Arcade Fire, ¡®Reflektor¡¯

Americanas chillonas, pantalones horteras, enormes gafas de sol, cabezudos, gente disfrazada de conejo, botas, sombra de ojos. Aqu¨ª y all¨¢. Una banda seria que, de golpe, empieza a tomarse muy en serio esto de divertirse, donde hab¨ªa una c pone una k y donde hab¨ªa una iglesia convocan un carnaval. Achtung baby. De golpe, una banda contenida, poco dispuesta a m¨¢s aspavientos que los justos, se transforma en una m¨¢quina exagerada y enloquecida a la que esta ¨¦poca se le queda peque?a y esa ¨¦pica de sus primeros discos le suena pobre hoy. No caben ni siquiera en sus propias canciones. En vez de adaptarse a lo que son optan por adaptar lo que es a lo que ellos quieren que sea. Y justamente en esto se encuentra la grandeza de Reflektor. Y tambi¨¦n su miseria.

Es un disco largo que tal vez no se har¨ªa largo si tuviera m¨¢s canciones y estas fueran m¨¢s cortas, porque el problema no es el minutaje final, sino la duraci¨®n de algunas piezas, absolutamente hinchadas en pos de una grandeza que, cuando no se consigue por el genio, se trata de lograr a trav¨¦s del peso. As¨ª, hay veces en que parece que este es un disco de LCD Soundsystem (produce James Murphy) al que le falta un hervor; y otras que esa obra maestra inapelable confeccionada por una banda destinada a marcar una ¨¦poca. Esta, o la que sea. La que ellos quieran.

El primer volumen arranca con Reflektor, un tema que es un poco como LCD Soundsystem tomando el Psycho killer de Talking Heads durante unas vacaciones en el Caribe. Eso, la tan celebrada influencia haitiana, pa¨ªs donde crecieron los padres de R¨¦gien Chassagne y durante cuya visita los miembros de la banda sufrieron una de esas experiencias que te cambian la vida y que durante varios pasajes del disco intentan introducir con dispares resultados. As¨ª, tras Flashbulb eyes, un tema al que no se puede acusar de ser excesivamente largo, pero s¨ª de, simplemente, ser, llega Here comes the night time. Funciona porque tiene una buena melod¨ªa, tal vez excesivamente familiar, pero sin duda efectiva. Hacia el final del tema, llega el desparrame ¨¦tnico. Cinco a?os despu¨¦s de la moda y haci¨¦ndose un buen l¨ªo entre lo africano y lo caribe?o, entre Vampire Weekend y Diplo, entre el reguet¨®n y Graceland. No tiene m¨¢s sentido que el que ellos logran darle. Y es mucho. Lo mismo podr¨ªa aplicarse a Joan of arc, que es post punk de manual (casi parecen Romeo Void) y que vuelve a salvarse una vez m¨¢s porque es una muy buena canci¨®n. En medio, You already know, un desastre que suena a cruce entre Crazy Little thing called love de Queen y Maneater de Hall & Oates. Y es que uno de los problemas de este primer disco es que recuerda a Mira qui¨¦n baila!: Murphy es el profesor experto y Arcade Fire, a veces, parecen Bel¨¦n Esteban.

Por eso tal vez la cosa remonta en el segundo disco, cuando se ralentiza un poco el tempo, aparece una joya como Awful sound, que junto a We exist encuentra el anclaje perfecto entre lo que fueron Arcade Fire y lo que quieren ser. Tambi¨¦n funciona It¡¯s never over, lo m¨¢s David Bowie del disco, y Afterlife, otra prueba de que, a veces, es mejor no asesinar anda si no est¨¢s seguro de que alguien vendr¨¢ a limpiar la sangre luego. Teor¨ªa que, sin duda, no se aplica a Supersymmetry, canci¨®n que cierra el disco con el sonido de una cinta de cassette rebobin¨¢ndose durante m¨¢s de siete minutos, una broma que dej¨® de hacer gracia en 1981.

Reflektor, pues, no es la obra maestra que cree que es, no es la pieza definitiva de nada, ni el principio de algo, ni quiera el final de lo que sea. Es un gran disco de 2007, por sonido y por vocaci¨®n, que a pesar de ser muy 2007 no resulta para nada molesto. Es un buen disco que podr¨ªa haber sido mejor. Pero cu¨¢l no. No es el ¨¢lbum m¨¢s flojo de Arcade Fire, pero s¨ª es el peor disco de LCD Soundsystem.

Valoraci¨®n: 0 ABERRANTE, el mundo ser¨ªa mejor sin ¨¦l; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordar¨¢ de ¨¦l; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un ¨¦xito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un mill¨®n.