La ¨²ltima batalla del ¡®Campeador¡¯
Un buceador franc¨¦s localiza los restos del mayor petrolero de la Rep¨²blica, hundido por los italianos junto a T¨²nez
Los lugare?os del Cabo Bon, en el norte de T¨²nez, lo llamaban ¡°el espa?ol¡±, pero no sab¨ªan por qu¨¦ el pecio hundido en sus aguas llevaba ese nombre. Cuando lo descubri¨® por primera vez, en 2009, a 94 metros de profundidad, Fran?ois Brun, tampoco lo comprendi¨®. ¡°Era enorme y ten¨ªa muchas tuber¨ªas que recorr¨ªan la cubierta por lo que sospech¨¦ que pod¨ªa ser un petrolero¡±, recuerda al tel¨¦fono desde Prades (sureste de Francia). Este dentista de 58 a?os compagina su profesi¨®n con su pasi¨®n por el submarinismo.
Solo cuando se sumergi¨® una segunda vez, con su amigo tunecino S¨¦lim Baccar, de 38 a?os, Brun lleg¨® a la conclusi¨®n de que el barco era espa?ol. ¡°Recuper¨¦ alg¨²n trozo de vajilla en el que se pod¨ªa leer: Porcelana Sevilla¡±, se?ala Brun al tel¨¦fono. Algunas investigaciones posteriores le confirmaron que hab¨ªa dado con Campeador, uno de los dos mayores petroleros de la Rep¨²blica espa?ola hundido el 11 de agosto de 1937 a ocho millas de Kebilia (T¨²nez).
Brun y Baccar cuentan este y otros hallazgos en un libro La Tunisie sous-marine (T¨²nez submarino) que acaba de publicar la editorial tunecina Lalla Hadria ilustrado con numerosas fotograf¨ªas de este buque que perteneci¨® a CAMPSA. Construido en los astilleros Euskalduna, fue botado en Bilbao en 1931. Ten¨ªa 139 metros de eslora y 7.932 toneladas de arqueo.
El destructor italiano Saetta se coloc¨® detr¨¢s del petrolero. Eran ¡°fieras dispuestas a saltar sobre su presa¡±, se?ala Brun
El 11 de agosto de 1937 el Campeador pas¨® cerca de la isla italiana de Lampedusa. Hab¨ªa zarpado una semana antes, rumbo a Valencia, del puerto rumano de Constanza con 9.300 tonaladas de crudo. El destructor italiano Saetta le divis¨® y se coloc¨® detr¨¢s del petrolero junto con otro barco de guerra que los historiadores no han identificado. Eran ¡°fieras dispuestas a saltar sobre su presa¡±, se?ala Brun.
F¨¦lix Garay, el capit¨¢n del Campeador, opt¨® por refugiarse en aguas de T¨²nez, entonces colonia de Francia, una potencia neutral en la Guerra Civil espa?ola. Hacia las ocho de la tarde estaba ya cerca del Cabo de Bon pero los buques italianos segu¨ªan ah¨ª y navegaban incluso con las luces apagadas.
El primer proyectil que dispararon golpe¨® la sala de m¨¢quinas. Cinco mec¨¢nicos murieron. ¡°Entonces el Campeador comenz¨® a arder por la popa entre enormes detonaciones producidas por las explosiones de los tanques que tra¨ªamos llenos de gasolina¡±, recordaba d¨ªas despu¨¦s, en la prensa, uno de los 32 miembros de la tripulaci¨®n que salieron con vida. Otros 12 murieron durante el ataque.
¡°A nado fui alej¨¢ndome del Campeador que entre llamaradas (...) comenz¨® a hundirse por la popa¡±, continuaba el superviviente. ¡°Cuando el incendio se extingui¨®, el Saetta y el otro buque enfocaron sus reflectores hacia el punto donde acababa de hundirse descubri¨¦ndose a los n¨¢ufragos, que se debat¨ªan en el mar, para ametrallarlos¡±. ¡°O¨ª perfectamente varias r¨¢fagas de ametralladora¡±. ¡°Despu¨¦s los dos destructores italianos se alejaron¡±. ¡°Nosotros seguimos nadando y al cabo de tres horas, verdaderamente angustiosas, avistamos al buque ingl¨¦s Clintonia¡±. ¡°Gritamos y ¨¦ste (...) par¨® y ech¨¢ndonos unas cuerdas, a las que ya casi desfallecidos pudimos asirnos y nos subi¨® a la cubierta¡±. La Gendarmer¨ªa francesa rescat¨® tambi¨¦n a 26 marineros republicanos.
Hasta entonces la Italia de Mussolini, aliada de Franco, solo ¡°agred¨ªa¡± a los buques espa?oles con submarinos, recalc¨® un comunicado del Ministerio de Defensa republicano. Ahora ¡°ha decidido dedicar tambi¨¦n sus buques de superficie a atacar a los barcos espa?oles prescindiendo ya de todo tapujo¡±.
Brun no duda de que Mussolini decidi¨® actuar a cara descubierta a partir del verano de 1937, pero no cree que sus destructores se topasen por casualidad con el Campeador. Brun, que tambi¨¦n bucea en los libros de Historia, descubri¨® que ¡°el mismo d¨ªa en que fue hundido el petrolero la polic¨ªa francesa detuvo en Marsella a Adrien Sentenac, un telegrafista que confes¨® haber vendido a los franquistas mensajes cifrados enviados por los barcos espa?oles a Valencia¡±.
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