El c¨®mico fin del mundo
Dani Mateo muestra la cara divertida del apocalipsis con el mon¨®logo ¡®Que Dios nos pille confesados¡¯
El humor siempre se ha reivindicado como un bien necesario, como un beneficio especialmente en momentos duros. El c¨®mico y televisivo Dani Mateo se tom¨® en serio esta premisa y la ha convertido en Que Dios nos pille confesados. Este mon¨®logo, que se despide el 6 de diciembre del teatro Cofidis, afronta un eventual fin del mundo con sorna y perspectiva, en el que las religiones capitalizan las mofas.
El espect¨¢culo escrito, dirigido y presentado por el catal¨¢n es fruto de una catarsis personal de Mateo (Barcelona, 1979). Sus inquietudes por los males del planeta le consum¨ªan, seg¨²n ¨¦l. Pero verse as¨ª le divert¨ªa y decidi¨® transformar el agobio en humor. ¡°Estaba fatal y vi que si llegaba el fin del mundo me iba a pillar as¨ª. Esta es la trampa. El poder del miedo que paraliza hasta el punto de que echas a perder tu vida por temor¡±, argumenta mientras bebe un caf¨¦ italiano en el barrio madrile?o de Tribunal. Por eso, uno de los miembros del equipo de El intermedio receta en su funci¨®n carcajadas contra el p¨¢nico. ¡°No propongo olvidar lo que te hunde la vida y re¨ªrnos de otra cosa. No, no. Ri¨¢monos de eso. Ah¨ª es cuando los monstruos se hacen m¨¢s peque?os y al fantasma le ves las costuras. Eso es lo guay¡±.
El resultado es un show de 90 minutos que, a trav¨¦s de la perspectiva y la distancia, acerca los problemas sociales a posiciones extremas y surrealistas. Las collejas verbales se reparten por igual tanto para los alemanes, como el Partido Popular o el PSOE. El primer premio, sin embargo, recae esta vez sobre el budismo, el islam y el catolicismo. ¡°?Qui¨¦nes han sido desde siempre los grandes creadores y administradores del miedo a nivel mundial? Ahora son los gobiernos y los que est¨¢n en la sombra como el grupo Bildenberg. Pero eso es una mierda muy gorda comparado con los maestros absolutos de esto que son las religiones¡±, argumenta con una enorme sonrisa p¨ªcara.
La segunda temporada de Que Dios nos pille confesados se marcha con el at¨ªpico horario de once de la noche que Dani Mateo justifica como medida para evitar que el teatro se llene de indignados. A esta hora intempestiva le acompa?ar¨¢ la austera puesta en escena que se ci?e a focos, alguna canci¨®n como Highway to hell al inicio y las muecas y gesticulaci¨®n del catal¨¢n. ¡°Es por dar el protagonismo a la palabra. Los mon¨®logos son as¨ª, lo cual es muy bueno para la econom¨ªa del monologuista¡±, se pausa para re¨ªr. ¡°Gila solo ten¨ªa un tel¨¦fono. Todo lo que a?adas a un monologo est¨¢ de m¨¢s. Si necesitas un cuerpo de baile a lo mejor le tienes que dar una vuelta al chiste¡±.
En los ¨²ltimos a?os los mon¨®logos han crecido dando un salto desde los bares a la televisi¨®n y teatro. Pero el humor de programas como El club de la Comedia y Noche sin tregua ¨C presentado por Dani Mateo en Paramount comedy- difiere mucho del que se puede hacer sobre el escenario. ¡°Hay una serie de normas no escritas que tienes que respetar. Puede haber ni?os y el producto no es tuyo. A lo mejor ven El intermedio por Wyoming y no por m¨ª. Pero quien viene a verte te exige¡±. Pero entrar en el sensible mundo de las creencias le ha granjeado alguna que otra reclamaci¨®n. Su cr¨ªtica al ¡°hombre que se cree algo m¨¢s que un maldito mono vestido con traje y corbata¡± eclipsa su faceta de creyente en una inteligencia universal. ¡°Si tuviera miedo no lo har¨ªa pero me da un cierto morbo. Ellos me pisan a diario todos los callos y les da exactamente igual. Lo considero mi derecho a r¨¦plica¡±.
El inicio de la carrera de Dani Mateo en la radio, donde inclu¨ªa chistes en sus cr¨®nicas de tr¨¢fico matutinas, le condujo a los bares barceloneses y madrile?os de mon¨®logos. Tras pasar por Paramount Comedy y La Sexta, el catal¨¢n lleva de nuevo el humor al teatro. ¡°Ahora es cuando los c¨®micos tenemos que demostrar que servimos de algo. No hay que caer en el mesianismo pero tienes que hacer re¨ªr y conseguir que la gente pierda el miedo. Yo lo considero b¨¢sico¡±.
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