Bodeg¨®n
En el pa¨ªs de los listos, la sobredosis de pillos deja un panorama arrasado, feo y depauperado. Curioso bodeg¨®n
D¨ªas atr¨¢s, llam¨® la atenci¨®n la portada de El Mundo. Aparec¨ªan fotografiados dos bolsos de mano que ilustraban el desv¨ªo de fondos para formaci¨®n desde la UGT andaluza. Al dinero sustra¨ªdo se le sumaba el agravio de costear falsificaciones asi¨¢ticas de un producto espa?ol. La imagen era fea en el sentido m¨¢s amplio de la palabra. Retrataba tambi¨¦n acciones nada est¨¦ticas. Se distingu¨ªa de la foto de portada habitual, que suele consistir en Rafa Nadal mordiendo un trofeo o el Rey saludando desde el coche a la puerta de un hospital.
Ser¨ªa complicado fotografiar las 75 chequeras de Carlos Fabra, a¨²n gozando de cargos p¨²blicos. Nunca vimos los patrones de los trajes de Camps, ni los ERE andaluces o la mordida de Mercasevilla terminar¨¢n tan acordemente ilustrados. Los apuntes contables del pu?o y letra de B¨¢rcenas no transmiten la misma carga dram¨¢tica. Ante la indiferencia general han retirado las querellas los que insist¨ªan en decir que eran papeles falsos para encubrir la pista de la financiaci¨®n ilegal del partido. Desviar una partida de cursos de formaci¨®n para detallitos del sindicato con sus fieles es chusco. Recaudar dinero bajo cuerda de empresas que se llevan contratas, licitaciones, concursos y gestiones del Estado es m¨¢s sofisticado. Pero lo est¨²pido es poner a competir las corrupciones, porque Espa?a lo que necesita es una regeneraci¨®n brutal generalizada y no burladeros ideol¨®gicos para cuando a los corruptos, a muy pocos, les llega la cornada.
Con la prensa arrinconada en lo digital, cambia tambi¨¦n la potencia de las ilustraciones fotogr¨¢ficas. Ha llegado un sesgo m¨¢s conceptual, quiz¨¢ tambi¨¦n porque hay menos fot¨®grafos en plantilla y con menos movilidad para encontrar la foto del d¨ªa. Tendremos que acostumbrarnos a los bodegones y las naturalezas muertas. El pirateo, como en este caso de los bolsos de marca, ha sido un s¨ªndrome que empez¨® por camisetas, complementos, m¨²sica, pel¨ªculas, chuches, juguetes y ha terminado por cargarse la industria y la econom¨ªa colectiva. En el pa¨ªs de los listos, la sobredosis de pillos deja un panorama arrasado, feo y depauperado. Curioso bodeg¨®n.
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