Estrategia discutible
Su tesis se?ala la fisura que se abre entre el rostro amable de Obama y su l¨ªnea de continuidad con la gesti¨®n b¨¦lica de la Administraci¨®n de Bush

Corresponsal experto en temas de seguridad nacional del semanario The Nation y autor de los libros Blackwater. El auge del ej¨¦rcito mercenario m¨¢s poderoso del mundo y Guerras sucias. El mundo como campo de batalla, Jeremy Scahill tambi¨¦n trabaj¨® puntualmente a las ¨®rdenes de Michael Moore, en calidad de productor, en la serie televisiva The awful truth, donde, cabe aventurar, quiz¨¢ se empap¨® de lo m¨¢s discutible de las estrategias documentales del autor de Bowling for Columbine. Guerras sucias, documental hermano del segundo libro de Scahill dirigido por Richard Rowley, aunque escrito y producido por el autor, le delata como un Michael Moore sin sobrepeso ni sentido del humor, aunque con las mismas toneladas de autoindulgencia y una pareja debilidad por el lenguaje propagand¨ªstico: contemplar su forzada circunspecci¨®n rodeado de dolor provoca un efecto risible en un discurso que no necesitaba ese contrapunto narcisista.
GUERRAS SUCIAS
Direcci¨®n: Richard Rowley.
Documental b¨¦lico.
Estados Unidos, 2013.
Duraci¨®n: 86 minutos.
La tesis de Guerras sucias se?ala a la fisura que se abre entre el rostro amable de Obama y su l¨ªnea de continuidad con la gesti¨®n b¨¦lica de la Administraci¨®n de Bush: a partir del rastreo de operaciones especiales en retaguardia y en pa¨ªses ajenos al conflicto b¨¦lico, Scahill subraya el incremento de ferocidad en la lucha contra el terrorismo y la ampliaci¨®n del campo de batalla del Mando Conjunto de Operaciones Especiales que, en el proceso, y con la muerte de Osama bin Laden como victoria simb¨®lica, pas¨® de ej¨¦rcito fantasma a icono p¨²blico de la heroicidad nacional. La idea de Estados Unidos engendrando a sus propios enemigos, ejemplificada en la historia de Anbwar Al-Awlaki ¡ªim¨¢n moderado transformado en el primer ciudadano estadounidense que su propio Gobierno fija como objetivo militar¡ª, es el punto fuerte del conjunto, devaluado por la morbosidad del documentalista que ocupa el cl¨ªmax contemplando viejas pel¨ªculas familiares del hijo muerto de Al-Awlaki.
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