Plan para la dominaci¨®n mundial

El arte en 2013 sigui¨® m¨¢s o menos como sol¨ªa: embarcado en la dominaci¨®n mundial a lomos de la moda, la fama, el dinero y otros espejismos de sofisticaci¨®n y lanzando sus ataques desde alg¨²n punto entre el espect¨¢culo fr¨ªvolo de la cultura de masas y la densidad conceptual de las ¨¦lites comisariales.

Los titulares se los llevaron, eso s¨ª, los n¨²meros y sus superlativos. La exposici¨®n m¨¢s visitada del a?o (tal vez, dicen, de la historia de Espa?a) fue la de Dal¨ª en el Reina Sof¨ªa: con 730.339 entradas, fue adem¨¢s la tercera en las preferencias de los lectores de EL PA?S, por detr¨¢s de La Villa de los papiros (en Casa del Lector) y de La belleza: una b¨²squeda sin fin (Museo de la Evoluci¨®n Humana de Burgos).

Y el r¨¦cord daliniano propiciar¨¢ otra marca en el museo de arte moderno, que calcula en 3,2 millones los asistentes a sus salas. Mientras, en el Prado esperan cerrar el ejercicio con un 15% menos de entradas vendidas.

Las subastas de Nueva York no conocieron techo... despu¨¦s de todo, se preguntan los analistas, ?qui¨¦n quiere invertir en petr¨®leo o en armas cuando puede hacerlo en una inofensiva pintura? Quiz¨¢ por eso, la obra de arte m¨¢s cara nunca adjudicada a golpe de martillo (Tres estudios de Lucian Freud: un bacon de 100 millones) la compr¨®, presuntamente, la jequesa del arte, Mayasa bint Hamad al Thani, persona de presupuesto aparentemente inagotable (1.000 millones de d¨®lares anuales) para estos menesteres.

Entre tanto, nuestros mecenas, m¨¢s modestos, pasaron en Espa?a a primer plano con exposiciones como las de Helga de Alvear, Phelps de Cisneros, Jos¨¦ Luis V¨¢rez Fisa o la familia Masaveu. Celebraciones de su papel de agentes necesarios, cuyo fomento, por otra parte, sigue sin parecer prioritario para el Gobierno: si dejamos 2012 hablando de la inminencia de la Ley de Mecenazgo, 2013 se va a la espera de una norma que cambiar¨¢ las cosas.

O eso quieren creer los galeristas, un sector al que el IVA del 21% ha colocado en desventaja en ferias de todo el mundo con respecto a marchantes de otros pa¨ªses del entorno europeo. Eso, unido al empobrecimiento de las clases medias y otros datos econ¨®micos de mal ag¨¹ero, arroja un panorama que hasta preocup¨® a la todopoderosa web especializada en estad¨ªsticas art¨ªsticas Artprice en su informe anual.

En este sentido, la edici¨®n de Arco result¨® el habitual alivio anual de una semana para un sector que vive lament¨¢ndose de no haber conseguido contribuir a la construcci¨®n de un tejido coleccionista digno de ese nombre. Y como suele suceder, el alivio dur¨® lo que dur¨®: una pugna por las fechas de la cita con la pujante Maco mexicana acab¨® por desplazar su celebraci¨®n a finales de febrero de 2014.

Ferias y museos siguieron su vocaci¨®n n¨®mada. Si la aventura del Louvre en Lens se demostr¨® un ¨¦xito durante su primer a?o (900.000 visitantes), Art Basel contin¨²o su expansi¨®n (en Hong Kong) y hasta supimos de una futura aventura del Pompidou en M¨¢laga, que a¨²n debe concretarse.

Tambi¨¦n fue uno de esos a?os en los que tocaba Bienal de Venecia y la cosa se sald¨® con una (casi) un¨¢nime celebraci¨®n de la ocurrencia de Massimiliano Gioni: Il Palazzo Enciclopedico, una propuesta tendente al popurr¨ª en el que las escuelas art¨ªsticas y las cronolog¨ªas quedaron aparcadas.

Esa parece ser una de las principales armas secretas del viscoso arte contempor¨¢neo (o mejor: actual). Un lugar en el que todo es posible: desde la bochornosa uni¨®n entre Marina Abramovic y Jay-Z (sucedi¨® en verano y se trataba de promocionar el disco del segundo) hasta una celebraci¨®n en Nueva York de las heroicidades de Chris Burden; de las haza?as de pionera de Hilma Af Klint (en Estocolmo, Berl¨ªn y M¨¢laga); o del universo po¨¦tico y perturbador de Philippe Parreno en Par¨ªs.