¡®2001¡¯: la pel¨ªcula favorita de Alejandro Amen¨¢bar
"Una odisea del espacio' es el viaje perfecto. Es una experiencia sensorial y emocional¡±
Para Alejandro Amen¨¢bar 2001: Una odisea del espacio ¡°es el viaje perfecto. Es una experiencia sensorial y emocional¡±, explica el director. Su fascinaci¨®n por el film es tal que tiene en su casa un fotograma gigante retro iluminado. ¡°Tengo amigos que se aburren, y lo entiendo perfectamente, pero yo estoy enganchado desde el minuto uno¡±.
Algo parecido a lo que cuenta el director de Abre los ojos les sucedi¨® a los espectadores que acudieron al estreno de la pel¨ªcula en Nueva York el seis de abril de 1968. Seg¨²n testimonios recogidos, en la sala se oyeron algunas risas cuando aparecieron los primeros simios despu¨¦s del r¨®tulo que anunciaba ¡°El amanecer del hombre¡±. Muchos espectadores pensaron inicialmente que se trataba de una comedia ¨¢cida como ?Tel¨¦fono Rojo?, volamos hacia Mosc¨².
En la premiere de Los ?ngeles, Rock Hudson se sali¨® durante la proyecci¨®n y pidi¨® que alguien le explicara de qu¨¦ demonios iba la pel¨ªcula. Otros en cambio, como Neil Armstrong, el hombre que pis¨® la Luna, se sintieron hechizados con lo que vieron. Al otro lado del tel¨®n de acero Alexei Leonov, el primer cosmonauta que realiz¨® una caminata espacial, dijo despu¨¦s de la proyecci¨®n que sent¨ªa como si hubiera estado nuevamente en el espacio.
2001: Una odisea del espacio, que emite TCM en alta definici¨®n el pr¨®ximo domingo justo despu¨¦s del estreno de una entrevista de 50 minutos a Alejandro Amen¨¢bar, es una de las pel¨ªculas m¨¢s controvertidas y admiradas de todos los tiempos porque se trata de un film que m¨¢s que respuestas plantea interrogantes. ¡°Lo que m¨¢s me gusta de Kubrick es esa b¨²squeda de perfecci¨®n y de intensidad¡±, dice el director. ¡°El representa la perfecci¨®n t¨¦cnica, la elegancia. En estos tiempos que corren en los que los planos no duran m¨¢s de tres o cuatro, segundos, ¨¦l no cambia el plano hasta que est¨¢ obligad¨ªsimo¡±.
Adem¨¢s, la imaginaci¨®n de Stanley Kubrick para llevar a la pantalla la novela de Arthur C. Clarke El centinela es tan potente que todo lo que se ve es, desde un punto de vista cient¨ªfico, perfectamente posible. Muchas de las cosas que aparecen en el film son hoy tan habituales como, por ejemplo, las videoconferencias o las tabletas inform¨¢ticas, muy parecidas por cierto a las que ahora mismo utilizamos a diario.
Es asimismo una pel¨ªcula que se anticipa a su tiempo y que deber¨ªa llamarse 2051 o 2061 en lugar de 2001, porque una estaci¨®n espacial como la que aparece en el film no ser¨¢ posible hasta dentro de aproximadamente medio siglo o m¨¢s. Tampoco es probable que se hagan en un futuro inmediato viajes tripulados a J¨²piter o se pueda fabricar un ordenador tan sofisticado e inteligente como Hal 9000.
Alejandro Amen¨¢bar no es el ¨²nico cineasta que ama 2001. Se cuenta que Federico Fellini nada m¨¢s verla envi¨® un telegrama a Kubrick expres¨¢ndole su emoci¨®n y entusiasmo, mientras que James Cameron, el director de Titanic y Avatar, siempre ha confesado que gracias a ella se hizo director de cine. En cambio, Michelangelo Antonioni no acab¨® de comprenderla del todo.
Es lo que tiene este m¨ªtico t¨ªtulo que habla de la evoluci¨®n del hombre, la conquista de la tecnolog¨ªa y la inteligencia artificial capaz de retar al propio ser humano: hace pensar y reflexionar a trav¨¦s de una sinfon¨ªa de im¨¢genes, m¨²sica y sensaciones. Lo mejor, como dice Amen¨¢bar, ¡°es sentarse, esperar a que comience la m¨²sica y dejarse llevar¡±. Feliz viaje a trav¨¦s de la estrellas.
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