Elvis y el fot¨®grafo invisible
Alfred Wertheimer hizo 2.500 retratos de Presley en 1956. Esa visi¨®n cercana del futuro ¨ªdolo de masas ahora puede verse en una galer¨ªa madrile?a
¡°Todo. Lo recuerdo todo¡±, afirma con firmeza Alfred Wertheimer desde su casa en Nueva York. Envidiable seguridad teniendo en cuenta que ha cumplido 83 a?os y habla de las semanas que pas¨® retratando a Elvis Presley entre marzo y julio de 1956. ¡°Yo fui solo un nombre en una lista de fot¨®grafos. El freelance que contest¨® al tel¨¦fono cuando llamaron de RCA. El que estaba disponible el 17 de marzo. Y al final se ha convertido en el encargo m¨¢s largo de mi vida. Dura ya 57 a?os¡±.
Son tantos los detalles que atesora ¡ªdesde la marca de la maquinilla de afeitar de Elvis al repertorio de los conciertos¡ª que o su memoria es colosal o ha repasado muchas veces las 2.500 instant¨¢neas que tir¨®. ¡°La primera vez que le vi estaba en una habitaci¨®n, antes de actuar en televisi¨®n. Se miraba con atenci¨®n la mano izquierda. Le dije: ¡®Elvis, vengo a hacerte fotos, si no te parece mal¡¯, pero me ignor¨®. Sigui¨® fij¨¢ndose en sus dedos. Entonces vi que llevaba un anillo con una cabeza de caballo de oro rodeada de diamantes. Lo hab¨ªa encargado y estaba decidiendo si se lo quedaba. Se concentraba mucho en cada cosa que hac¨ªa. Daba igual que estuviera pein¨¢ndose, ligando o cantando. No le importaba lo que pasaba a su alrededor y eso le hac¨ªa perfecto para mi forma de entender la fotograf¨ªa. Me gusta volverme invisible. Lleg¨® un momento en el que pod¨ªa estar a 90 cent¨ªmetros de ¨¦l, y ni siquiera me saludaba¡±.
Pens¨¦: ¡®Este hombre es especial, es ¨²nico. P¨¦gate a ¨¦l¡¯. Ten¨ªa cualidades que nunca hab¨ªa visto en nadie".
Wertheimer ten¨ªa 26 a?os cuando le reclamaron para fotografiar al futuro Rey del rock, que con 21 visitaba Nueva York para hacer su debut en la televisi¨®n nacional. Todav¨ªa era solo un cantante de moderado ¨¦xito. Un paleto del sur, mal visto en la gran ciudad. ¡°?Elvis qui¨¦n?¡¯, pregunt¨¦ cuando me dijeron su nombre. Jam¨¢s hab¨ªa o¨ªdo hablar de ¨¦l¡±.
Algunas de esas instant¨¢neas, convertidas en documento hist¨®rico, se exponen en Mondo Galer¨ªa, en Madrid. Est¨¢n a la venta y su precio va de los 1.700 a los 4.000 euros.
Pero tan precisas son sus memorias como escasos sus juicios de valor. Apenas habla del Elvis persona. ?l era su objetivo. Solo eso. ¡°No soy un cr¨ªtico musical ni un psic¨®logo, soy un testigo. Lo que intento hacer es desaparecer para que el fotografiado aparezca. Para m¨ª ten¨ªa dos grandes virtudes. Permit¨ªa que me acercase y hac¨ªa a las chicas llorar. Ten¨ªa poder, era incre¨ªble. Yo hab¨ªa fotografiado a Sinatra o a Paul Anka, pero esto era distinto. Pens¨¦: ¡®Este hombre es especial, es ¨²nico. P¨¦gate a ¨¦l¡¯. Ten¨ªa cualidades que nunca hab¨ªa visto en nadie. Por eso aquella tarde decid¨ª viajar con Elvis si consegu¨ªa permiso¡±.
Lo consigui¨® y paso varias semanas a su lado. Haciendo fotograf¨ªas en cualquier momento. Elvis en el ba?o y en el escenario. En trenes, hoteles o en la tele. Meses despu¨¦s, su fama le aislar¨ªa del mundo, pero entonces viajaba casi solo, con su primo Junior como consejero y con su manager, el siniestro Coronel Parker.
De la hora de charla con el fot¨®grafo se deduce que el Elvis que conoci¨® es el que aparece en las fotos: un mocet¨®n apuesto, callado y carism¨¢tico. Un carisma que empleaba para la seducci¨®n, ya fuera en masa en sus apariciones p¨²blicas, o en privado, en la constante caza de presas, de las que, al parecer ten¨ªa un apetito voraz. ¡°Una de mis fotos favoritas es la de Elvis con su primo en un restaurante. Una camarera les pregunta que van a pedir. Junior est¨¢ pensando en el men¨². Elvis est¨¢ fij¨¢ndose en ella. Quince minutos despu¨¦s de la imagen estaba abraz¨¢ndola¡±.
O su m¨¢s famosa foto, en la que el cantante aparece besando a una fan. ¡°Ella era solo una chica en el backstage. En mi imaginaci¨®n era una femme fatale, y para Elvis solo era una peque?a conquista en el tiempo libre que ten¨ªa antes de salir al escenario. Lo dem¨¢s carec¨ªa de importancia para m¨ª. Soy una persona visual. Mi ¨²nica preocupaci¨®n es conseguir la imagen¡±.
Y un carisma que otros sab¨ªan aprovechar. El Elvis de los retratos parece saber que lo tiene todo para conseguir el ¨¦xito, pero el c¨®mo conseguirlo se lo dejaba a otros. ¡°En aquel momento todo el mundo le dec¨ªa lo que ten¨ªa que hacer. Yo era el ¨²nico que le dejaba ser ¨¦l. Era mi primer a?o como profesional y no me atrev¨ªa a dirigirle. Si me hubiera pillado dos m¨¢s tarde lo hubiera hecho. Pero por eso las fotografias han envejecido tan bien¡±.
Incluso el ej¨¦rcito se aprovech¨®. La ¨²ltima vez que se vieron fue en el puerto de Brooklyn, en 1958, cuando part¨ªa al servicio militar. ¡°Lo negaban, pero le usaron como un im¨¢n para conseguir reclutas. Por eso iba con uniforme de gala y no con el mono verde que vest¨ªan los 6.000 que embarcaron con ¨¦l. Segu¨ªa pareciendo una estrella. La ¨²nica diferencia era que se hab¨ªa cortado el tup¨¦¡±.
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