El tormento del genio
En su compleja estrategia dramat¨²rgica, la pel¨ªcula rodea a Juliette Binoche de aut¨¦nticos enfermos psiqui¨¢tricos
Cuando el no profesional Emmanuel Schott¨¦ recibi¨® el premio al mejor actor por su papel en L¡¯humanit¨¦ (1999), segundo largo de Bruno Dumont, en el festival de Cannes, la decisi¨®n fue bastante discutida por buena parte de la prensa especializada. No obstante, el gesto impenetrable del actor proporcionaba una ambig¨¹edad al plano final de la pel¨ªcula que elevaba el conjunto y acreditaba a Dumont como uno de los nuevos cineastas europeos a seguir con atenci¨®n. Con la elecci¨®n de Schott¨¦, Dumont recog¨ªa cierta herencia bressoniana ¡ªla po¨¦tica del modelo frente al actor¡ª, que, ahora, la elecci¨®n de una estrella superdotada como Juliette Binoche como protagonista de su ¨²ltimo trabajo, Camille Claudel 1915, parece negar. Sin duda, no se puede explicar a Dumont como mero heredero de Bresson, sino como algo m¨¢s complicado y, sin duda, estimulante.
CAMILLE CLAUDEL 1915
Direcci¨®n: Bruno Dumont.
Int¨¦rpretes: Juliette Binoche, Jean-Luc Vincent, Emmanuel Kauffman, Marion Keller.
G¨¦nero: drama. Francia, 2013.
Duraci¨®n: 95 minutos.
En Camille Claudel 1915, Dumont tiene otro gesto bressoniano no relacionado con la direcci¨®n de actores: articular su relato partiendo de un material objetivo, las palabras recogidas en cartas e informes m¨¦dicos correspondientes a los primeros tiempos del largo periodo en que la escultora permaneci¨® recluida en el asilo de Montdevergues por decisi¨®n de su familia. En su compleja estrategia dramat¨²rgica, la pel¨ªcula toma tambi¨¦n una decisi¨®n que solo se puede sancionar como potencialmente morbosa antes de ver la pel¨ªcula: Binoche est¨¢ rodeada de enfermos psiqui¨¢tricos reales que interact¨²an con ella. El cuidado con que Dumont maneja esas interacciones despeja toda duda sobre la ¨¦tica de la operaci¨®n.
La pel¨ªcula se centra en tan solo unas pocas jornadas, con la anunciada visita del hermano de Camille, Paul Claudel, determinando la tensi¨®n narrativa que, por supuesto, alcanza su cl¨ªmax poderoso con el frustrante encuentro de los personajes, marcado por un doliente y conmovedor mon¨®logo de la actriz ¡ªcuyo rostro imanta la c¨¢mara¡ª y por la ret¨®rica creyente del escritor que el espectador no puede sino percibir como cargada de una brutal violencia y una abismal incapacidad para la empat¨ªa y las corrientes de afecto. Hay otro mon¨®logo espectacular en la pel¨ªcula ¡ªel de Camille frente al m¨¦dico¡ª, pero el rostro de Binoche no deja de transmitir y comunicar en cada segundo de esta pel¨ªcula severa y dur¨ªsima sobre el tormento del genio y el silencio de Dios.
Babelia
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