarrollar los eventos art¨ªsticos. M¨¦xico, Cuba, Dinamarca, India, Chile, Brasil¡­ son algunos de los pa¨ªses (m¨¢s de una veintena) donde el magdalenismo teatral ha echado fruct¨ªferas ra¨ªces. Gracias a la persuasiva intervenci¨®n de la mexicana Amaranta Osorio se produjo la conexi¨®n magdal¨¦nica con Madrid y su intenci¨®n es que este ¡°hola¡± de septiembre sea un ¡°hasta pronto¡±.