Amanece

Una de las pocas cosas que funciona en Espa?a es el inter¨¦s por el cine. Esta semana ha habido dos actos elocuentes. En su visita, el cineasta David Lynch, que promueve la meditaci¨®n trascendental del maestro Maharishi Mahesh Yogui, contest¨® en sus abarrotadas clases magistrales a cualquier curiosidad por su cine y su carrera profesional. Durante a?os considerado por la cr¨ªtica especializada el continuador de la deriva surrealista del cine de Luis Bu?uel, no tuvo reparos en negar por tres veces haber visto ninguna pel¨ªcula del cineasta aragon¨¦s. Y cuando un ni?o cin¨¦filo le indic¨® la correspondencia entre Un perro andaluz y Terciopelo azul, zanj¨® la cuesti¨®n con un preciso comentario: si tiras una oreja amputada al suelo, es muy probable que se llene de hormigas.

Esta frase podr¨ªa formar parte del doctrinario magistral de Jos¨¦ Luis Cuerda, que titul¨® un compendio suyo de arrebatos reflexivos Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado. Precisamente Cuerda, que solo naci¨® un a?o despu¨¦s de Lynch, abarrot¨® el cine Callao para presentar una preciosa edici¨®n del guion de Amanece, que no es poco, al cumplirse los 25 a?os de ese cl¨¢sico. Fue otro acontecimiento que desbord¨® las previsiones de asistencia. El cine a veces se degusta con retardo, pero ?acaso no sucede con todo? Tambi¨¦n votar¨ªamos con m¨¢s criterio si pudi¨¦ramos hacerlo con d¨¦cadas de distancia, y se atinar¨ªa m¨¢s si por ejemplo el a?o que viene vot¨¢ramos para las elecciones de 1996.

En la introducci¨®n al guion, Jos¨¦ Luis Cuerda nos regala un delicioso recorrido biogr¨¢fico y profesional. Hay algo de justicia po¨¦tica en que el hijo de un profesional del p¨®quer confirmara en Montecarlo su vocaci¨®n de director, cuando su pel¨ªcula para TVE, Total, fue aclamada tras un tibio recibimiento patrio. Para Lynch, la clave de una carrera s¨®lida en el cine consiste en preservar el derecho al montaje final. Nadie puede aspirar a expresarse creativamente si renuncia a esa condici¨®n en favor de otros, asegur¨® en su charla. Amanece, que no es poco o El hombre elefante y Terciopelo azul, confirman, con su prestigio creciente a trav¨¦s de los a?os, que no hay mejor receta que confiar en el criterio personal, si se tiene, y es ajeno a modas, presiones y poses.