La transferencia del amor
Un hombre se lanza en busca del amante de su mujer, desaparecido en la guerra. As¨ª arranca la magistral primera novela del autor israel¨ª A. B. Yehoshua, publicada ahora en espa?ol
Publicada originariamente en 1977, El amante es la primera de las perspicaces e intrincadas novelas de Abraham B. Yehoshua (Jerusal¨¦n, 1936). El autor israel¨ª empieza a publicar, pues, en la madurez, una condici¨®n de la que deriva la reflexiva ambici¨®n de que hacen gala sus libros. La obstinaci¨®n en la estabilidad matrimonial, o bien la necesidad de conciliaci¨®n, es un asunto radial que en su prosa no cede a la teatralidad del drama dom¨¦stico. Empe?ado en el examen de relaciones desgastadas o in¨²tiles, descompone ese mundo cotidiano prolongado por un amor remoto, aunque persistente, en el que enreda a sus personajes y del que no pueden prescindir. En sus novelas todo es ambiguo, imprevisible, no disimulado, sin dejar de mostrarse, al mismo tiempo, con una claridad meridiana.
En El amante esta situaci¨®n restalla en la primera l¨ªnea: ¡°En la ¨²ltima guerra perdimos un amante¡±. El enunciado es sorprendente, pues el marido asume la responsabilidad de esa p¨¦rdida, e iniciar¨¢ su b¨²squeda con el fin de sostener su matrimonio. No obstante, no se trata aqu¨ª de una reparaci¨®n de orden moral, sino de la ¨²nica manera de dotar a una convivencia tristemente as¨¦ptica de un integrante que la revitalice.
En El amante la construcci¨®n es tan eficaz que se adivina la ingenier¨ªa de seis novelas
Con este ins¨®lito arranque, marcado por la ausencia de dramatismo, la novela pacientemente se va desarrollando con las distintas voces de los protagonistas, narraciones que se entrecruzan y nos permiten contrastar puntos de vista, el modo en que cada uno vive los momentos cruciales. El marido, Adam, pr¨®spero jud¨ªo, due?o de un taller de reparaci¨®n de coches, utilizar¨¢ a Na¨ªm, un chico ¨¢rabe del taller, para buscar el coche del amante con un servicio nocturno de gr¨²a. Na¨ªm conoce as¨ª a la hija, Dafi, y ambos se sienten atra¨ªdos. La madre, Asia, prematuramente anticuada, vive entregada a sus clases. Adam localiza a la abuela del amante, que se encuentra hospitalizada en estado catat¨®nico, y fue la causa de que su nieto volviera de Par¨ªs para hacerse cargo de la herencia, tras diez a?os fuera de Israel. La guerra de 1973, llamada de Yom Kipur, obliga al amante (Gabriel) a un confuso alistamiento en el que se pierden sus huellas.
En los dos primeros tercios de la novela, el amante es como una sombra, un hueco, una herida que hay que recobrar para conocer la exactitud del dolor. Hay algo moralmente nebuloso y, a la vez, obsesivo en esa imperiosa b¨²squeda que va trazando un mapa en el que el requisito de concordia se filtra en la narraci¨®n y en la psicolog¨ªa de los personajes. Inevitablemente, la peripecia de la familia es un trasunto de la situaci¨®n pol¨ªtica, todo ello sin el apoyo expl¨ªcito de referencias sociales, como si el infortunio ¨ªntimo bastara para expresar los equ¨ªvocos y la complejidad de un pa¨ªs cuya construcci¨®n requiere de una constante vigilancia. Pero adem¨¢s la novela nos lleva por el interior de estos personajes, dando cuenta de la cautela entre sus acciones y los sentimientos que los enajenan o perturban. En esta sucesi¨®n encadenada de voces, que en ocasiones realzan la distinta manera de sentir (los episodios del encantamiento entre los adolescentes Na¨ªm y Dafi, suscitado por la timidez y el deseo, son admirables), Yehoshua demuestra una soberbia maestr¨ªa en la expresi¨®n de las emociones m¨¢s rec¨®nditas.
Adam discierne sobre su mujer: ¡°Si todav¨ªa era posible amarla, alg¨²n extra?o que la viese tal como era con esos vestidos, con el traje gris de bordado descolorido, alguien que la amase tambi¨¦n para m¨ª¡±. Se podr¨ªa decir que el tema de esta novela, la transferencia del amor, es m¨¢s psicol¨®gico que pol¨ªtico, y sin duda el entramado se traba con esos hilos turbios. Pero en esa introspecci¨®n hay una impregnaci¨®n que constantemente remite a una comprensi¨®n que compete a la organizaci¨®n social, como si el deterioro del matrimonio implicara el quebranto del pa¨ªs, necesitado tanto de los jud¨ªos dispersos por Europa, representados por el amante desaparecido, como la ayuda de los ¨¢rabes simbolizados en la figura de Na¨ªm. La novela funciona as¨ª con una rara precisi¨®n, pese a que el hallazgo del amante, con la larga explicaci¨®n de su huida del ej¨¦rcito, resulta confusa en contraste con la sugestiva nitidez de la voz interior de los dem¨¢s personajes. Aun as¨ª, la inclusi¨®n de la voz del amante no desestabiliza la novela, sino que m¨¢s bien coloca el trasfondo en primer plano, revelando que la fortuna est¨¢ siempre amenazada.
En El amante, por lo dem¨¢s, la construcci¨®n es tan eficaz que se adivina gratamente la ingenier¨ªa de seis novelas (correspondiente a cada personaje), cada una con plena autonom¨ªa. Que todo ello se haya articulado en un conjunto que las absorbe para complicar sus l¨ªneas de fuga, sus discordancias y divergencias, indica sin duda la potencia narrativa ratificada en las novelas posteriores de Abraham B. Yehoshua.?
El amante. Abraham B. Yehoshua. Traducci¨®n de Teresa Mart¨ªnez Saiz. Duomo. Barcelona, 2013. 416 p¨¢ginas. 21,50 euros.
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