La mirada de la violencia
Tras 'Drive', Nicolas Winding Refn ha escogido la senda m¨¢s complicada para seguir su estudio de la violencia
Quiz¨¢ en la encrucijada tras el merecido ¨¦xito de la sensacional Drive, Nicolas Winding Refn ha escogido la senda m¨¢s complicada para seguir su camino por el estudio de la violencia en el cine, por su concepci¨®n y su representaci¨®n, por su (sin)sentido y su (in)evitabilidad. Solo Dios perdona es una tesis doctoral sobre la visualizaci¨®n del dolor, sobre la imagen como s¨ªntesis y como cat¨¢logo. Lejos de la burla de Tarantino, y cerca del cine como pura abstracci¨®n, el director dan¨¦s ha compuesto una pel¨ªcula de tem¨¢tica y desarrollo minimalistas, no apta para todas las sensibilidades (de hecho, es posible que para muy pocas), pero que alcanza cotas de verdadero virtuosismo sensorial en la mayor¨ªa de sus escenas.
SOLO DIOS PERDONA
Direcci¨®n: Nicolas Winding Refn.
Int¨¦rpretes: Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm, Gordon Brown, Tom Burke.
G¨¦nero: drama. Tailandia, 2013.
Duraci¨®n: 90 minutos.
En Solo Dios perdona se reinventan los mitos del samur¨¢i silencioso y de la abeja reina, en este caso madre y mantis religiosa al mismo tiempo, conformando una hipn¨®tica obra visual y sonora anclada en m¨²ltiples ejes. Primero, la fotograf¨ªa del brit¨¢nico Larry Smith y un dise?o de decorados cuidado hasta el ¨²ltimo detalle, desde las flores en los jarrones hasta la r¨¦plica del David, de Miguel ?ngel. Segundo, una partitura de Cliff Mart¨ªnez que funciona m¨¢s como dise?o sonoro que como m¨²sica en s¨ª, acompa?ada adem¨¢s de espor¨¢dicas canciones tailandesas, cantadas en modo karaoke,que acaban articulando algunos de los momentos m¨¢s enso?adores y alucinantes de la pel¨ªcula. Tercero, un tratamiento maestro de las elipsis. Y cuarto, una puesta en escena donde las simetr¨ªas de Peter Greenaway adquieren una nueva dimensi¨®n. A Refn, tan brutal como poeta en su visualizaci¨®n, solo se le va la mano en una secuencia, la de la tortura (y sobre todo, en el primer plano navajero a lo torture-porn), ¨²nico resbal¨®n en una obra en la que priman el fuera de campo y la poes¨ªa audiovisual a c¨¢mara lenta. Un trabajo solemne (?y qu¨¦!), may¨²sculo, m¨¢s cercano a sus primeras obras (Pusher y Bronson) que a Drive. Un estudio que reposa en la mirada que fija su mirada en la violencia: nuestra mirada, reflejada en la mirada de un par de cr¨ªos que, ellos s¨ª, ven lo (ir)representable.
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