Joan Matabosch: ¡°Debemos preservar el legado de Mortier¡±
El Teatro Real presenta a su nuevo director art¨ªstico y anuncia un acuerdo para que Mortier se convierta en consejero art¨ªstico
Joan Matabosch ha sido presentado esta ma?ana como nuevo director art¨ªstico del Teatro Real en sustituci¨®n de Gerard Mortier, que pasar¨¢ a ser consejero art¨ªstico del Real. Un nuevo puesto que se ha creado para encontrarle acomodo en la situaci¨®n en la que se encuentra ahora mismo (se est¨¢ tratando de un c¨¢ncer en Alemania) y que rebaja notablemente la tensi¨®n vivida desde que se comunic¨® su relevo. Matabosch tomar¨¢ oficialmente posesi¨®n de su nuevo cargo el 1 de enero de 2014. Hasta entonces, seguir¨¢ siendo el director art¨ªstico del Liceo de Barcelona y compatibilizar¨¢ esa funci¨®n con el proceso de adaptaci¨®n en el Real. ¡°Esto evidencia la buena relaci¨®n que existe entre el Liceo y nosotros, y la capacidad de trabajo de Joan Matabosch¡±, ha explicado el presidente del Patronato del Teatro Real, Gregorio Mara?¨®n, durante la rueda de prensa.
Respecto al asunto Mortier, Mara?¨®n se?al¨® el buen entendimiento que existe entre el director belga y su sucesor y que "contribuir¨¢ a que siga aportando sus extraordinarios conocimientos en materia de ¨®pera, de la cultura y musical¡±. El presidente evit¨® en esta ocasi¨®n ofrecer ning¨²n dato econ¨®mico de la operaci¨®n, pero s¨ª dijo que est¨¢n convencidos ¡°del pleno acierto del nombramiento¡± y recalc¨® la ilusi¨®n que ha generado en el teatro su llegada¡±.
Matabosch, por su parte, desgran¨® las l¨ªneas maestras de su proyecto en un discurso amplio y plagado de referencias culturales. Al principio se extendi¨® generosamente alabando la labor de su antecesor y asegurando que no viene a romper con la l¨ªnea seguida hasta ahora. ¡°Este teatro tiene el privilegio del legado art¨ªstico extraordinario de Gerard Mortier. Debemos encontrar la forma de preservarlo. Hay que mantener lo mucho que el teatro ha avanzado a lo largo de estos a?os; hay que preservar la calidad de los espect¨¢culos, incluidos los m¨¢s pol¨¦micos; la mejora de los colectivos art¨ªsticos; la proyecci¨®n internacional del teatro; y m¨¢s aspectos importantes que se podr¨ªan destacar de su gesti¨®n. Por esto prefiero calificar el modelo, al menos hasta cierto punto, como de continuidad. Y me gustar¨ªa dedicar a Gerard Mortier estas palabras y, al mismo tiempo, desearle todo lo mejor en su lucha contra su enfermedad¡±.
Matabosch ilustr¨® con un ejemplo esta ¡°continuidad¡±. ¡°No vamos a hacer en el Teatro Real lo que la ?pera de Paris hizo tras la salida de Gerard Mortier, cuando se impuso una programaci¨®n situada en el extremo m¨¢s opuesto posible al de la etapa de Mortier, en un intento que parec¨ªa buscar eliminar cualquier resquicio de su paso por la instituci¨®n. Nada de eso queremos que suceda en Madrid¡±, dijo en referencia a Nicolas Joel, el sustituto que la ¨®pera de Par¨ªs busc¨® a Mortier tras su marcha.
Matabosch no tocar¨¢ nada de la temporada en curso. Se limitar¨¢, ha explicado, a gestionar y a ayudar a Mortier a desarrollarla con normalidad. A partir de la pr¨®xima, habr¨¢ algunos cambios que, seg¨²n dijo, el propio Mortier habr¨ªa hecho por motivos que no tienen que ver con la l¨ªnea art¨ªstica, sino m¨¢s bien con las posibilidades o contratiempos administrativos o del propio mercado.
Las diferencias sustanciales podr¨¢n observarse m¨¢s bien a partir de la temporada 2015-2016. Ah¨ª podr¨¢ empezar a trasladar sus variaciones que dividi¨® en tres parte. Habr¨¢ ampliaci¨®n del repertorio. ¡°Ser¨¢ m¨¢s contrastado y acoger¨¢ ¨®peras de estilos que no se han visto. Ha habido hist¨®ricamente una gran desconfianza de los renovadores del arte de la ¨®pera, como Mortier, hacia un determinado repertorio del siglo XIX y el motivo de esta desconfianza tiene su l¨®gica: era un repertorio ligado en otras ¨¦pocas al estilo decadente de las representaciones y al culto a las estrellas incapaces de integrarse en un conjunto, a la rutina, a los ensayos apresurados y a veces inexistentes. Esto era as¨ª en otras ¨¦pocas. Pero esto ha cambiado completamente en la actualidad¡±.
Matabosch tambi¨¦n quiere abrir el ¡°abanico¡± de los directores de escena para buscar una ¡°est¨¦tica m¨¢s contrastada¡±. ¡°Pero no habr¨¢ ninguna concesi¨®n en cuanto al objetivo final de una dramaturgia: que exprima el sentido de la obra. Todo lo que potencie y haga accesible este sentido es aceptable. Y el sentido de una obra no es la literalidad de de las acotaciones de una partitura, sino lo que una literalidad expresa. Por eso necesitamos que un artista interprete la obra¡± ha dicho en una clara referencia a que no piensa buscar montajes sin intenci¨®n o ajenos a las pol¨¦micas.
Como tercera pata de su proyecto, Matabosch ha hablado de potenciar el fen¨®meno vocal y musical. Es decir, buenos cantantes y, en un futuro, se elegir¨¢ un director musical titular. Eso no suceder¨¢ hasta que terminen las obras programadas por Mortier para las dos pr¨®ximas temporadas, ya que el dise?o comprende un sistema de directores invitados que aterrizan en Madrid con cada producci¨®n. El debate sobre el nuevo director titular se abrir¨¢, previsiblemente, a mediados del a?o que viene.
En cuanto al futuro del Liceo, Matabosch asegur¨® que no participar¨¢ en el nombramiento de su director, m¨¢s all¨¢ de que puedan pedirle su opini¨®n. Se buscar¨¢ a un candidato durante los pr¨®ximos meses y, en principio, se incorporar¨¢ en septiembre del a?o que viene.
Babelia
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