Inh¨®spito y emocionante
'T¨¦cnicas de iluminaci¨®n' de Eloy Tiz¨®n oxigena con humor las situaciones m¨¢s trascendentes
No me extra?a que los primeros atisbos de vocaci¨®n art¨ªstica del autor fueran los de pintor y poeta, siempre interesado ¡ªadem¨¢s¡ª por la m¨²sica, pues estas artes desempe?an un papel destacado en sus narraciones. Tampoco deber¨ªa sorprendernos que un corredor de fondo como es Tiz¨®n haya necesitado siete a?os para darnos un nuevo libro, si finalmente posee la calidad de este. Por no hablar de la satisfacci¨®n que produce volver a constatar que no todos nuestros escritores son velocistas de medio pelo.
Me parece que la mejor manera de entender su narrativa es vincul¨¢ndola a la tradici¨®n de la prosa con ribetes vanguardistas, experimentales, entre nosotros minoritaria, sin que por ello falten cultivadores notables. Los ¨²ltimos quiz¨¢ sean Carlos Edmundo de Ory, Antonio F. Molina, Javier Tomeo, Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald o Hip¨®lito G. Navarro. Aunque de quien m¨¢s cerca deba sentirse en la actualidad sea de ?ngel Zapata, autor de ese gran libro que es La vida ausente. No se trata, pues, de un vanguardismo de estricta observancia, aun cuando podr¨ªa afirmarse que el autor de Velocidad de los jardines ha asimilado en su obra algunos de los procedimientos estructurales y ling¨¹¨ªsticos de la prosa de las vanguardias, tales como la ruptura con la concepci¨®n lineal de la historia y la relaci¨®n causa-efecto; la utilizaci¨®n de un espacio a menudo ¡°inh¨®spito y crucial, emocionante¡± (p¨¢gina 58); o bien el uso de im¨¢genes, met¨¢foras, sinestesias, asociaciones y comparaciones ins¨®litas o sorprendentes. Sin embargo, sospecho que el reto principal ha debido de consistir en armonizar la electricidad verbal con la precisa narratividad.
El reto principal ha debido de consistir en armonizar la electricidad verbal con la precisa narratividad
En un libro de semejante estirpe no pod¨ªa faltar el componente autorreflexivo que encontramos diluido en relatos como ¡®El cielo en casa¡¯ y ¡®Los horarios cambiados¡¯, en esencia una po¨¦tica que se ocupa de la vida de un matrimonio, de sus vacaciones. El volumen empieza con el cuento titulado ¡®Fotos¨ªntesis¡¯, a la manera de un autorretrato ficcionalizado y declaraci¨®n de principios sui generis. Se trata de una especie de balance existencial cuando se ha alcanzado la mitad del camino. En cambio, ¡®Merecer¨ªa ser domingo¡¯ se centra en tres momentos significativos de una vida: la juventud presidida por la timidez y la soledad; los primeros amores, con ¡°la felicidad de ser dos¡± y el deseo de salirse del mundo; y, por ¨²ltimo, el del hombre casado y con hijos.
En ¡®Ciudad dormitorio¡¯ una mujer recuerda un episodio de su juventud, cuando ten¨ªa que viajar desde m¨¢s all¨¢ del extrarradio al centro comercial en que trabajaba mientras intentaba averiguar qu¨¦ hacer con su vida, que le resulta ajena, mera ¡°publicidad enga?osa¡± (p¨¢gina 51), c¨®mo sobrevivir en un mundo extra?o y degradado. ¡®La calidad del aire¡¯, cuento que se apoya en las elisiones y sobreentendidos, es la historia de un hombre que tras ser expulsado de una fiesta desea transformarse en busca de una nueva vida, romper ¡°la carcoma de la costumbre¡±. Y en ¡®El cielo en casa¡¯, la desdichada pintora llamada Elisenda, desde el hospital en que se halla internada, narra su kafkiana relaci¨®n con Usted, una rica galerista que primero le hace de mecenas, luego la convierte en su amante y, por ¨²ltimo, la educa y transforma a su gusto, hasta vampirizarla por completo. Para ello, la humilla convirti¨¦ndola primero en su secretaria y despu¨¦s en su criada, hasta que decide abandonarla. El libro se cierra con ¡®Nautilus¡¯, donde se nos muestra una vida que transcurre igual a s¨ª misma, cuando de pronto un d¨ªa le comunican al protagonista la muerte de su hijo.
En esta ocasi¨®n, el t¨ªtulo del libro no coincide con el de ninguna de las narraciones que lo componen. Alude a la luz f¨ªsica, si bien anuncia que el autor va a centrar su foco de atenci¨®n sobre algunos momentos significativos de la vida de sus personajes, quienes suelen vagar de ac¨¢ para all¨¢, inquietos e inc¨®modos, mientras se adentran en el abismo, para que sepamos qui¨¦nes y c¨®mo son y cu¨¢l es su capacidad de reacci¨®n frente a una serie de situaciones comprometidas. Por ello, m¨¢s que lo que se cuenta, importan las inquietudes del narrador, su exaltaci¨®n o desaz¨®n, la soledad que padece, las peculiares relaciones que mantiene con el mundo, am¨¦n de las constantes digresiones del discurso de tintes po¨¦ticos.
En este libro de cuentos, en absoluto se trata de una mera acumulaci¨®n de textos, se apuesta por la unidad y la variedad, aunque las piezas individuales compartan un fraseo semejante y aliento parecido, donde lo trascendente a menudo aparece oxigenado por lo humor¨ªstico. Dentro de tan exigente conjunto no resulta f¨¢cil decantarse solo por algunas piezas, pero quiz¨¢ prefiera ¡®Fotos¨ªntesis¡¯, ¡®Ciudad dormitorio¡¯, ¡®La calidad del aire¡¯ (a pesar de forzar incluso la l¨®gica del absurdo con la despampanante se?ora del huevo) y ¡®Alrededor de la boda¡¯, hermoso cuento en torno a la exaltaci¨®n de aquellos momentos que, al ponernos en vilo, anhelamos prolongar.
T¨¦cnicas de iluminaci¨®n. Eloy Tiz¨®n. P¨¢ginas de Espuma. Madrid, 2013. 163 p¨¢ginas. 16 euros.
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