Rafael Moneo ajusta cuentas con la arquitectura
El proyectista espa?ol m¨¢s premiado repasa su carrera en una retrospectiva en la Fundaci¨®n Barri¨¦ de A Coru?a ¡°Esta profesi¨®n tiene obligaciones¡±, afirma
¡°Los arquitectos no debemos dar gato por liebre. Alguien que ha satisfecho su proyecto profesional confundiendo al usuario acaba cautivo de su propia ingenuidad¡±. Rafael Moneo (Tudela, 1937) echa cuentas. Expone, por primera vez, todos sus edificios: del Museo de Arte Romano de M¨¦rida (1985) o el Kursaal de San Sebasti¨¢n (1999) a la nueva Torre Puig en Barcelona, de la catedral de Los ?ngeles (2002) al centro comercial Beirut Souks (2010). Y ese repaso, que le lleva a hablar de responsabilidad, de ciudad y del trabajo de otros arquitectos casi tanto como del suyo, incluye tantas certezas como dudas.
Una certeza es que el dibujo ayuda a pensar la arquitectura. Otra, que el proyectista espa?ol vivo m¨¢s premiado no desliga sus edificios de sus escritos, es decir, que considera construir clave para reflexionar en el seno de una disciplina que, con mucha frecuencia, ha separado teor¨ªa y pr¨¢ctica. As¨ª, Una reflexi¨®n te¨®rica desde la profesi¨®n es el t¨ªtulo de la muestra que repasa la obra completa de Moneo y que se ver¨¢, hasta el 30 de marzo, en la Fundaci¨®n Barri¨¦ de A Coru?a.
El Pritzker espa?ol ha criticado siempre los edificios aislados, los que no suman al proyecto com¨²n que es una ciudad. Con esta muestra, llama a reflexionar sobre las prioridades de los arquitectos hoy. ¡°A principios del siglo XX, Le Corbusier trat¨® de asimilar t¨¦cnicas nuevas a lenguajes nuevos. Hoy la arquitectura ondulante de Zaha Hadid se ofrece como vanguardia con deliberado olvido de c¨®mo va a construirse¡±.
Rafael Moneo considera que ¡°la revoluci¨®n que trae consigo poder construir lo imaginado es tentadora¡±, pero opina que ¡°la arquitectura tiene obligaciones, los edificios adquieren importancia cuando completan algo m¨¢s amplio que ellos: la ciudad¡±. Por eso su legado es lo contrario de la construcci¨®n de inmuebles aislados. C¨®mo las obras se relacionan con el sitio y con la historia es su ense?anza. Y en medio del tsunami que azota su profesi¨®n ¡ªestirada entre el extremo que busca fundir arte y arquitectura y el opuesto, que trata de llevar una factura digna a todo lo que se construye¡ª ¨¦l reivindica la arquitectura como cultura y conocimiento. ¡°No ver¨¦ c¨®mo funcionan las ciudades del Golfo o c¨®mo se reciclan las chinas, pero sospecho que no mejorar¨¢n la ciudad antigua¡±, opina.
Se muestra cr¨ªtico con, por ejemplo, el Shard, el rascacielos de Renzo Piano en Londres: ¡°Piano tiene una carga de trabajo tan importante que debe ayudarse y al final su nuevo pin¨¢culo conecta otra vez con ese destino de la arquitectura inglesa de no poder abandonar el g¨®tico¡±.
Habla de la carga de trabajo de otros como si ¨¦l mismo no la hubiera sufrido (o disfrutado). Con 30 empleados, asegura haber trabajado personalmente en todos sus proyectos. ¡°Y eso es una limitaci¨®n¡±. Siente que hubiera sido otro ¡°si no hubiera distra¨ªdo tanto el tiempo con otras ocupaciones¡± ¡ªescritura, reflexi¨®n, ense?anza¡ª y cita el caso de ?lvaro Siza, ¡°que tiene m¨¢s volumen de trabajo que yo, liberado de la ense?anza o la escritura¡±. Con Siza, a quien considera ¡°el arquitecto vivo de m¨¢s talento¡±, se muestra muy exigente. Y de Koolhaas opina que ¡°sus textos se escriben mucho m¨¢s intermitentemente que los m¨ªos¡±.
Moneo, en 10 obras
1976. Ampliaci¨®n de la sede de Bankinter en Madrid (con Ram¨®n Besc¨®s).
1985. Museo de Arte Romano de M¨¦rida.
1988. Ampliaci¨®n de la estaci¨®n de Atocha, en Madrid.
1998. Moderna Museet de Estocolmo.
1998. Ayuntamiento de Murcia.
1999. Kursaal de San Sebasti¨¢n.
2002. Catedral de Los ?ngeles.
2007. Ampliaci¨®n del Museo del Prado. Madrid.
2010. Centro Comercial Beirut Souks. Beirut.
2012. Iglesia de Iesu. San Sebasti¨¢n.
El comisario de la muestra, el profesor de la Architectural Association de Londres Francisco Gonz¨¢lez de Canales, ha seleccionado dibujos clave para definir el pensamiento, no la mano de Moneo. ¡°Dejan ver hasta qu¨¦ punto nuestro ejercicio profesional ya no coincide con otras pr¨¢cticas. Para Piano el dibujo significa menos¡±, insiste Moneo. Sin embargo, recuerda que ¡°el constructor g¨®tico trabajaba sin planos. El dibujo que sirve para pensar llega con el Renacimiento y dura hasta el siglo XX, cuando el ordenador lo transforma en otra cosa¡±.
A la pregunta de cu¨¢ntos de los dibujos expuestos son suyos responde que los supervis¨® todos y que de su mano ha salido la mitad. Cuenta que todav¨ªa dibuja. Es m¨¢s, en su despacho de Madrid, se levanta y regresa con varios cuadernos: ¡°Dibujo casi todos los d¨ªas¡±.
La retrospectiva se inicia con uno de esos dibujos, el de la plaza del Obradoiro, con el que Moneo gan¨® la beca de Roma en 1962. Esa ciudad ha sido clave en su trabajo. ?Qu¨¦ quiere decir eso en un arquitecto del siglo XXI? ¡°Roma est¨¢ en el origen de la cultura occidental. Y en el de una cultura global¡±, se?ala. Explica que sus compa?eros ampliaban estudios en Am¨¦rica ¡°y regresaban convertidos en urbanistas¡±, pero su matrimonio con Bel¨¦n Feduchi, hija y hermana de arquitectos, le empuj¨® hacia Roma. ¡°La carrera de un profesional con ambiciones inclu¨ªa ese paso¡±. ¡°De viaje de novios fuimos a Ibiza, a Palma, a Sicilia y finalmente llegamos a Roma¡±.
A pesar de su rigor al juzgar la arquitectura, Moneo no tiene nada contra las modas. ¡°Cuentan lo que est¨¢ sucediendo en cada momento. El mundo evoluciona con su ayuda: desde el traje hasta las costumbres¡±. Y piensa que mirando sus dibujos iniciales ¡°puede verse abiertamente c¨®mo al principio admiraba a Frank Lloyd Wright¡±.
Que a Moneo le cueste delegar explica que esta retrospectiva le llegue tan tarde. ¡°Si en 1990 hubiera montado un cat¨¢logo as¨ª, a lo mejor hubiera podido tener una gran oficina. Igual, si me hubiera quedado en Am¨¦rica [fue dean en Harvard en los a?os ochenta] hubiera podido estar en el grupo de los arquitectos que se reparten los encargos del planeta¡±, comenta.
Se dir¨ªa que tiene la sensaci¨®n de no estar en ese grupo, pero no queda claro si lo vive como un sacrificio o como una conquista. ¡°Ni una cosa ni la otra. Seguramente mi modo de ser establece una manera de trabajar. He podido leer m¨¢s, ir a m¨¢s conciertos¡±.
Sobre la disparidad en su propia obra, explica que ¡°a?adir es m¨¢s dif¨ªcil que quitar¡±. Y es cierto que entre sus trabajos hay sumas, como la posmoderna Previsi¨®n en Sevilla (1987), y restas, como el austero y contundente Ayuntamiento de Logro?o (1981). ¡°El Ayuntamiento no entiende Logro?o con potencia para te?ir mi arquitectura. En cambio, en Sevilla me siento tan obligado con la ciudad que incluyo el dominio de la escala peque?a que veo all¨ª¡±.
?La exigencia que tiene en el juicio con otros arquitectos la tiene tambi¨¦n con su propia obra? ¡°Me gustar¨ªa. Soy menos radical que Siza y lo digo envidiando su radicalidad¡±, contesta Moneo. Tambi¨¦n asegura que no le ha hecho sufrir no ser un arquitecto ¡°de marca¡± como Frank Gehry, o el propio ?lvaro Siza. ¡°Creo haber cumplido con la arquitectura, siempre acompa?ada de sus amplias obligaciones¡±.
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