Vade retro, concejal-cantautor

Ya es casi como una moda: en un alarde de modernidad/versi¨®n ca?¨ª-ignorante, el responsable pol¨ªtico de turno decide fichar para una noche de sexo, droga y rock & roll al artista de turno, si es una bestia parda, mejor, y si es un poco pol¨ªticamente incorrecto, mejor, y si es muy pero que muy pol¨ªticamente incorrecto, pues much¨ªsimo mejor, porque aqu¨ª hasta el m¨¢s tonto hace relojes y hasta el ¨²ltimo, min¨²sculo, infinit¨¦simo concejal de Cultura es m¨¢s moderno que nadie: eso luce mucho con los amigos, luego, en el chigre, escanciando unas sidras en plena espicha. El concejal de Cultura del ayuntamiento de Gij¨®n, Carlos Rubiera, pongamos por caso, cantautor, para m¨¢s inri, que ya es ser: cantautor censor de otro cantautor. Albert Pla, pongamos por caso.

O sea que el brillante contratador municipal saca pecho y se tira el pisto entre la multitud, porque yo soy m¨¢s moderno que nadie aunque sea del Foro de Cascos, hasta que, de repente, a la bestia parda ultrapol¨ªticamenteincorrecta le da por lo de siempre: soltar una andanada. ¡°Me da asco ser espa?ol¡± o ¡°me gustar¨ªa que los catalanes fu¨¦semos independientes y que en Gij¨®n se estudiara el catal¨¢n por cojones¡± son dos andanadas tama?o familiar, nadie lo negar¨¢. La verdad es que la segunda tiene bastante gracia como eslogan peripat¨¦tico. A m¨ª me parece mucho m¨¢s brillante ¨Cpor la v¨ªa de la diversi¨®n sin prejuicio- que otros, algunos con verbo, como el filos¨®fico ¡°pienso, luego existo¡± (que, desde luego, jam¨¢s afectar¨¢ al concejal Rubiera aunque ¨¦l lo intente) y otros sin verbo, como ¡°la marca Espa?a¡±. Sin verbo¡­ y sin palabras.

Otro eslogan, de esta misma ma?ana: ¡°Me importa un r¨¢bano que me censuren¡±. El autor vuelve a ser Albert Pla, que se ha inventado, as¨ª, sobre la marcha y porque le han insisitido en la radio, un eslogan sobre las consecuencias de su anterior eslogan.

El concejal de Cultura del ayuntamiento de Gij¨®n, Carlos Rubiera, pongamos por caso, cantautor, para m¨¢s inri

Vi a Albert Pla el a?o pasado en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, Espa?a, con su espect¨¢culo Somiatruites. Antes de ir no ten¨ªa claro si era un tipo brillante o un sonado. Para decidirme, tuve que descifrar bien el sentido del t¨¦rmino 'sonado¡¯. Hecho lo cual, la conclusi¨®n lleg¨® clara como el agua del manantial: ni brillante ni sonado. Albert Pla me pareci¨® un genio. Un tipo que en escena canta as¨ª a los ni?os de un colegio perdido en las monta?as, con semejante grado de poes¨ªa y de sensibilidad, tiene derecho a decir que le da asco ser espa?ol, catal¨¢n, de Brazatortas o de Teruel. Los mismos que en este cuadril¨¢tero celtib¨¦rico se adue?aron hace ya tiempo de los s¨ªmbolos nacionales se adue?an ahora de lo que es conveniente que la gente diga o no diga en seg¨²n qu¨¦ momento. As¨ª que, dicho y hecho: el concejal Rubiera de Gij¨®n, rindiendo homenaje a su oficio, se pega la gran cantada y propone cancelar el recital de Pla en el Teatro Jovellanos para el d¨ªa 25. Un teatro al que el autor de Manifestaci¨®n ha acudido con regularidad. Pues esta vez sus fans asturianos se van a quedar con las ganas.

Pla canta en catal¨¢n en espa?ol, habla en catal¨¢n y en espa?ol, se la fuman los idiomas, se la fuman los pol¨ªticos y se la fuman los censores, y cuando le preguntan si fue a la cadena humana aquella de los independentistas catalanes d¨¢ndose la mano, dice que nanay, que estaba en el Poble Espanyol, con ny, cantando en espa?ol, con ?, ¡°para los charnegos¡±, con n.

O sea, que quien piense, por ejemplo un concejal de ?Cultura?, que lo que dijo Pla de Espa?a y de los espa?oles hay que tom¨¢rselo literalmente, pues va dado. Bastante aburrida y deprimente viene la lluvia cada d¨ªa como para prescindir de los bufones mejores, los que saben animar el circo. Mucho pedir para este pa¨ªs venido a menos. A Albert Pla hay que dejarle hablar. Y luego, cantar. Porque como dicen las abuelas, lo que hay en Espa?a es de los espa?oles. Incluso el espa?ol como idioma y su pr¨¢ctica en forma de verbo libre. Otra cosa es insultar a gente con nombre y apellidos. O insultar a la inteligencia. Como el cantautor concejal y la corporaci¨®n de Gij¨®n que controla el Jovellanos.