De placeres y turbaciones

Ch¨¦reau nos ha dejado. Ch¨¦reau, el pr¨ªncipe de los directores teatrales franceses. Ch¨¦reau, el excelente director de cine. Ch¨¦reau, el personal¨ªsimo y peculiar actor teatral. En definitiva, el gran Ch¨¦reau se ha ido.

En el festival de Nancy del 68 le vi una extraordinaria puesta en escena de Soldados, de Lenz.Con apenas 24 a?os ya mostraba una contundencia y una madurez asombrosas. ?C¨®mo olvidar su extraordinario Peer Gynt, su excepcional Hamlet, su trabajo con los textos de Kolt¨¨s, su versi¨®n paradigm¨¢tica y asombrosa de la Tetralog¨ªa de Wagner? Preciso, atrevido, contundente y con un universo creativo fascinante,Patrice Ch¨¦reau pase¨® su nerviosa y atractiva figura por todos los cielos y por todos los infiernos personales y art¨ªsticos.

En el festival de Tardor, en la sala 2 del Mercat de les Flors, que luego se convirti¨® en la sede del Teatre Lliure, nos ofreci¨® una interpretaci¨®n turbadora y sombr¨ªa del dealer de En la soledad de los campos de algod¨®n.

Teatro, ¨®pera, cine... todo lo trabaj¨® con profundidad y sin reservas. Su cine tard¨® en ser reconocido, pero ello no fue m¨¢s que debido a la ceguera en la percepci¨®n por parte de determinados c¨ªrculos excluyentes, porque ya desde su primera pel¨ªcula, La carne de la orqu¨ªdea, dej¨® claras sus huellas magistrales de narrador cinematogr¨¢fico.

¡°Si camina por la calle, a esta hora y en este lugar, es porque desea algo que no tiene, y ese algo, yo, puedo proporcion¨¢rselo¡±, dice el dealer al cliente al principio de En la soledad.... Ch¨¦reau, sin lugar a dudas, nos ha proporcionado a todos los que le hemos conocido y a todos los amantes del teatro, del cine, de la ¨®pera y de la vida, placeres y turbaciones hermosas y extraordinarias.

Salve Patrice, que la eternidad te acoja como te mereces.

Como uno de los nuestros.

Como uno de los m¨¢s grandes.