La traici¨®n a Calder
Los herederos del escultor demandan a su hist¨®rico galerista por fraude
Al hablar de la creaci¨®n del arte Alexander Calder (Pennsylvania 1898-Nueva York, 1976) contrapon¨ªa las extracciones a sus adoradas abstracciones ¨C¡°son como ninguna otra cosa en la vida excepto en la manera que tienen de reaccionar¡±¨C, pero es precisamente la extracci¨®n ilegal, el hurto, lo que ha llevado a sus herederos a interponer una millonaria y controvertida demanda contra el marchante y confidente del artista, su buen amigo Klaus G. Perls.
As¨ª que en v¨ªsperas de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n Calder Shadows [Las sombras de Calder], en la galer¨ªa Venus over Manhattan, el lado m¨¢s oscuro del legado de este artista ha saltado a los titulares.
Cuentas ilegales en Suiza, falsificaciones y ventas ilegales forman parte de la abigarrada trama. Lo cierto es que la galer¨ªa de Klaus G. Perls cerr¨® en 1997 y ¨¦l falleci¨® en 2008, as¨ª que las partes enfrentadas en la Corte Criminal de Manhattan son los herederos de los inseparables amigos, Alexander y Klaus, cuya relaci¨®n comercial arranc¨® en 1954. Los presuntos delitos no son nada abstractos y se traducen en millones de d¨®lares. El caso arranc¨® hace tres a?os y se espera una sentencia en poco tiempo.
En el principio de esta historia judicial hay una constelaci¨®n, la pieza Standing Constelation, en madera y metal que una galer¨ªa canadiense adquiri¨® de Perls en 2010. Seg¨²n ha declarado Alexander S. C. Rowler, ¨Cnieto del escultor, pintor y dise?ador, y director de la fundaci¨®n de su legado¨C qued¨® estupefacto cuando los compradores le contactaron, puesto que esta bella escultura de 1943 no figuraba en el inventario que el viejo marchante dio a la familia tras la muerte del artista en 1976. Tampoco hab¨ªan recibido un c¨¦ntimo de la transacci¨®n. Una misteriosa ¡°Madame Andre¡± parec¨ªa estar en el centro de esta y otras operaciones que fueron destapando. Tras investigar el asunto, la dama resulto ser el cari?oso apelativo con el que la familia Perls se refer¨ªa a una cuenta en Suiza.
El patriarca Klaus fundador de prestigiosa asociaci¨®n Art Dealers Association of America y cuyas donaciones de arte africano y contempor¨¢neo al Museo Metropolitan ascendieron a m¨¢s de 60 millones de d¨®lares, ten¨ªa una cierta aversi¨®n al fisco. La galer¨ªa mantuvo durante d¨¦cadas una contabilidad paralela. Ante la demanda de un empleado que ped¨ªa 10 millones por su retiro, la hija de Perls decidi¨® pagarle para evitar que todo esto saliera a la luz en 2005. La familia del galerista se acogi¨® a una amnist¨ªa fiscal en 2009. Seg¨²n se desprende de los papeles judiciales, tambi¨¦n ha declarado que el propio artista ten¨ªa una cuenta en Suiza, ¨Calgo que su familia niega¨C y que la escultura que desat¨® el enfrentamiento era un regalo de Calder a su madre, esposa de Klaus, Amelia.
Lo que parece seguir sin contestaci¨®n alguna son las cerca de tres decenas de piezas falsamente atribuidas a Calder que la galer¨ªa presuntamente vendi¨® en los a?os ochenta. Rowlers afirma que Perls estuvo envuelto en compra-ventas de m¨¢s de 60 piezas falsas.
Las que se mostrar¨¢n a partir del 4 de noviembre y hasta el 21 de diciembre en Calder Shadows, cuentan con el visto bueno de la Fundaci¨®n Calder. Se trata de doce obras m¨®viles e ¡°inm¨®viles¡± (los llamados stabiles), as¨ª como de varias maquetas que ser¨¢n expuestas en una sala oscura con luces dirigidas s¨®lo a las piezas para subrayar las sombras y el movimiento luminoso en las paredes, suelo y techo. A¨²n habr¨¢ que esperar un poco m¨¢s para que la corte ilumine la parte m¨¢s oscura del genial Calder, hijo y nieto de artistas, que puso las esculturas a bailar como nadie hasta entonces.
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