Unidad
Igual que los peces no hablan del agua, tampoco nosotros solemos detenernos a observar aquello en que estamos inmersos
Igual que los peces no hablan del agua, tampoco nosotros solemos detenernos a observar aquello en que estamos inmersos. Por eso el Rey tampoco hablar¨¢ de la sanidad, pese a que es el sector donde se ha pasado ingresado buena parte del curso y para el que apreciar¨ªamos su firmeza. Un p¨¢rrafo, ya habitual, glosar¨¢ el poco futuro de las aventuras secesionistas y la necesidad de una unidad de conjunto nacional. El sistema de salud necesita una declaraci¨®n patri¨®tica, al finalizar un a?o en el que las protestas de los profesionales han carecido del eco que merecen. Qui¨¦n mejor que el Rey, operado de cadera como buena parte de su generaci¨®n, para establecer las l¨ªneas que la avaricia del negocio no deber¨ªa cruzar, m¨¢s que nada para poder seguir hablando de pa¨ªs sin que se nos caiga la cara de verg¨¹enza.
Tampoco la cultura recibir¨¢ un saludo afectuoso, ahora que tambi¨¦n, como las tropas en misiones, se ve forzada a buscar su campo de batalla en tierras extranjeras. Si la subida del IVA pretend¨ªa ser un eficaz recurso de financiaci¨®n, los n¨²meros cantan una canci¨®n de retirada y desolaci¨®n. Desde las galer¨ªas de arte a los teatros, bastar¨ªa echar una cuenta bien f¨¢cil. Si hemos perdido 90 millones de euros en recaudaci¨®n, solo en salas de teatro, hubiera bastado con elevar al 12% el IVA, y no al denigrante 21%, para sostener la asistencia e igualar lo recaudado.
En esta desuni¨®n no denunciada, tambi¨¦n de manera sutil se revierte la seguridad, con el ascenso de rango de los guardas privados, para que en Espa?a puedan empezar a existir urbanizaciones para ricos y suburbios para pobres, donde la protecci¨®n ya no es un valor compartido, sino un recurso monetario. Sin duda el aborto tampoco se libra de esa doctrina divisiva, que no ser¨¢, qu¨¦ pena, la preocupaci¨®n m¨¢xima del discurso. Pero la nueva reforma no pretende evitar el aborto, ni atacar las causas principales, sino empujar, ah¨ª tambi¨¦n, a las mujeres pobres hacia el delito o la resignaci¨®n y permitir que las muchachas ricas sigan gestionando su vida privada con el confort del dinero y los viajes a Europa. No es doble moral, sino moral monetaria, la ¨²nica que hoy circula por la actualidad nacional.
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