La apuesta iberoamericana

Ahora que se conmemora el medio siglo de la Alfaguara de los Cela y de Jaime Salinas hay que sumar a esa historia (fundada en el cat¨¢logo, como dec¨ªa Salinas) la apuesta iberoamericana que Jes¨²s Polanco y su hija Isabel impulsaron desde los a?os noventa como parte de una vocaci¨®n que el fundador de PRISA y quienes recogieron ese testigo siguieron con una insistencia que alguna vez fue solitaria y heroica. Una editorial, desde el fondo de los tiempos, o al menos desde el fondo de su propia concepci¨®n, es la combinaci¨®n sabia entre un publisher, el empresario, y el editor, el que asume la tarea de decidir qu¨¦ libros tienen que formar parte de la fila rigurosa que marca ese cat¨¢logo que tanto respetaba Salinas.

Esa denominaci¨®n anglosajona de las dos funciones esenciales en el trabajo de publicar marca el destino de cualquier sello, de modo que es injusta esa frecuente apelaci¨®n al editor como la fuerza motriz, ¨²nica o m¨¢s relevante, en ese oficio de locos, como lo defin¨ªa la impar Inge Feltrinelli.

Una iniciativa editorial, pues, como aquella apuesta iberoamericana que los responsables de PRISA y de Santillana pusieron en marcha a mediados de los a?os noventa, lo que hizo fue completar, en el ¨¢mbito de los libros, lo que ya ven¨ªa siendo una proyecci¨®n intelectual, cultural y educativa del grupo Santillana, presente en Am¨¦rica, por cierto, desde hace m¨¢s de medio siglo.

Hubo una evidencia editorial, la oportunidad que ofrec¨ªa la existencia real de m¨¢s de 400 millones de lectores potenciales de lo que publicara Alfaguara, pero hab¨ªa que conciliar el deseo de publicar con el riesgo empresarial de lanzarse a esa aventura cuando los libros y los autores de una y otra orilla estaban tan separados por el Atl¨¢ntico.

La voluntad de borrar, en ese sentido, el oc¨¦ano, fue de aquel publisher, por seguir con el t¨¦rmino ingl¨¦s; esa fuerza decisiva es la que ahora ha hecho que un grupo de editores, de 22 pa¨ªses, se hayan reunido aqu¨ª, en Guadalajara (M¨¦xico), para celebrar una met¨¢fora cuyos nombres propios son verdaderamente los se?alados en estas 357 palabras.