Triunfo del artista de la paradoja
Joan Fontcuberta recibe el premio Hasselblad en Suecia e inaugura una muestra que recoge toda su obra
Ba?o de masas por Joan Fontcuberta en Gotemburgo (Suecia), donde inaugur¨® la exposici¨®n La fotograf¨ªa de la naturaleza / La naturaleza de la fotograf¨ªa, que la Fundaci¨®n Hasselblad le dedica como 33? ganador del premio hom¨®nimo, m¨¢ximo reconocimiento en la fotograf¨ªa, otorgado a todos los grandes desde Cartier-Bresson, Klein y Avedon, hasta Friedlander, Goldin y Graham. Por ser su primera monogr¨¢fica en los pa¨ªses n¨®rdicos, Fontcuberta ha decidido ofrecer una panor¨¢mica de su obra, incidiendo en las series vinculadas con las ciencias naturales.
De ah¨ª que, junto con las comisarias Dragana Vujanovic y Louise Wolthers, eligiera como imagen de la muestra los retratos del desaparecido cosmonauta ruso Ivan Istochnikov y su perrita Kloka, protagonistas de uno de los proyectos de ciencia- ficci¨®n m¨¢s sonados de un artista, que se dio a conocer por dar vuelta al paradigma de la fotograf¨ªa como reproductora de realidad, demostrando que la verdad es tan solo una construcci¨®n social. ¡°Desde siempre tuve claro que la fotograf¨ªa no es indisolublemente vinculada a la realidad, sino que tambi¨¦n puede ilustrar lo inexistente¡±, asegur¨® Fontcuberta (Barcelona, 1955), recordando que en su primera individual en 1973 despleg¨® un conjunto de fotomontajes ¡°muy toscos y rudimentarios¡±, que sin embargo establecieron las bases para el desarrollo de su corpus art¨ªstico. Lo demuestra Herbarium, de 1984, el proyecto m¨¢s antiguo de los que se exhiben en Suecia, una serie de fotos de espec¨ªmenes raros, resultado de la mezcla de elementos org¨¢nicos y residuos de la sociedad industrial. ¡°Es un homenaje a Karl Blossfeldt, que en 1928 estableci¨® los par¨¢metros de la fotograf¨ªa documental en un libro que se convirti¨® en una biblia de la vanguardia. A¨²n no exist¨ªa Photoshop, y se manipulaban los objetos y no las im¨¢genes¡±.
El galard¨®n est¨¢ considerado como el Nobel de la fotograf¨ªa
De esta forma de trabajar surge Fauna, una colaboraci¨®n con Pere Formiguera, prematuramente fallecido hace unos meses, a quien est¨¢ dedicada la muestra. ¡°Al principio nos miraban con recelo, pero despu¨¦s eran los propios veterinarios del zoo quienes nos avisaban de los decesos m¨¢s interesantes¡±, relata el artista, que cre¨® 35 animales fant¨¢sticos para relatar la historia de un oscuro naturalista neodarwinista, que se dedica a buscar excepciones a la teor¨ªa de la evoluci¨®n. Fotos, textos, apuntes de campo y animales embalsamados conforman un conjunto de materiales hist¨®ricos ficticios que enga?aron a muchos.
La gente quiere y necesita creer, y Fontcuberta pone a prueba su fe, a la vez que le enfrenta a sus paradojas, tejiendo una ficci¨®n fascinante con elementos ver¨ªdicos y falsos, exigi¨¦ndole poner en discusi¨®n cualquier verdad proclamada. Su forma de hacerlo es ir¨®nica y sutil, como cuando en la cartela de la imagen de dos aerofantes (elefantes voladores) de Kenia a?ade dos palabras ¡°autenticidad dudosa¡±. Su mensaje es claro: mirad la realidad con ojos m¨¢s cr¨ªticos, poned freno a la fe en las instituciones y en el poder constituido.
La historia de la fotograf¨ªa est¨¢ llena de falsificaciones y mistificaciones, pero Fontcuberta les a?ade una nueva conciencia ¨¦tica y pol¨ªtica junto con grandes dosis de humor y la capacidad de ver el lado l¨²dico de la vida, como demostr¨® durante la conferencia cosechando ovaciones dignas de una estrella de rock.
Como indic¨® Bo Myhrman, presidente del premio creado en memoria de Victor Hasselblad, inventor de las c¨¢maras hom¨®nimas, en 40 a?os de trayectoria Fontcuberta ha tocado todas las teclas: desde la aproximaci¨®n naturalista del siglo XIX a la gran fotograf¨ªa del cosmos, del fotorreportaje en territorio talib¨¢n al fraude por Internet (donde convierte al desconocido estafador en el estafado), ¡°Me gusta crear una situaci¨®n de confusi¨®n entre la fachada y lo que hay detr¨¢s. No existe la verdad absoluta, solo versiones¡±.
Me gusta crear una confusi¨®n entre la fachada y lo que hay detr¨¢s¡±
Como lo hizo Barcel¨®, tambi¨¦n Fontcuberta ha decidido trabajar con animales vivos, aunque mientras las termitas del primero ten¨ªan una vertiente casi ¨¦pica, las caracolas photofagus (comedoras de fotograf¨ªas) del segundo inciden en los aspectos parad¨®jicos y l¨²dicos. ?ngels, su galer¨ªa de Barcelona, presentar¨¢ el proyecto en la feria Par¨ªs Photo, un aperitivo de la retrospectiva que la capital francesa le dedicar¨¢ en enero en la Maison Europ¨¦enne de la Photographie. Mientras tanto ni los 110.000 euros del Premio Hasselblad ni el ¨¦xito alejan a Fontcuberta un ¨¢pice de su sano escepticismo y su actitud sutilmente ir¨®nica y profundamente emp¨¢tica. Como afirma Jorge Wagensberg en el libro que acompa?a la muestra, ¡°solo puedes tener fe en la duda¡±.
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