Cine para tiempos desconcertados
El fen¨®meno de ¡®Gente en sitios¡¯, de Juan Cavestany, llega a las salas tras la buena acogida en festivales y redes sociales con su retrato perplejo de la crisis
Dan cervezas o c¨®cteles con la entrada. Depende de la ciudad. Habr¨¢ alguno de la larga n¨®mina de actores ¡ªes una pel¨ªcula de sketches¡ª en las sesiones de los cines para presentar la pel¨ªcula este fin de semana. Y el 15 de enero se pone a la venta en DVD y en visionado online. Pero que el bosque del marketing no esconda el ¨¢rbol de la pel¨ªcula. Porque Gente en sitioses un gran filme, un soberbio trabajo de Juan Cavestany (Madrid, 1967), que empez¨® su recorrido festivalero llamando la atenci¨®n en Toronto, y que desde ese septiembre se ha proyectado en casi todos los cert¨¢menes espa?oles oto?ales¡ hasta que ayer lleg¨® a las salas comerciales, precedida de parabienes de los cr¨ªticos. ¡°Tengo sensaciones, que como su nombre indica son eso, sensaciones. Los mundos virtuales no son de fiar y como mi vida es bastante ermita?a no s¨¦ muy bien qu¨¦ opina la gente. A¨²n hoy pienso que he hecho una pel¨ªcula como las anteriores. Puede que guste porque aunque sea muy autoral es tambi¨¦n transparente y honesta¡±.
Cavestany se autofinanci¨® y distribuy¨® online sus dos anteriores trabajos f¨ªlmicos: Dispongo de barcos y El se?or. Ganador de un premio Max por el libreto de Urtain ¡ªcolaboraba habitualmente con la compa?¨ªa Animalario¡ª y por tanto dramaturgo de prestigio, periodista y guionista de cine, Cavestany empez¨® a necesitar contar cosas de otra manera. As¨ª nacieron sus filmes para la Red. ¡°Gente en sitios se hizo igual: sin plan de dinero ni de producci¨®n. Yo quedaba con los actores cuando ellos pod¨ªan, me adaptaba a sus horarios. Pidiendo favores, y prometiendo que si hubiera beneficios, los repartir¨ªa. Con las otras no los tuve, pero esta est¨¢ llegando m¨¢s lejos, a salir del supernicho low cost-autoral-Internet y a verse m¨¢s¡±. Pero el director ya sab¨ªa cuando la rodaba que pod¨ªa dejar el s¨®tano: ¡°Filmando ya me di cuenta que era m¨¢s abierta, m¨¢s amable, m¨¢s posible en oposici¨®n a Dispongo de barcos que iba m¨¢s hacia lo imposible y la negrura¡±.
El filme cuenta con 40 actores: de Coque Malla a Maribel Verd¨² o Santiago Segura
Gente en sitios deslumbra no solo por lo que cuenta, sino por c¨®mo provoca en el ¨¢nimo del espectador un sentimiento, el desconcierto, que puestos a extrapolar el todo de la parte, es el estado general que se vive en Espa?a. Cuarenta actores ¡ªdesde estrellas como Maribel Verd¨², Adriana Ugarte, Antonio de la Torre, Ra¨²l Ar¨¦valo, Santiago Segura, Eduard Fern¨¢ndez, Irene Escolar, Marti?o Rivas o Coque Malla a f¨¦rreos y desconocidos int¨¦rpretes de teatro-¡ªvan protagonizando distintas historias cortas medidas con escuadra y cartab¨®n. ¡°Les cont¨¦ que ¨ªbamos a hacer una cosa rara pero f¨¢cil, que disfrutar¨ªamos con ello¡±.
Cavestany saca algo de Kafka y lo vislumbra desde el tamiz de Sanchis Sinisterra, olfatea el simbolismo de la inmensa bandera espa?ola de la madrile?a plaza de Col¨®n, juguetea con el mundo de los pol¨ªgonos industriales y las casas vac¨ªas, le da un mon¨®logo reflexivo al economista Juan Carlos Monedero (compa?ero de universidad del director), entiende que surrealismo y absurdo no son lo mismo y les da su espacio. El desasosiego exterior apunta a un erial espiritual interior. ¡°Busqu¨¦ la pel¨ªcula durante el mismo proceso de rodaje. Ya avanzado el proceso Enrique L¨®pez Lavigne [amigo, productor y su pareja como codirector de El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo] se sum¨® cuando en febrero le ense?¨¦ las primeras microescenas que ya hab¨ªa rodado y montado¡±. Esa perplejidad, ese tono anodado es Cavestany ante la situaci¨®n actual. ¡°Para lograrlo en pantalla trabaj¨¦ mucho en el montaje. Porque el reto de la pel¨ªcula era ordenar de forma correcta las escenas, para llegar a su cohesi¨®n. El filme soy yo. Por ejemplo, film¨¦ las partes de Coque Malla y de Monedero porque sab¨ªa que faltaban discursos as¨ª. Es un trabajo tremendamente pol¨ªtico y creo que lo leyeron muy bien en Toronto. Lo que vemos sobre todo son relaciones de poder, de subordinaci¨®n y de identidad. En la Espa?a de hoy me siento perplejo, realmente solo, pero tambi¨¦n con la necesidad de establecer conexiones, como ense?o en la pel¨ªcula: debes comprender al otro, ayudarle¡±. Y esa faceta pol¨ªtica de Gente en sitios nace de un autor que se siente ¡°agredido¡±. ¡°Me definir¨ªa como acosado a diario, braceando para no ahogarme. Mi pel¨ªcula no es la pel¨ªcula de la crisis, sino desde la crisis, porque sobre la crisis se rodar¨¢n, supongo, m¨¢s adelante¡±.
En curiosa contradicci¨®n Cavestany se siente solo y colabora con compa?¨ªas de teatro y un mont¨®n de actores. ¡°Esa especie de sensaci¨®n grupal de la pel¨ªcula o de gran grupo de amigos guay es falsa. La gente pensar¨¢ que tiro de agenda, que llamo a mis colegas. No es cierto, sino que surge como reacci¨®n visceral m¨ªa tras El se?or, que la rod¨¦ solo con Luis Bermejo, el actor. Pero me siento en el fondo ese individuo fragmentado del que habla Monedero porque estoy perplejo ante la barbarie, al igual que les pasa a todas las personas decentes¡±.
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